Los usuarios de Windows 7 y 8.1 y Windows Phone 8.1 podrán actualizarse gratis durante un año a Windows 10. Eso ya lo sabíamos. Lo que ha sido toda una sorpresa ha sido el anuncio del jefe de la división de Windows, Terry Myerson, de que también las copias piratas del sistema operativo se actualizarían. Como lo dijo en China, se especuló si esta política se aplicaría sólo al gigante oriental o sería generalizada. De modo que Microsoft ha enviado a los medios un comunicado indicando que todas las copias ilegales de Windows 7 y 8.1 podrán actualizarse pero, eso sí, seguirán siendo consideradas como "no genuinas".
No está claro en qué se traducirá esto. Al fin y al cabo, si Microsoft detecta durante la actualización que la copia es ilegal, podría aplicar medidas en contra del usuario después de la misma, como negarle nuevas actualizaciones, mostrarle una ventana conminando a legalizarse cada vez que arranca el ordenador o bloquear el sistema si no se compra una copia legítima antes de un periodo determinado. Microsoft, por ahora, no ha querido aclarar qué piensa hacer en estos casos. Es posible que la vigilancia sea limitada en el mercado de consumo, donde es difícil perseguir estas prácticas, y se centre más en la empresarial.
Lo que Microsoft sí ha especificado es que algunas versiones no disfrutarán de la actualización gratuita, en concreto las versiones Enterprise de Windows 7 y 8, así como Windows RT. No obstante, los clientes empresariales tendrán ofertas específicas para actualizar los equipos de sus usuarios.