Activision-Blizzard ha adquirido King, la empresa creadora de Candy Crush, por 18 dólares la acción, lo que supone cerca de los 6.000 millones de dólares. Supone uno de los acuerdos más importante de la industria de los videojuegos e implica que se quede con todas las propiedades de King, aunque ésta seguirá operando de forma independiente. Esta cifra está alejada del valor en bolsa con el que abrió la compañía en mayo de 2014 con 20,5 dólares la acción, aunque es cierto que actualmente las acciones estaban por debajo del precio de venta, en torno a los 15 dólares.
La empresa de Candy Crush cuenta con unos 500 millones de jugadores activos al mes, lo que muestra la gran capacidad de retención de usuarios por parte de los juegos de King. Aún así, ha experimentado un retroceso de un 12% en los ingresos de la primera mitad del año derivados de lo que gastan los usuarios.
La semana pasada supimos que Mark Zuckerberg, presidente ejecutivo de Facebook, aseguró que la red social iba a tomar medidas contra las molestas notificaciones que envían los usuarios para que sus amigos participen en juegos como Candy Crush. Esto implica que hay muchas posibilidades de que los desarrolladores de este tipo de videojuegos pierdan esa herramienta de difusión que implica las invitaciones a amigos.
A pesar de ello, sus juegos siguen ocupando uno de los tres puestos con mayores ingresos en la App Store y en Google Play. Con la compra de Activision-Blizzard, juegos como Call of Duty o World of Warcraft compartirán instalaciones con Candy Crush. Juegos millonarios pero con filosofías distintas.