Hace un año un investigador alemán reveló que bastaba con conocer el número de teléfono de alguien para lograr su ubicación y acceder a sus llamadas y mensajes. Un problema de seguridad que todavía hoy sigue sin resolverse como ha demostrado el mismo hacker en un programa de la CBS.
Karsten Nohl ha vuelto a alertar del problema y ha confirmado que lleva trabajando con varias redes móviles internacionales para analizar el impacto de esta grave vulnerabilidad.
En su demostración, hackeó el iPhone del congresista de California Ted Lieu. Gracias al Signalling System No. 7 (SS7) consiguió localizar la posición de Lieu, leyó los mensajes que había escrito y grabó las llamadas entre él y su equipo.
El SS7 es un sistema de señalización estándar global para las telecomunicaciones que define el protocolo y los procedimientos con los que los elementos de la red de telefonía conmutada pública intercambian información sobre una red digital para efectuar el enrutamiento, establecimiento y control de llamadas.
Hay dos métodos para interceptar las llamadas. Uno es secuestrando la función de reenvío del teléfono, redireccionando las llamadas hacia ellos antes de enviarlas al destinatario real. El otro es utilizando antenas de radio para recoger las llamadas y mensajes de texto de una zona, algo que tiene el inconveniente de tener que estar cerca de las víctimas.
El propio Nohl ha asegurado que este método es el que pueden estar usando las agencias de inteligencia internacionales para realizar escuchas masivas y almacenar gran cantidad de datos intercambiados entre distintos usuarios. Nadie está a salvo de esta vulnerabilidad, ni las redes móviles con las técnicas de cifrado más avanzadas. Para el usuario lo único que se puede hacer para estar a salvo es tener el móvil apagado.