Habrá que hacerse a la idea de volver a llevar reloj...
La presentación de Apple de ayer estuvo marcada por el inminente lanzamiento del Apple Watch.
No, el nuevo MacBook no eclipsó al Apple Watch más de lo que han eclipsado las gafas de realidad virtual al Samsung Galaxy S6 en el MWC de este año. A los raros que nos tragamos una presentación de tecnología de hora y media quizás nos llame mucho la atención ver infografías en 3D sobre cómo se hacen baterías en terraza y cuerpos de metal, pero nunca hay que perder de vista cuáles son los productos de consumo masivo, y el Apple Watch puede suponer un punto de inflexión en el crecimiento de los wearables, que hasta ahora no ha sido muy importante que digamos.
Un evento largo y con relleno
Hora y media para presentar dos nuevos equipos, una nueva aplicación, dos actualizaciones menores y una revisión de precios. Lo dicho: una keynote muy larga. Que alguien me explique la importancia de la exclusividad de HBO Now en el Apple TV. Dejando a un lado que el CEO de HBO que presentó el servicio pareciera venir de un rodaje porno de los años 80, y que encima ni se supiera su discurso, tener que pagar 15 dólares para disfrutar de sus contenidos parece excesivo: Netflix cuesta nueve. Supongo que la bajada de precios del Apple TV de 99 dólares a 69 busca que, con la contratación del servicio, el usuario acabe pagando lo mismo.
CarPlay, Research Kit, Health y HomeKit mostraron los caminos que seguirá Apple para introducir su tecnología en todos los aspectos de nuestra vida. Quieren que nos montemos una infraestructura de comunicación entre nuestra casa, nuestro coche y nuestra salud, controlada desde nuestro dispositivo iOS.
La idea no es mala, ni nueva, pero al igual que pasa con su equivalente en Android, me cuesta vislumbrar un futuro en el que nos molestemos en hacer la inversión necesaria para tener totalmente controlada nuestra instalación eléctrica desde el teléfono, buscar modelos de coches que acepten la integración con nuestro móvil, así como querer controlar activamente todos los datos que se puedan recoger sobre nuestra actividad física. Aunque es cierto que la industria puede hacer parte de ese trabajo por nosotros, ahora mismo parece un futuro muy lejano.
Cabe recordar que Apple hizo hincapié en que todos los fabricantes de vehículos apoyan CarPlay, pero Toyota se niega a dar su brazo a torcer, y considerando que es el principal fabricante de coches del mundo parece que su ausencia es algo relevante.
Nuevo MacBook
Movimiento interesante por parte de Apple: matamos el modelo anterior para quedarnos con dos versiones: MacBook Air, la opción de consumo, y MacBook Pro, la profesional; luego lo revivimos con un rediseño de aúpa y mostramos nuestra visión de futuro para el segmento de portátiles. Con suerte, el resto de la industria se verá obligada a seguirnos, y volveremos a reinventar algo.
Toda su presentación recordó a la revisión que siguió el iPad cuando acabó convirtiéndose en iPad Air para renovar sus ventas (algo que por cierto, no ha ocurrido). Mismos colores que el iPhone y tufo a iOS. Viéndolo, me pregunto si la llegada del iPad Pro que tanto se rumorea tendrá ya algún sentido, ya que podría quedarse cojo en comparación.
La eliminación de casi todos los puertos por la inclusión del versátil USB Tipo C me lleva a preguntarme por qué nadie habla de la verdadera razón por la que Apple ha sacado este equipo: luchar con los Chromebook de Google.
Al final, por mucho que podamos conectar hubs ampliadores de puertos, acabaremos por centrar toda nuestra producción y todo nuestro consumo de contenido a través de Internet. Ese es el fuerte de los Chromebook. Obviamente éstos compiten en una franja de precios muy inferior, pero eso a Apple siempre le ha dado igual. El precio de sus productos no afecta a sus ventas, por alto que pueda ser.
Creo que puede ser un portátil de futuro. El usuario final de un MacBook no busca grandes prestaciones en un portátil, para eso ya está el MacBook Pro, y la eliminación de puertos acabará siendo algo normal en años venideros. Apple ya ha eliminado de nuestros portátiles muchos elementos de los que dependíamos en el pasado, obligando al resto de la industria a adaptarse.
Lo que se me hace difícil es valorar el futuro del Macbook Air. Vale que tiene más potencia que el nuevo MacBook, pero si su diseño, duración de batería y resolución de la pantalla son inferiores, ¿realmente piensa Apple que la gente se va a decantar por un modelo con procesador superior cuya pantalla no llega a ser Full HD? ¿Para eso no está el MacBook Pro?
Apple Watch
Lo que todo el mundo esperaba, y la pieza de hardware más deseada de los últimos tiempos. Dejando a un lado la vergonzosa entrevista a la modelo Christy Turlington, que no consiguió vincular la importancia del Apple Watch a la loable tarea que lleva a cabo en la organización Every Mother Counts, creo que por fin veremos una explosión en el uso de tecnología wearable (que llevamos encima). Llevamos un año viendo como la industria no termina de despegar, y parece lógico que se necesite que el principal fabricante de tecnología, junto a Samsung, se involucre directamente en ella.
Del reloj, poco nuevo que decir. Parece que se ha mejorado la duración de la batería, algo que estaba poniendo nerviosa a la comunidad de futuros compradores, y aunque requiera de un iPhone para muchas funciones, la simbiosis de ambos equipos es totalmente viable si tenemos en cuenta que el teléfono también lo llevamos siempre con nosotros.
No hay que olvidar lo más importante que va a ofrecer el Apple Watch: un nuevo dispositivo. Esto es evidente, pero resume el efecto que la tecnología tiene sobre nosotros. Un nuevo equipo supone una nueva interfaz gráfica con la que jugar, nuevos gestos que aprender, nuevos hábitos que adquirir, y nuevas limitaciones y frustraciones que aceptar. Pero los usuarios de Apple suelen ser muy proclives a aprender con tal de disfrutar de un nuevo dispositivo.
El Apple Watch puede ser el dispositivo definitivo en la gama electrónica de Apple. Quiere que el usuario identifique la tecnología con su marca y con una integración invisible entre equipos. Es algo friki, pero suficientemente elegante y llamativo como para que su adopción sea masiva. Apple ha entendido que aunque la tecnología sea útil, el usuario no puede dudar acerca de su consumo por motivos de estética o vergüenza. ¿Quién se acuerda ahora de las Google Glass?
Si siempre ha buscado que sean los propios usuarios quienes hagan la publicidad por ellos, mostrando sus productos con orgullo por todo el mundo, ¿qué mejor manera de lucir Apple que mostrarla todo el día en la muñeca?
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