El avión eléctrico impulsado por energía solar Solar Impulse ha cubierto con éxito el trayecto entre Hawai y San Francisco en 62 horas de vuelo, con dos pilotos a bordo.
Solar Impulse está cubriendo una vuelta al mundo por etapas para demostrar la viabilidad de la energía solar para propulsar aeronaves. El comandante de la nave, Bertrand Piccard, apenas durmió 20 minutos durante la travesía, dentro de una cabina sin climatización.
"Tienes entrevistas, control de la navegación, comunicaciones con el centro de control en Mónaco. Tiene controles de salud, una gran cantidad de controles de salud", dijo Piccard tras aterrizar en Mountain View el 24 de abril por la mañana, hora española. "Es muy activo, hay un montón de cosas que hacer, pero sin embargo se puede disfrutar del vuelo", ha apuntado.
Los pilotos han logrado mantenerse despiertos y alerta a través de los largos trayectos en frío mediante el uso de auto-hipnosis, dijo Piccard. Él ha utilizado paquetes de calefacción para calentar sus zapatos y guantes, con el que también calienta sus platos preparados.
Piccard y André Borschberg han estado volando por turnos el avión en un viaje alrededor del mundo desde que despegara de Abu Dhabi en marzo de 2015. Han hecho escalas en Omán, Myanmar, China, Japón y Hawai. Las etapas del Pacífico han sido las más arriesgadas, debido a la falta de islas donde tomar tierra en caso de emergencia.
"Hemos demostrado que es posible volar muchos días, muchas noches, que la tecnología funciona", dijo Borschberg, de 63 años, que pilotó el avión durante un viaje de cinco días desde Japón a Hawai y que se mantuvo alerta en esta última singladura haciendo yoga y meditación.
Solar Impulse vuela a una velocidad media de 45 kilómetros por hora. Fabricado en fibra de carbono, pesa 2.267 kilos y está equipado con 17.000 células solares que cargan sus baterías. La envergadura de sus alas es similar a la de un Boeing 747.