Un estudio publicado en la revista Nature describe una nueva molécula que puede mejorar las características de los dispositivos de memoria flash, utilizados en teléfonos, lápices de memoria y cámaras de vídeo, entre otros. En la investigación han colaborado científicos de la Universidad de Glasgow, entre los que se incluye la española Laia Vilà-Nadal, así como un equipo de la Universidad Rovira i Virgili.
Las memorias flash son un extendido medio de almacenamiento digital que puede ser borrado y reprogramado electrónicamente en una sola acción. "Nuestro trabajo tiene como objetivo mejorar el número de bits por cada célula para aumentar la capacidad total (…) de la memoria flash, así como la fiabilidad y los consumos de energía", informó Vilà-Nadal a la agencia Efe.
La nueva molécula podría tener una implementación práctica a escala noanométrica al reducir el tamaño de las celdas que almacenan la información en las memorias flash. Los investigadores tratan de utilizar moléculas individuales para reemplazar los componentes de almacenamiento habituales en las memorias.
Además de poder escribir en poco espacio, los materiales inorgánicos utilizados son de bajo coste, son muy resistentes y aguantan temperaturas de 600 grados. La nueva forma de preparar dispositivos también permite adaptar sus propiedades durante el proceso.
Según los autores, el trabajo presenta el uso de este compuesto, en concreto un polioxometalato de tungsteno con selenio en su interior, como "candidato viable, fiable y compatible en dispositivos de memoria". Los científicos observaron que se podía oxidar y reducir –escribir y leer– muchas veces a nivel molecular y, por tanto, se supone que es una molécula muy interesante para la creación de dispositivos de almacenamiento de datos.
"El desarrollo de la tecnología de las memorias flash es clave en electrónica de consumo. Debemos alcanzar una mayor capacidad de almacenamiento, incrementar su fiabilidad así como su seguridad", afirman los autores de la investigación.