El proyecto TRANSFER (Tsunami Risk And Strategies For the European Region) estimó que de producirse un maremoto en la fractura Azores-Gibraltar –conformada por el choque de dos placas tectónicas: la euroasiática y la africana-, la vida de muchos habitantes de las provincias de Cádiz y Huelva correría peligro.
El estudio, encargado por la Unión Europea, evaluó en 2009 que si se produjera un maremoto de 8,5 grados, se generaría un tsunami con olas de 15 metros de altura que impactaría en las costas andaluzas en apenas tres cuartos de hora. Según informa un profesor de la Universidad de Cantabria, Mauricio González, el proyecto "terminó hace año y medio y los resultados no son aún oficiales. La Unión Europea tiene previsto hacerlo público en septiembre".
Los investigadores identifican dos escenarios: el denominado "Probabilidad 5000", que infiere en la repetición del mayor seísmo en los últimos 5.000 años –el terrémoto que asoló Lisboa-, y otro llamado "Worst Case", causado por factores como alta intensidad, alta pleamar y corrientes favorables.
Según Terra, las zonas concretas de Cádiz que más sufrirían el impacto del tsunami serían el polígono industrial de Zona Franca, el Embarcadero, el Barrio de Puntales y la Bahía de la Paz, aunque también podrían verse afectados el Ayuntamiento, el Hospital Puerta del Mar, varios hoteles y la central eléctrica de la capital.
Aunque el estudio de vulnerabilidad sólo se ha realizado en Cádiz, los investigadores pretenden extenderlo a Huelva, otra de las provincias señaladas en TRANSFER como posible destino de un tsunami.
Por su parte, el presidente en España de la Asociación Internacional de Directores de Emergencia (IAEM), José Antonio Aparicio, critica la ausencia de un protocolo de urgencia en caso de que se produjera un tsunami "que especifique dónde trasladar a los heridos, en qué zonas debe refugiarse la población, en qué edificios estarían seguros...".