Este lunes saltaba la noticia del primer accidente mortal provocado por un coche autónomo, en este caso, un Volvo XC90 de Uber. Un lamentable accidente que probablemente será el primero completamente documentado gracias a las cámaras que porta el vehículo.
Las primeras investigaciones han dado la vuelta a lo que se creían en un primer momento y que había alarmado a todo el mundo. Según la jefa de Policía de Tempe (Arizona), Sylvia Moir, "está muy claro que habría sido difícil evitar esta colisión en cualquier modo de conducción -autónomo o con piloto humano-, dada la manera en la que ella salió de las sombras a la carretera". De hecho, el accidente ocurrió muy lejos de un cruce peatonal y en un momento en el que es peligroso cruzar la carretera hasta por zonas bien iluminadas para los peatones.
El conductor del vehículo autónomo de Uber, que por ley tiene que estar a los mandos del coche para reaccionar en caso de emergencia aseguró que "fue como un destello, la persona salió delante de él". Un testimonio que ha quedado confirmado por las grabaciones de seguridad del Volvo.
En dichas imágenes se ve cómo el accidente era "difícil de evitar". Se ve a la mujer caminando arrastrando su bicicleta por la mediana cuando al tratar de cruzar un carril fue arrollada por el Volvo de Uber, que iba a 60 km/h en un tramo limitado a 55 km/h. Por lo tanto, parece claro que el primer accidente mortal documentado por un vehículo autónomo fue provocado por la víctima y no por el coche sin conductor.
De todas formas, Uber anunció este lunes que había detenido todas las pruebas en las que usaba vehículos autónomos hasta que se realizara la investigación del accidente.