Es difícil entender las razones que hacen de Grand Theft Auto el fenómeno social que de hecho es. Al mismo tiempo es difícil creer que tan sólo la libertad, la violencia gratuita e injustificada y el simple hecho de saltarse las normas más básicas de convivencia o las leyes –temas que por cierto, tanto gustan a determinados medios para demonizar a los éxitos comerciales de la serie– sean suficientes como para convertir la receta en todo un icono de la cultura pop y del ocio electrónico para adultos.
Pero con GTA V, Rockstar demuestra que en realidad el universo irónico que los hermanos Houser desparraman en la cara del jugador como una bofetada de libertad es algo un poco más complejo. En GTA V, el estudio muestra que el principal activo de la franquicia es exponer lo más podrido de la sociedad norteamericana y presentarla de una manera tan satírica y familiar que es capaz de mostrar miles de elementos ficticios que son reconocibles a primera vista por cualquiera de principio a fin. El sexo, las drogas y la violencia tan solo suponen una parte de los hábitos de nuestra sociedad, y al igual que en la calle, estos elementos únicamente suponen una descarada invitación para sumergirnos en un mundo peligroso y terrenal perfectamente reconocible que se mueve sobre un extraño y exagerado circulo vicioso.
El secreto de la serie es hurgar en la herida mostrando algunos de los problemas que las ciudades intentan ocultar. La trata de personas, la corrupción, la prostitución o las drogas no son elementos exclusivos de Los Santos como metrópolis virtual, es algo que también se repite en las urbes más importantes del globo. La serie siempre ha sido muy controvertida porque nos muestra tal y como somos en situaciones difíciles e incomodas, y esto GTA V lo borda.
Una historia de tres
Rockstar siempre ha defendido que lanzar una nueva entrega numerada de Grand Theft Auto supone introducir elementos completamente nuevos en la serie, aunque en este caso, las novedades más importantes son más bien tres. La existencia de un trío de personajes, que además es esencial para mostrar las diferentes facetas de Los Santos y su relación directa con los diversos estratos de la sociedad, funciona a la perfección y deja en el jugador una extraña afinidad con cada uno de los personajes.
Mientras que Michael vive en un glamouroso pero distorsionado sueño de lujo y tranquilidad en Vinewood tras su retiro criminal, Franklin encarna la marginación y la miseria de los guetos, que empujan a la mayoría de los jóvenes a integrarse en las pandillas callejeras que dominan estas zonas demacradas y olvidadas de la ciudad. Trevor en cambio no encaja dentro del perfil de ninguno de los anteriores, aunque tiene un pasado común con Michael. El personaje más carismático de la obra es un psicótico fabricante de metanfetamina, inestable y extremadamente violento, que básicamente representa el resultado de lo peor de un tipo que se ha comido y vomitado todo el estiércol y la corrupción de las grandes ciudades. Pero lo más irónico es comprobar cómo este psicópata es también el más interesante de los tres. Por supuesto, también está medida su influencia en la trama.
Es un equipo muy diferente compuesto por caracteres realmente carismáticos que no se estorban, ni parecen competir y que funcionan muy bien en común. Sin embargo, la importancia de hacerse cargo de tres personajes no es meramente narrativa, ya que también añade mucho en términos de jugabilidad. Cada uno dispone de sus propias características y habilidades, lo que permite que el control sea una experiencia diferenciada. Franklin, por ejemplo, es un experto conductor y este es su punto fuerte, donde se muestra mucho más hábil que el resto de protagonistas, aunque Michael lo compensa al mostrándose como un excelente tirador, y Trevor desplegando mucha fuerza bruta.
Todo el sistema se hace más interesante, además, gracias a la capacidad de cambiar de personaje en cualquier momento. Con tan solo apretar un solo botón el jugador deja de seguir la vida de un protagonista. Con una transición aérea cinematográfica, el título atraviesa la zona de Los Santos, para acercarse y dejarnos controlar y descubrir lo que uno de nuestros compañeros está haciendo en ese preciso momento. Estemos donde estemos, la vida continúa para todos los habitantes de Los Santos y precisamente esto produce un mundo con una inmensa riqueza. No obstante, además de ofrecer un increíble dinamismo y una excusa para estar siempre ocupado, este cambio de perspectiva en relación al personaje también revela características que funcionan muy bien dentro de las misiones, con cambios de personaje que ofrecen secuencias de acción impagables.
Una ciudad para disfrutar en absoluta libertad
Cuando Rockstar anunció GTA V, lo que más impresionó a los jugadores fue la promesa de tener un mapa para explorar más grande que GTA IV, San Andreas y Red Dead Redemption juntos. Muchos dudaban, otros se mostraron encantados con la noticia; pero al final, el estudio logró superar las expectativas de todos. El nuevo terreno de Los Santos es realmente gigantesco, y se presenta a los ojos del jugador como un enorme campo de recreo repleto de actividades para disfrutar de los valores de la serie. Y aún con toda esta exageración de terreno, es increíble ver cómo todo resulta familiar, especialmente para los que pasaron horas explorando cada centímetro cuadrado del mapa de San Andreas.
Pero el escenario no sólo crece en extensión, también en vida y relaciones sociales; éste no es un mundo vacío. Está lleno de posibilidades y cosas que hacer, ver y buscar: hay misiones repartidas por todos los rincones. Pero dejando atrás todo este festival de acción, conducción y tareas, el jugador puede emplear el tiempo en visitar tiendas, personalizar personajes, vehículos o realizar pequeñas actividades cotidianas. No hay nada mejor que ganar unos dólares extra en carreras ilegales o eliminar el estrés del último golpe con una sesión de yoga... ¿golf quizás? ¿Tenis?
Lo curioso es que estos elementos, aunque son totalmente irrelevantes para la trama, encajan muy bien dentro de su propio universo. La acumulación de gran cantidad de estas pequeñas actividades es lo que permite que la obra se comunique con el jugador como un amigo, como dos viejos aliados que deciden salir a quemar la ciudad un día de diario sin ningún motivo. La libertad es una de las características de la franquicia y el nuevo juego explora esta faceta muy bien con una gran cantidad de actividades paralelas. En cualquier momento el jugador puede dejar la campaña a un lado y dedicarse simplemente a disfrutar de todos estos pasatiempos, pero sin salir de casa.
Está claro que las misiones también contribuyen mucho a que esta variedad sea más efectiva, ya que cuanto más nos movamos por la ciudad, más posibilidades tendremos de conocer nuevos personajes, y gran cantidad de eventos aleatorios que se suceden sobre la marcha, demostrando, por encima de todo, que Los Santos está vivo. Lo curioso es que todos estos elementos, aunque son totalmente irrelevantes para la trama, encajan muy bien dentro de su propio universo y su historia, ya que la gran mayoría de eventos a los que podremos asistir irán desbloqueándose a medida que conozcamos más detalles sobre los tres protagonistas. Por ejemplo, Michael, al ser un atormentado marido millonario, desbloqueará el ocio deportivo de alto standing, como el tenis o el golf, mientras que Trevor, por su parte, el único camino capaz de abrir es equivalente al número de cabezas que despelleja.
De esta manera se abre el abanico de posibilidades que Rockstar brinda al jugador, comenzando por lo que más preocupa a los amantes de las velocidades vertiginosas: el tuneado. A través de los numerosos talleres repartidos por el mapa podremos cambiar todo tipo de piezas para hacer el vehículo más afín a nuestro estilo de conducción, potenciando la velocidad, manejo, alerones, color, y un gran número de variables que encandilarán a los adictos del motor.
Pero estas modificaciones, como todo en Los Santos, tiene un precio, y si necesitamos dinero, que lo necesitaremos y en grandes cantidades, siempre podemos echarle un vistazo a la bolsa de comercio para comprar acciones de las grandes marcas que rigen Los Santos. LifeInvader, por ejemplo, una satírica red social que funciona e impera en el universo del juego, además de un buen puñado de marcas más, que cotizan en bolsa a tiempo real, permitiendo al jugador comprar y vender bonos a través de su terminal telefónico. Hay que estar atento a los cambios, ya que podemos vernos en más de un apuro si no cuadramos bien los tiempos de compraventa, pues no es difícil terminar en bancarrota. Quizá incluso podamos comprar una vivienda, un edificio, un helipuerto, o un aeropuerto entero; si disponemos de suficiente efectivo, quién sabe.
Pero en Grand Theft Auto V también queda espacio para los deportes menos urbanos. Por ejemplo, podemos alquilar una avioneta para surcar los cielos y lanzarnos al vacío con un paracaídas, conducir quads o motos preparadas para disputar carreras en el desierto de Grand Senora o armarnos directamente con un fusil y probar puntería con los animales salvajes que se encuentran en las zonas naturales. Son muchas, muchas las posibilidades que permite Rockstar en esta nueva entrega de la franquicia. Pasamos de los deportes de riesgo a situaciones un poco más relajantes, como alegrarse la vista y darse un paseo por la playa, alquilar una moto de agua para hacer alguna que otra maldad o directamente tirarnos al agua para descubrir los secretos del océano con una bombona de oxígeno. La gran cantidad de actividades propuestas y la fluidez con la que se llevan a cabo son dignas de mención, amén de que encajan sobradamente dentro del argumento.
Pero si todavía no nos han convencido las actividades anteriores, también tenemos acceso a otros servicios de diferente categoría. Como todo el mundo sabe, el yoga es una de las disciplinas emergentes que más impacto ha dejado en Occidente, y en Grand Theft Auto V tendremos la posibilidad de realizar posturas alternativas a la flor de loto que nos librarán del estrés y dibujarán más de una carcajada a los jugadores. El triangulo afortunado o el camello invertido son dos posiciones obligatorias para los amantes de esta disciplina física y mental.
Otras distracciones que dan vida al universo del juego son por ejemplo montar en bici, el senderismo, la marcha, y, para darles una alegría a los amantes del séptimo arte, comprar entradas para los estrenos más sonados de cine. Parece un poco extraño entrar en una sala de cine dentro de un videojuego, pero reconocemos que la desarrolladora ha puesto en circulación una serie de cortometrajes que darán mucho que hablar entre los aficionados. Películas que ridiculizan a la figura de Hollywood, historias alternativas que mezclan los metrajes independientes con la serie B y films inspirados en súper héroes, componen los diferentes pases a los que tenemos acceso. Merece la pena, sin duda, para desconectar entre misión y misión.
Por otra parte nos encontramos los ya conocidos clubs de alterne, donde se reúne lo mejor de cada casa. Bailes privados, alcohol en exceso y algún que otro peligro volverán a reunirse de nuevo en la noche de la ciudad de Los Santos. También contamos con numerosas tiendas de ropa repartidas por la ciudad –cada una con su propio estilo y marcas, desde las más juveniles hasta las más rimbombantes–, diversas peluquerías y barberos, tiendas de armas, estaciones para lavar nuestro coche, etcétera. No nos gustaría desvelar todas las actividades disponibles para no destripar la magia que desprende el título, pero podemos decir sin temor alguno que todas y cada una de las actividades propuestas, incluido el golf –deporte no demasiado apto para los jugadores menos experimentados–, son tremendamente divertidas. Y si alguna no nos interesa demasiado, contamos con un buen puñado de opciones más a escoger.
El enorme territorio de Los Santos
Todas estas divertidas propuestas no tendrían cabida en una ciudad de dimensiones reducidas, o, al menos, restaría enteros al mundo vivo que suele firmar Rockstar entrega tras entrega. Concretamente 78 kilómetros cuadrados de escenario divididos en varias franjas que observaremos con cuidado a continuación, tomando como base la ciudad de Los Angeles y gran parte del estado de California. Así pues, la primera toma de contacto será en la ciudad de Los Santos, la gran urbe situada al sur del mapa y donde tenemos acceso a la gran mayoría de actividades como el Golf, los dardos, el tenis o la terapia de Michael. La extensión de la ciudad, que ocupa una cuarta parte aproximadamente del tamaño total del mapa, da acceso al aeropuerto internacional de Los Santos en el cual se puede despegar y descubrir nuevas localizaciones.
Centrada la ciudad referencia del título, a través de sus autopistas –o directamente en helicóptero o lancha– podemos disfrutar de las vistas de Palomino Highlands, Tataviam Mountains, Banham Canyon y Vinewood Hills. Estas localizaciones contrastan completamente con la arquitectura urbana que viste la ciudad, mostrando parajes mucho más verdes y naturales a los que estamos acostumbrados en Grand Theft Auto. Aquí, además, cambiamos un poco el rol de urbanita por el de ciudadano rural, puesto que las actividades están más enfocadas a la flora y fauna que al sonido incesante de la ciudad.
La ciudad y los territorios anteriormente mencionados componen el condado de Los Santos, mientras que la parte norte del mapa la compone Blaine County, el segundo destino de nuestros protagonistas. Esta región, mucho menos globalizada que la ciudad en sí, cuenta con un desierto abierto, multitud de montañas que escalar y desiertos espesos en los que perderse. Sin embargo, también encontraremos restos de civilización, algo menos civilizada –todo sea dicho-, en los pueblos Sandy Shores, Grapeseed y Paleto. También nos encontraremos múltiples islas paradisíacas y despobladas que explorar.
Recorrer todos los rincones de los dos condados puede llevarnos, tranquilamente, cien horas de juego, ya que varios accesos no estarán disponibles desde el principio y tendremos que ir generando ingresos para acceder a vehículos adaptados a las situaciones. No podremos ir en coche a todos los lugares, y tendremos que hacer uso de vehículos de tierra, mar y aire para poder descubrirlo todo. Con todo esto, y pese a que finalmente el mapa del videojuego ha sido más grande de lo que se esperaba, podemos afirmar sin ninguna duda que es el escenario más variado, divertido y selecto que podemos encontrar en cualquier videojuego.
Variedad como norma
Uno de los aspectos más divertidos del nuevo GTA es el objeto de las diferentes misiones que hay que desempeñar por el camino. Aunque hay que dejar claro, que a pesar de tener gran variedad de misiones, tareas y situaciones, ninguno de ellos se acerca a la espectacularidad hollywoodiense que envuelve a los golpes de la trama, especialmente los perpetrados por el trío protagonista. Mientras que los robos ordinarios siguen sucediéndose sin ningún problema que no se pueda solucionar con algo de planificación y mucho plomo, las misiones de la campaña suben el nivel de dificultad un grado. No se trata de dar una vuelta, preparar la munición y ponerse a disparar en cualquier dirección. Todo debe estar cuidadosamente preparado y dispuesto para optimizar esfuerzos y sobre todo beneficios, además de ejecutar el golpe en las mejores condiciones. Estos golpes se reparten en diferentes fases. La primera es de reconocimiento del lugar, para ello el jugador debe conocer la zona y recoger información útil mediante fotografías o videos. Ahora el grupo decide cómo actuar, y que personal contratar para el trabajo.
La elección del personal que aportará el apoyo extra es muy importarte y puede marcar diferencias en el rumbo de la operación. Evidentemente los profesionales de calidad requieren un mayor porcentaje de los beneficios, pero realizan su cometido con gran efectividad. Por el contrario, los profesionales que prestan servicios más económicos pueden proporcionar un margen de beneficio más alto, pero es posible que el piloto se pierda en la vía de escape o el informático active el sistema de alarma en plena faena. Por otra parte, las habilidades únicas de cada personaje son elementales para salir de los diferentes problemas a los que nos iremos enfrentando. No obstante es muy importante conocer estas características y saber cómo usarlas.
Mejorando lo presente
Además de estas novedades, GTA V incorpora todos los elementos que estaban en la serie, aunque con matices, ya que también aporta mejoras. Este es el caso del sistema de dirección de vehículos. En general se ha mejorado considerablemente en relación al título anterior. Ahora el control de un vehículo deja de convertirse en algo incomodo gracias a una mayor tasa de estabilidad, mas robustez en los diseños y otras mejoras en la física. Independientemente del modelo o de la velocidad, está garantizada la comunión entre el vehículo y el jugador, que ahora se deja sentir con mucha más pasión. Las diferencias según el tipo de coche siguen presentes, pero ahora el dominio no es en absoluto problemático.
Dar un paseo por cualquier rincón apartado de Los Santos mientras anochece es increíble, sobre todo si tenemos en cuenta que nos encontramos ante un juego de mundo abierto que está repleto de elementos orgánicos. El nivel de detalle es inmenso, el tratamiento de la iluminación es realmente portentoso y es prácticamente imposible, no esbozar una sonrisa al comprobar en movimiento el resultado visual obtenido. Todo dispone de un tratamiento suave, sutil, sin un momento de carga que nos interrumpa de principio a fin. Prueba de ello es la imperceptible transición entre las escenas de corte y los momentos de juego. Todo se desarrolla de manera tan natural que, en muchos casos, el personaje se queda parado, mientras el jugador sigue esperando el final de la escena.
Pero lo que realmente llama la atención es el marcado empleo de la paleta de colores. A diferencia de la gris Liberty City, Los Santos es mucho más viva y enérgica, dándole una capa más de color que permite un extra de personalidad a la ciudad. Más allá, los diferentes tonos y degradados sirven también para contextualizar al jugador en las diferentes áreas existentes. Vinewood es mucho más clara y alegre que los callejones oscuros de los guetos, o los abrasadores desiertos amarillos de Sandy Shores o el sur de Los Santos.
En cuanto a la caprichosa y completa selección musical, además de una banda sonora plagada de géneros, temas y éxitos comerciales de última hora, tanto la música como los efectos y sonidos de la cuidad, la naturaleza, el tráfico, los efectos atmosféricos, etc., se perciben naturales y en concordancia con las acciones que se muestran en pantalla. La calidad del doblaje, en inglés, es impresionante y deja muchos matices, quizás por esto, Rockstar ha decidido no doblar el juego a nuestro idioma, aunque del mismo modo, todos los textos de pantalla están en castellano para no perder ningún detalle.
Conclusiones
Las expectativas eran enormes, pero Rockstar ha logrado ofrecer más de lo que los exigentes seguidores esperaban. GTA V es una nueva bofetada a la sociedad moderna, que a modo de sátira violenta y criminal deja ante todo una fabulosa historia, tres personajes plagados de carisma y una ciudad entera a nuestra disposición con una abrumadora cantidad de opciones y posibilidades. A la espera del estreno del modo online, que también promete, la cuidad virtual de Los Santos marca el kilometro cero de la generación actual con una obra que pasará a la historia de la industria del entretenimiento en general. Sois libres. Bienvenidos a Los Santos.