La NASA ha seleccionado a Lockheed Martin para completar el diseño y la fabricación del prototipo de un avión que volará a unos 1.500 km/hora a cerca de 17 kilómetros de altura y que al romper la barrera del sonido no suene como una explosión sino que se perciba en tierra más o menos como si se cerrara la puerta de un coche, según asegura el organismo estadounidense en un comunicado.
El contrato terminará el 31 de diciembre de 2021, suponiendo que no haya retrasos, y suponiendo que supere las pruebas iniciales de la agencia comenzará a volar encima de ciudades norteamericanas a mediados de 2022 para recibir información sobre las reacciones de sus habitantes. El objetivo último sería la reelaboración de las regulaciones sobre el ruido de esta clase de aviones, para que de este modo puedan volar aviones supersónicos comerciales sin la obligación de estar encima del mar al superar la barrera del sonido, como hacía el Concorde sobre el Atlántico.
El prototipo tendrá una longitud de unos 28 metros, más pequeño que la mayor parte de los aviones comerciales medianos, como el Boeing 737 o el Airbus A320. No obstante, su característica diferencial es su diseño, ya que cambiará sutilmente de forma durante el vuelo para reducir el ruido de la llamada explosión sónica a unos niveles aceptables, un diseño que esperan que se pueda adaptar en aviones más grandes.
Este avión forma parte del programa de aviones experimentales X-plane de la NASA, que ha dado aeroplanos tan famosos como el Bell X-1, que fue el primer en romper la velocidad del sonido, o el X-15, que en julio de 1964 logró ascender a más de 100 kilómetros de la superfice –lo que se considera ya como un vuelo espacial– y en octubre de 1967 logró alcanzar una velocidad de Mach 6.72 (7.274 km/h), un récord que aún no ha sido superado.