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Con el Surface Hub de Microsoft las reuniones no volverán a ser lo mismo

Microsoft presenta en España por primera vez un dispositivos sorprendente: Surface Hub, que quiere ser la solución definitiva para las reuniones.

Emilio Paz, de Microsoft, nos muestra el Surface Hub | C.Jordá

A aquel que se acerque al Surface Hub de Microsoft de una forma superficial –y perdonen el juego de palabras- le costará mucho ver algo más allá de una gran pantalla en la que se pueden hacer "cosas". Sin embargo, estamos ante un dispositivo que quiere ser revolucionario, que pretende significar un cambio tan radical en el trabajo en equipo que desde la compañía de Redmond lo comparan con lo que significó la introducción del ordenador personal para el trabajo individual.

¿Hay algo de cierto en esta afirmación entusiástica? Para saberlo nos hemos acercado a las demostraciones que Microsoft ha organizado en Madrid dentro de la feria SIMO Educación, en lo que ha sido las primeras ocasiones en las que el dispositivo se mostraba en España a público, profesionales y periodistas.

Nos espera Emilio Paz, Product Marketing Manager de Surface en España, delante de la enorme pantalla de 84 impresionantes pulgadas de la versión más potente del dispositivo.

Surface Hub está enfocado al trabajo en equipo y a las reuniones, así que lo primero es convocar la reunión, algo que no puede ser más sencillo: basta con mandar un correo electrónico a todos los que participarán, incluido el propio dispositivo -que contará con una dirección de correo de empresa-; una vez hecho esto, basta con un clic para empezar la reunión y poner la máquina en marcha.

A partir de ahí, las posibilidades son tan variadas como la gama de programas que tenga la empresa, ya que cualquier aplicación que funcione con el sistema operativo Windows 10 funciona en el Surface Hub: aplicaciones de fotografía, de diseño, por supuesto todos los programas de Office… cualquier cosa puede hacerse desde el propio dispositivo u otro, un ordenador, una tableta o un teléfono móvil, que se le conecte. Obviamente, tal y como nos recalca Emilio Paz, si se trata de un dispositivo con Windows 10 esta integración es más completa.

A partir de ahí, todos los que participan en la reunión de forma presencial pueden trabajar sobre el Surface Hub con varios bolígrafos que el propio dispositivo tiene o con sus propias manos –hasta 100 dedos pueden tocar la pantalla al mismo tiempo y que se registre su actividad.

Si se modifica el documento original este queda modificado, haya sido abierto en el propio dispositivo o en otro, pero además es posible abrir -con un sólo toque en la enorme pantalla- un documento de trabajo en OneNote sobre el que copiar imágenes y en el que todo el mundo puede hacer anotaciones, esté participando presencialmente en la reunión o a través de la videoconferencia. Además, este documento con las aportaciones de todos se envía automáticamente a cada participante al concluir la reunión.

El final de las reuniones es otro aspecto curioso del Surface Hub: si un solo clic nos permite poner en marcha el encuentro con dos lo daremos por terminado dejando el Surface Hub preparado para los siguientes usuarios y, por supuesto, sin que ninguna información sensible pueda llegar a los ojos que no corresponden. Todo, de nuevo, de unos segundos.

Imaginemos lo que puede significar el dispositivo para una empresa multinacional, que puede mantener reuniones con decenas de personas en varios puntos del planeta, convocadas automáticamente, con todos viéndose y viendo las aplicaciones que se desee e interactuando en el mismo documento de trabajo que todos reciben al final; o en una empresa dedicada al diseño, con varias personas interviniendo en directo en el mismo proyecto a través de una pantalla de 84 pulgadas; o en el ámbito de la educación, con una perfecta conexión entre una gran pizarra electrónica y los dispositivos de los alumnos, se encuentren donde se encuentren.

¿Será Surface Hub esa máquina que dispare la productividad del trabajo en equipo? Es difícil saberlo antes de que lo veamos funcionando en el mundo de la empresa, algo que ocurrirá a partir del próximo uno de enero, cuando empiece a entregarse a los muchos clientes que ya lo han encargado desde sectores como "educación, inmobiliarias que quieren dotar oficinas de alto standing o multinacionales de ámbitos como la banca", tal y como nos asegura Emilio Paz.

Lo que sí parece seguro es que en aquella empresa que disponga de un Surface Hub las reuniones nunca volverán a ser lo mismo, y eso quizá sea suficiente para justificar los 7.000 dólares que cuesta el modelo "pequeño" de 55 pulgadas o los 20.000 que vale el de 84, precios que, al fin y al cabo, no son tan altos como pueda parecer si los comparamos con el coste una solución completa para, solamente, hacer videoconferencias.

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