En una reciente entrevista en The New York Times, el presidente electo de los Estados Unidos desvela que recibió la llamada de Bill Gates y de Tim Cook. Donald Trump le dijo al CEO de Apple que "una de las cosas que será un logro real es cuando consiga que Apple construya una gran planta en EEUU donde, en lugar de China o Vietnam, haga sus productos aquí". Según el presidente electo, Cook le dijo: "Yo entiendo esto".
De momento, nadie de la compañía de la manzana mordida ha confirmado o desmentido esta conversación. Pero Trump confía en que Apple produzca sus dispositivos en territorio norteamericano porque les va a ofrecer incentivos y rebajas de impuestos: "Creo que vamos a crear grandes incentivos para usted. Vamos a pedir un recorte de impuestos, tenemos que deshacernos de las regulaciones, regulaciones que lo están haciendo imposible".
Aunque Trump ya ha dado marcha atrás en algunas de sus promesas electorales no parece que vaya a ceder en su empeño de declarar la guerra comercial a China. En plena campaña electoral ya dijo que iba a "conseguir que Apple empiece a construir sus malditos ordenadores y cosas en este país en lugar de en otros países", mientras amenazaba con gravar con un impuesto del 45% los productos importados de China.
De todas formas Apple no parece estar muy por la labor de trasladar su producción a Estados Unidos. En China la mano de obra es muy económica y crear una planta en EEUU le supondría invertir grandes cantidades de capital, por lo que sus ganancias se reducirían considerablemente.
Ya en el año 2012 Steve Jobs le dijo a Barack Obama que trasladar la manufactura de Apple a Estados Unidos era prácticamente imposible.
Tras la victoria de Donald Trump se filtró la carta que había mandado el presidente de Apple a todos los empleados de la compañía en la que les instaba a "avanzar juntos" a pesar de la "incertidumbre".