Análisis de 'Horizon: Zero Dawn'
La historia apocalíptica de Gerrilla Games saca todo el partido de PlayStation 4.
El nacimiento de un nuevo héroe, (heroína en el caso que nos ocupa) suele conllevar, en la mayoría de los casos, ciertas connotaciones y pautas similares. Por regla general se presenta un personaje, cuanto más humilde y castigado mejor, que suele recibir una pesada carga que también, en demasiados casos, supone la salvación de su familia, amigos, ciudad, mundo o incluso un sistema planetario. Este personaje está predestinado a ser un elegido, un ser dotado de ciertas características y habilidades especiales que se van descubriendo y ampliando durante el transcurso de la aventura, y que posteriormente, son utilizados en una monumental batalla final donde el bien triunfa, no sin mucho sufrimiento previo. Horizon: Zero Dawn no apuesta por una fórmula diferente para presentarnos a la nueva heroína de la familia PlayStation, aunque no necesariamente en este orden. Os invitamos a dar un interesante paseo por un planeta donde el hombre dejó de ser la raza dominante hace mil años, para dar paso a una nueva era liderada por bestias robóticas.
La tierra dominada por bestias
Horizon: Zero Dawn, es el primer juego de Guerrilla Games después de la serie Killzone, y el producto no podría ser más diferente de la franquicia de disparos, aunque del mismo modo han logrado crear una experiencia sobresaliente para los propietarios de la consola de Sony. Aloy, la protagonista del juego, tiene además muchas posibilidades para convertirse en la próxima "imagen" de PlayStation, con todo lo que eso conlleva. La heroína se presenta con un juego de acción en mundo abierto, y lógicamente la transición entre géneros que ha tenido que afrontar la desarrolladora no ha sido precisamente un proceso natural, de manera que el estudio ha tenido que complementar sus activos con diferentes equipos.
La conocida desarrolladora se ha visto en la necesidad, por primera vez, de emplear los mejores ingredientes que se puedan encontrar en una obra de mundo abierto: inmersión, variedad de misiones y objetivos, interacciones con los elementos, actividades por realizar, personajes carismáticos, y una inteligencia artificial dinámica que aporte el movimiento adecuado y un significado al entorno. El arsenal, los enemigos, los ciclos de día y noche, la equipación, la historia y el resto de elementos, viene como consecuencia de lo anterior. Como iremos viendo más adelante, Horizon: Zero Dawn, se inspira en fórmulas y sistemas de juego que podemos encontrar en obras que ya existen, pero asegurar su funcionalidad no es una tarea sencilla.
Optar por un sistema de mundo abierto, en la mayoría de ocasiones no es más que una excusa para transportar al jugador a un lugar de temática determinada para que allí realice todas las actividades que quiera, siempre que quiera. Pero Horizon: Zero Dawn no se lleva al jugador a lugares extraños para justificar la existencia de los robots, por el contrario, ofrece un vivo y colorido planeta tierra donde han pasado mil años y el ser humano sobrevive en clanes matriarcales que han sido relegados a un estado semi-primitivo, que combate contra sofisticadas máquinas de guerra que adoptan la forma de animales, principalmente prehistóricos.
Se abre la veda de caza para animales robóticos
Volviendo a nuestra protagonista y en este contexto, muy pronto el jugador se irá dando cuenta que la actitud de Aloy se inspira claramente en conceptos literarios, es decir, se rige bajo una combinación de razón y pensamiento lógico que no tiene interés en pasar por encima de las emociones y el instinto. De hecho, el origen de nuestra protagonista es tan misterioso como el de las máquinas que deambulan por un planeta devastado hace mil años, cuando la tecnología y el conocimiento se enfrentaron. Entonces la naturaleza respondió y tomo parte en el conflicto: encontró equilibrio entre la parafernalia de metal coexistiendo con el verde entorno natural dominante, ahora repleto de pueblos y tribus prehistóricas. Rápidamente la sed de respuestas de Aloy se convierte en el hilo conductor de toda la aventura, que es capaz de mantener la atención del jugador hasta el final, algo que nos puede llevar aproximadamente 35 horas, sólo contando las misiones principales.
El sistema de juego de Horizon: Zero Dawn es cristalino, intuitivo y accesible, un ingrediente que camina de la mano con la trama, ya que varía las necesidades en virtud del momento de juego. Lógicamente, para desenvolverse en un mundo hostil se requiere espíritu de supervivencia, de manera que la gestión de los recursos, así como la creación y la recogida de elementos naturales se presentan como actividades cruciales. Aquí no se puede, ni se debe, desaprovechar absolutamente ningún elemento que brote de la tierra y que esté resaltado en la pantalla. La combinación de materiales es la mejor herramienta y la manera más efectiva de ayudar a evolucionar a Aloy, por ejemplo, construyendo bolsas de transporte más amplias que permitan llevar más objetos, más munición, elementos para el comercio. La vida de nuestra protagonista también depende de las plantas medicinales que vaya acumulando en una bolsa independiente. Esto permite reponer energía cuando las cosas se ponen feas en campo abierto. Entrando en las soluciones para hacernos con material, el juego también incorpora un sistema de saqueo que resulta familiar, ya que apuesta por el esquema establecido en celebridades como Diablo y similares.
Repleto de influencias
La cantidad de influencias que se pueden percibir en Horizon: Zero Dawn es realmente sorprendente, en relación a la jugabilidad acumula rasgos de la fórmula de ‘Far Cry’, que se combina con momentos al más puro estilo Uncharted y muchos de los aciertos de la nueva etapa de Lara Croft. Además de la recolección y las técnicas de supervivencia, Aloy también puede cambiar de vestuario y hacerse con trajes que sumen beneficios a las características del personaje. Estos atuendos los podemos encontrar, por ejemplo, entre los materiales que ofrecen para la venta los comerciantes repartidos por todo el mundo. Estos personajes también están dispuestos a comprar todo lo que el jugador no vaya a utilizar, como determinados despieces de animal.
El recurso de exhibir y diferenciar el tipo de animales en el mapa sobre ciertas regiones, también es una idea ya consagrada, por ejemplo, en Red Dead Redemption, la incuestionable obra clave de Rockstar. Pero en Horizon: Zero Dawn el jugador tiene que contar con la fauna dominante: los animales robóticos; los que cazan en manadas, las criaturas gigantes que atacan solas y el resto de especies que acechan majestuosamente en el mapa de mundo abierto. Hablando del mapa, el área es lo más colosal que Guerrilla Games haya construido, tanto que podría plantar cara al mismísimo GTA. El diseño ofrece al mismo tiempo, exploración horizontal y vertical, en la misma línea que se vio con ‘Just Cause 3’ o incluso en Skyrim. Mientras que los diseños desprenden un fuerte aroma a otro referente como El Señor de los Anillos: Las Sombras de Mordor.
Lucha a muerte contra la tecnología
En un primer momento el juego ofrece una imagen pintoresca, con bellos paisajes ocupados por bestias robóticas dotadas de características muy familiares, incluso cumplen con funciones que rápidamente se asocian con la especie que emula. Por ejemplo, sin querer desvelar nada sobre la naturaleza de las bestias, hay una especie de exploradores que si detectan la presencia de un elemento extraño en el área, emiten un sonido para que todos los robots cercanos reciban una alerta. Se trata de la breve relación entre presa y cazador, entre la víctima y el depredador, exactamente igual que en la vida real. Lo que tenemos aquí es, básicamente, un gran paseo por la naturaleza de unos seres robóticos que dominan tierra y cielo. Hay representados diferentes animales, cada uno con una serie características propias que en conjunto suponen la amenaza superior, ya que son el motor de un ecosistema que pone a las criaturas en confrontación directa con el ser humano.
Aunque ocuparse de ellos pueda parecer complejo, en realidad es bastante simple. El sistema de combate por el que se ha optado brilla y se muestra equilibrado en media y larga distancia, pero pierde solvencia en el cuerpo a cuerpo. Aloy cuenta con un dispositivo que le permite marcar a las bestias y resaltar tanto sus rutas como los puntos débiles. Aquí se recomienda ser discreto, observar a la manada, identificar sus puntos débiles, tomar una buena posición y atacar. Aunque contamos con suficientes elementos como trampas, fuego, líneas eléctricas, y demás, con tan solo unas flechas incendiarias nos servirá hasta ir ampliando el arsenal sin demasiados problemas. La fauna robótica es extensa y desafiante, está poblada por animales bípedos, cuadrúpedos, cocodrilos, y prehistóricas aves que cazar, siempre que respetemos las reglas: aquí el humano es la raza inferior. Por suerte, el sigilo es un mecanismo que funciona. Tan solo hay que utilizar las hierbas altas para esconderse y colarse en una posición preferente para identificar e ir terminando con las bestias poco a poco. Pero esto es solo una solución, aquí la variedad de enemigos permite intensas batallas en condiciones muy diferentes.
A lo largo de su viaje, Aloy puede utilizar una amplia gama de armas que, al mismo tiempo, representan la prehistoria y la tecnología más puntera. Esta paradoja es el principal atractivo del arsenal. Se pueden crear flechas de fuego, utilizar un tirachinas para lanzar bolas explosivas, trazar una línea con un cable de alta tensión o atacar con una lanza y disparar flechas de madera con un arco rudimentario entre otras opciones que se ajustan muy bien a las situaciones que se proponen en las misiones. Pero no todo es caza y supervivencia en Horizon: Zero Dawn, ya que las relaciones sociales también cobran cierta importancia con un sistema de diálogo al estilo de los juegos de rol occidentales, es decir, se muestran varias opciones como respuestas que desembocan en diferentes acciones. También podemos invertir tiempo en completar misiones secundarias que nos ayudan a conocer mejor el contexto del juego mediante historias paralelas que animan al jugador a solucionar algún problema, que básicamente se resuelven con un paseo para recoger o entregar un material, algo que termina por ser tedioso.
Entrando en las características técnicas, Horizon: Zero Dawn es la mejor respuesta que se podía dar a los aficionados que llevan esperando el juego desde su anuncio en 2011. En una industria que se preocupa más por la publicidad que por la calidad, comercializar un producto que cumple sobradamente con las expectativas es realmente alentador. Aunque Guerrilla Games sólo suministra un conjunto de ideas e inspiraciones existentes, el equilibrio en las medidas y el ritmo empleado finalmente se revela como un clásico instantáneo. El juego llega con los textos de pantalla en español y doblado en castellano por la actriz española Michelle Jenner, encarnando a la protagonista. La música también cuenta con sus piezas, algunas más inspiradas que otras, pero en conjunto acompañan perfectamente a la aventura formando un apartado audiovisual a la altura de muy pocas producciones.
Conclusiones
Horizont Zero Dawn tiene muchas papeletas para convertirse en otra obra de culto dentro del universo PlayStation. Además de un mundo fantástico por explorar, la narrativa creada por Guerrilla Games es atractiva e invita a conocer el camino de Aloy. A nivel visual, el juego es impresionante y explota lo mejor de PlayStation 4. El mundo es verosímil y está repleto de amenazantes criaturas y jefes que requieren de diferentes estrategias.
Los sistemas de juego son coherentes, están bien presentados y son accesibles, perfectos para desenvolverse en un mapa colosal. Tampoco podemos olvidar el carisma de la protagonista, a la altura de Kratos o del mismo Nathan Drake, y que está destinada a convertirse en la próxima imagen de la familia.
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