La empresa surcoreana LG presentó en el pasado CES de Las Vegas a principios de enero la pantalla que cambiará la manera en la que vemos la televisión y que, adaptada a otros dispositivos, podría revolucionar las telecomunicaciones.
Se trata de una pantalla OLED enrollable que puede emitir en ambas caras en calidad 4K y, además, cabría en un tubo de pocos centímetros de diámetro. El prototipo presentado tiene 18 pulgadas aunque el gigante surcoreano trabaja en pantallas enrollables de 55 y 65 pulgadas.
Este tipo de tecnología permite mejor resolución que las pantallas LED actuales y unos colores más realistas. Además se consigue adelgazar las pantallas.
El próximo salto tecnológico parece estar encaminado hacia la versatilidad de las pantallas y, en este ámbito, LG lleva la delantera a sus principales competidores, que también están investigando en esta dirección.