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Los argentinos consumen 45 pastillas de Viagra cada minuto

Argentina vive un auge del consumo de píldoras para la disfunción eréctil, como las de Viagra y otras marcas, cuyas ventas se han disparado a razón de 45 pastillas por minuto, según cálculos oficiales, al calor del entusiasmo de los jóvenes por las bondades del "sexo químico".

El récord se dispara a un promedio de 53 pastillas vendidas por minuto, según los sexólogos que sostienen que los jóvenes tienen mucho que ver con el aumento continuo de los tratamientos con "citrato de sildenafil" (viagra) que se registra en este país sudamericano desde fines de la década pasada.

Las cifras oficiales indican que las ventas han llegado a unos 24 millones de pastillas anuales para combatir la disfunción eréctil, lo que equivale a un promedio de 65.753 a diario.

Pero el presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, Adrián Sapetti, calcula que las ventas llegaron a unos 25 millones de comprimidos al año, cifra a la que se suman otros tres millones que se comercializan en el mercado "negro". El promedio se dispara entonces a 76.712 píldoras diarias o 53,2 por minuto.

Las ventas de estos tratamientos crecen cerca de un 18 por ciento cada año, desde la salida al mercado en 1998 de la píldora azul Viagra, apuntó el especialista.

Sapetti atribuye especialmente el incremento a la incorporación de los jóvenes, de entre 18 y 20 años, al consumo habitual de estas pastillas junto al "cliente inicial" de entre 40 y 50 años.

"Los jóvenes tienen miedo de fracasar en su primera cita. Se sienten muy exigidos y toman Viagra para ganar confianza y seguridad porque saben que mejorará su rendimiento", comentó.

Según una encuesta de la Escuela de Farmacia de la Universidad Maimónides, tres de cada diez compradores de medicamentos para la disfunción eréctil son menores de 21 años, lo que representa un aumento del 50 por ciento de este grupo en los últimos tres años.

El trabajo señala que este cambio en los hábitos de consumo se debe también a la "eficacia" del remedio y a las "facilidades" para obtenerlo ilegalmente sin receta en discotecas, estaciones de servicio o a través de Internet mediante envíos a domicilio.

"Hay jóvenes que toman Viagra como una droga en una discoteca, la trocean y la toman buscando un efecto placebo", advirtió.

En este sentido, Sapetti alertó del "peligro" de tomar estos medicamentos sin prescripción médica por las contraindicaciones que pueden causar al paciente.

Además remarcó que la disfunción eréctil puede deberse a graves patologías, como problemas de diabetes e hipertensión, por lo que debe de ser tratada por un especialista médico.

Otro de los problemas de la venta ilegal, no en farmacia, de estos medicamentos es el riesgo de que sean falsos y estén adulterados.

Un estudio citado por la revista holandesa International Journal of Clinical Practice de 370 muestras de Viagra incautadas sólo diez eran genuinas.

La popularidad del Viagra, que se ha convertido en un "icono del imaginario colectivo", ha impulsado también, a juicio de Sapetti, su consumo entre los jóvenes.

"El uso recreativo del Viagra se ha disparado en una sociedad moderna en la que prima la cultura del entretenimiento y de lo inmediato. Estamos en la época del sexo químico", reflexionó.

El especialista recordó que hay medicamentos para "todo tipo" de patologías sexuales y que hay hombres que toman diariamente entre "tres y cuatro" fármacos de este tipo.

Unos 35 millones de hombres en todo el mundo se benefician de los efectos del Viagra para combatir la flaccidez del pene, un problema fisiológico que afecta a más de la mitad de la población masculina de entre 40 y 70 años de edad, según la farmacéutica estadounidense Pfizer, fabricante de ese medicamento.

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