Los avances tecnológicos en los coches están casi siempre vinculados a la seguridad de los conductores y pasajeros, pero cada vez más se van añadiendo sistemas de conducción semiautónomas que ayudan, por ejemplo, a aparcar sin la intervención del conductor.
De momento sólo un pequeño número de modelos cuenta con algún tipo de ayuda, pero el objetivo es masificarlo en los próximos cinco años. Según un informe de Navigant Research, se espera que los sistemas de asistencia al conductor sean cada vez más sofisticados e introducidos por una amplia gama de fabricantes, aunque todavía requerirán algún tipo de supervisión por parte del conductor.
Se cree que hasta que no haya al menos un 10% de vehículos autónomos en nuestras carreteras no se podrán medir las mejoras en cuanto al flujo de tráfico.
En el informe afirman que el año 2035 es la fecha en la que la navegación autónoma será una realidad, año en el que se espera que las ventas de coches autónomos estén en los 85 millones de unidades en todo el mundo.
Retos de los coches autónomos
Uno de los retos más importantes al que se enfrentan los coches autónomos es convivir con los seres humanos, ya que éstos no se comportan según las reglas establecidas que estos coches no se saltan. Por eso la fiabilidad de este tipo de vehículos es fundamental para su implementación en nuestras carreteras, ya que si se producen errores no nos fiaremos de ellos y no los aceptaremos en nuestras carreteras.
Todos los fabricantes están trabajando para que la información sea lo más precisa posible y que la velocidad de recepción de esa información permita que la fiabilidad de los coches sea mayor. También proponen trabajar con inteligencia artificial de forma que los retrovisores, por ejemplo, sean cámaras. Por último, señalan la posibilidad de que, si el conductor tiene que tomar los mandos del vehículo en algún momento, se pueda comunicar con el coche para que solucione problemas difíciles de prever.