Samsung ha mostrado en el marco de la feria CES 2019, que se celebra en Las Vegas, una nueva generación de pantallas con tecnología MicroLED que incluye una pantalla de 75 pulgadas y un nuevo modelo El Muro con 219 pulgadas. La compañía surcoreana muestra así que sigue trabajando en la tecnología que espera convertir en el nuevo estándar, al menos en las televisiones de mayor calidad de imagen y precios más altos.
Actualmente los televisores están divididos en dos grandes tecnologías. En primer lugar están los LED, que son pantallas LCD que alteran y modifican la luz blanca que les viene por detrás de una serie de diodos LED. Su principal problema es que al estar la luz siempre encendida, no llegan nunca a presentar negros perfectos, porque algo de luz siempre se cuela en la imagen. Los QLED de Samsung son una variación de esta tecnología.
En cambio, las televisiones OLED emplean diodos LED de los colores básicos para producir directamente la imagen cambiando de intensidad cada uno de los diodos o apagándolos completamente para producir negros perfectos. Esto permite no sólo televisiones más delgadas, sino una mayor calidad de imagen y mayor rapidez de respuesta, aunque generalmente sean capaces de alcanzar un brillo menor. Su principal problema es que esos diodos están fabricados con compuestos orgánicos, y como todo lo orgánico se degrada más rápido y puede producir problemas de quemado si emiten durante mucho tiempo la misma imagen en pantalla, como pueda ser la mosca de un canal de televisión o los indicadores fijos en pantalla de un videojuego.
La tecnología MicroLED tendría como objetivo aunar la mayor calidad, delgadez y hasta flexibilidad de la tecnología OLED pero usando diodos inorgánicos, lo que eliminaría los problemas de degradación y quemado de la pantalla. Ya el año pasado mostró sus posibilidades con el enorme televisor de 146 pulgadas que denominaron The Wall (El muro), pero aún parece que Samsung tardará en disponer de una tecnología de fabricación que les permita producirlo en masa y a un precio razonable.
El problema está en que cada diodo debe colocarse de forma individual dentro del panel de cada pantalla con una precisión extrema. Son tres subpíxeles de cada color por cada pixel, por lo que una pantalla de resolución 4K necesitara colocar casi 25 millones de estos diodos. No sólo es un proceso caro, sino que tiene ciertos límites a lo cerca que Samsung es capaz los diodos, razón por la cual el tamaño mínimo de una televisión 4K es de 75 pulgadas. Por contra, los OLED pueden "imprimirse" de forma similar a como se hace con los microchips, lo que facilita y abarata el proceso.
"Durante décadas Samsung ha liderado la innovación en cuanto a pantallas de última generación. Nuestra tecnología MicroLED se halla a la vanguardia de la próxima revolución en pantallas con monitores inteligentes y adaptables que sobresalen en todas las categorías", indicó durante la presentación el presidente de negocio de pantallas de la compañía, Jonghee Han.
La empresa surcoreana también se ha centrado en presentar un sistema modular que permite unir paneles MicroLED más pequeños sin que se vean las uniones, de modo que podamos configurar televisiones de los tamaños y relaciones de aspecto que queramos, confiando en que la tecnología de Samsung adaptará la imagen a los paneles que hayamos conectado.
Lo que no está claro es el precio ni la disponiblidad de todas estas novedades. El Muro fue comercializado sólo a clientes empresariales, pero cuando sepamos el precio de la más estándar televisión de 75 pulgadas podremos hacernos una idea mejor del coste actual de esta tecnología.