Otro año más, casi sin darnos cuenta, ya estamos cerrando estos doce meses que están a punto de decir adiós, y con ello llegará la Navidad con sus regalos, cenas familiares, comidas de empresa y celebraciones varias. Uno de los regalos más demandados desde hace algunos años son los videojuegos, los favoritos de los más jóvenes pero cada vez más demandados por adultos y gente más mayor. Comprar un videojuego es una inversión, con lo cual se debe elegir bien aquello que queremos regalar, pues hay que tener en cuenta si el videojuego será el adecuado para la persona a la que va dirigida y si la experiencia que propone está en línea con su desarrollo personal, edad y gustos personales. También es importante no cometer un error con el contenido si el regalo lo va a recibir un menor de edad. Para ello, os proponemos una serie de recomendaciones sencillas para realizar una compra responsable y eficaz de videojuegos.
Jugar es la principal forma de aprendizaje del ser humano, por ello es muy importante elegir bien a qué se juega para prever qué se aprende, sobre todo con los más pequeños de la casa, más propensos a malinterpretar los mensajes. También el número de jugadores que participan en una experiencia es importante si queremos convertirlo en una actividad más social. Hay que tener en cuenta que cuando compramos un videojuego adquirimos una experiencia, como ir al cine o disfrutar de unas vacaciones, por ello elegir bien es fundamental para obtener el resultado deseado.
Es importante estar alerta a las descripciones del contenido que se encuentran visibles en el estuche del juego. Tan sólo se debe prestar atención a las etiquetas que muestra la carátula para interpretar qué tipo de contenidos incluye la experiencia. Las etiquetas de colores muestran cuál es la edad mínima recomendada para el consumo del juego, por ejemplo: los videojuegos para mayores de 18 años llevan un icono distintivo en color rojo. Los iconos de contenido especifican el tipo de escenas y lenguaje que puede contener. Este contenido, está regulado por el denominado código PEGI, que podremos encontrarlo en la portada y contraportada del videojuego. Es una codificación implantada desde la misma industria con el fin de simplificar el análisis de lo que se encontrará en el transcurso de la experiencia.
En la contraportada, encontramos los iconos con la descripción del contenido más problemático que puede contener el juego, como puede ser violencia, insultos, sexo, etc. Y en la portada encontramos un código de numérico +3, +7, etc., que indica la edad mínima recomendada para usar este videojuego. A diferencia de lo que encontramos en los libros infantiles este código:
- No indica que únicamente podrán disfrutar de él las personas de esa edad, ya que el juego será divertido también para jugadores más mayores.
- No indica que una persona de esa edad sea capaz de jugarlo y disfrutarlo. Muchos videojuegos complejos tienen un código +3 porque no contienen violencia, sexo, etc., pero alguien de esa edad no disfrutará de ellos.
Del mismo modo, es muy importante tener claro qué plataformas se usan para jugar, teniendo en cuenta que cada juego funciona sólo en una plataforma concreta y que no suelen ser compatibles entre las diversas empresas. Los juegos suelen utilizarse en videoconsolas conectadas a pantalla, videoconsolas portátiles, ordenadores y móviles; y cada compañía tiene varias versiones de su plataforma. Además, hay que tener en cuenta si el juego necesitará algún accesorio para poder jugarse de forma óptima, como, por ejemplo, la Realidad Virtual de PlayStation 4, ya que si no se tiene el accesorio no se podrá usar el juego. De la misma manera hay que prestar especial atención en la compra de videojuegos para ordenador, ya que es la plataforma con más incompatibilidades y especificaciones técnicas. Repasadas estas pautas, podrás elegir si un producto es adecuado en función de tu propio criterio.
Una vez adquirido el juego, no se puede pasar por alto la instalación del mismo. La supervisión en este proceso es vital para garantizar compatibilidad y seguridad. En el momento de la instalación es importante revisar las especificaciones del juego y del soporte. Intenta que tus hijos jueguen en sitios comunes del hogar y establece normas de uso referidas al tiempo y a los contenidos. Los menores pueden participar en esta decisión aportando su punto de vista, y sobremanera, conciencia a los menores sobre la importancia de la privacidad en los videojuegos y en la Red, tanto propia como del resto de personas de su entorno, alertándoles de los riesgos existentes.
Por todo lo indicado anteriormente, es conveniente recopilar la máxima información del producto, incluso probando demostraciones gratuitas antes de decidir si el juego es recomendable o no. De esta forma no sólo sabremos si es adecuado para el rango de edad al que va destinado, también si es lo suficientemente divertido y si la calidad de la experiencia se ajusta a su precio.