La Máquina es un proyecto de HP Labs que pretende cambiar la arquitectura de ordenadores, tabletas y móviles gracias sobre todo al uso de unos componentes llamados memristores. Estos ingenios electrónicos fueron descritor por primera vez por Leon O. Chua en 1971, pero no fue hasta 2007 que Hewlett-Packard consiguió crear uno. Desde entonces, la empresa lleva trabajando para ponerlos en el mercado.
Los memristores son unos componentes que disponen de una resistencia variable, cuyo valor dependería de la corriente que ha pasado por él anteriormente; esa resistencia podría ser interpretada como un cero o un uno. Así, cada memristor almacenaría un bit que además no se perdería cuando se desconectara de la corriente. Estos elementos básicos de memoria informática serían mucho más pequeños que sus alternativas actuales, más rápidos y podrían además apilarse, aprovechando las tres dimensiones en lugar de las dos que emplean hoy día los circuitos impresos. Tanto es así que sería factible que un móvil pudiera disponer de 100 terabytes de memoria de memristores sin aumentar de tamaño.
Pero la principal novedad, y que es la que supone un cambio de paradigma en la computación, es que estos memristores sustituirían a todos los tipos de memoria. Actualmente, todo ordenador (y un smartphone no deja de ser un ordenador) incluye dos tipos principales de memoria. Una es la memoria RAM, que se borra al apagar el dispositivo, y es la que usa para funcionar. Luego está el almacenamiento, que puede ser un disco duro o uno de estado sólido, en el que se almacenan las aplicaciones y los datos.
Todos los sistemas operativos del mundo, desde Android hasta Windows, dan por sentada la existencia de estos dos tipos de memoria. Con los memristores sólo existiría una, de modo que HP está creando un sistema operativo propio, llamado Machine OS, que sería el primero en funcionar asumiendo que no existe diferencia entre memoria y almacenamiento. Además, estarían preparando versiones modificadas de Linux y hasta de Android –que no deja de ser una versión modificada de Linux– para que puedan funcionar con este nuevo paradigma.
Además de los memristores, los circuitos de estos ordenadores abandonaría el clásico cobre de los circuitos impresos para conectar los distintos componentes y optarían por usar fotónica de silicio. Lo que hace esta tecnología es embeber el láser dentro del chip para que pueda emitir y recibir luz en lugar de electricidad para comunicarse con el exterior, y llevar las señales de luz en guías de silicio que las confinan y transportan al lugar adecuado.
Hewlett-Packard está apostando buena parte de su futuro en esta tecnología, hasta el punto de que un 75% de los recursos de sus HP Labs están invertidos en La Máquina. Si finalmente sale al mercado como esperan, llegará como muy pronto en tres años y siempre antes de final de esta década. La tecnología alcanzaría primero a los servidores profesionales de los centros de datos, y después se iría extendiendo hasta llegar a los dispositivos de consumo.
El nombre de La Máquina tiene su origen en la necesidad de no asociarlo con ningún dispositivo en concreto, ya que teóricamente podrá implementarse en cualquiera: servidores, portátiles, tabletas, móviles, etc. A falta de que el departamento de marketing encontrara algo mejor, los investigadores empezaron a llamarlo "La Máquina" y al final se ha quedado así.