La explosión de casos de ómicron, leves en su inmensa mayoría, ha lanzado el debate de un posible cambio en los protocolos contra el coronavirus como el que plantearon hace unos días médicos de familia pidiendo reducir la carga covid para mejorar la atención a otros pacientes. El Gobierno, el mismo que acaba de hacer obligatoria la mascarilla en exteriores, propone ahora "gripalizar" la covid implantando un sistema de vigilancia similar al de las epidemias de gripe, que ya se ensaya en regiones como Madrid. El Insituto Carlos III menciona ya la covid-19 dentro de su plan de vigilancia de gripe y otros virus respiratorios.
Vigilar la covid-19 como una gripe supondría dejar de contar prácticamente cada caso, con todo lo que ello implica, para pasar a una red de vigilancia del virus con el fin de "saber cómo circula y tomar decisiones", según explica a LD Iván Sanz, Responsable Científico y de Vigilancia Virológica del Centro Nacional de Gripe de Valladolid. Sanz cuenta que con la gripe se creó la "primera red de vigilancia" de un agente infeccioso en el año 1954, tras constatarse que el virus volvía en forma de epidemia año tras año y era necesario controlarlo. En su opinión, aunque se hable generalmente de la "endemización" del SARS-CoV 2, es posible que su futuro sea más similar al de la gripe y se convierta en un virus estacional con epidemias anuales y quizás con la necesidad de actualizar periódicamente las vacunas para los más vulnerables.
¿Redes centinela para la covid?
En España, explica, la evolución de la gripe se controla de dos formas. Por un lado, se contabilizan los casos de gripe que se "diagnostican clínicamente" en función de los síntomas. Al ser la gripe una enfermedad de declaración obligatoria, se comunica cada diagnóstico y con ello se elaboran informes semanales sobre la incidencia.
En paralelo, se confirman en laboratorio muchos casos de gripe en pacientes hospitalarios que presentan síntomas compatibles y a los que se somete a prueba para decidir sobre tratamientos y aislamientos. Además, también se toman muestras de pacientes de las denominadas "redes centinela" de médicos de atención primaria, en su mayoría voluntarios. Estos médicos, explica Sanz, seleccionan casos que presentan cuadros compatibles con la gripe y envían las muestras a laboratorio. "Las redes centinela se dedican a buscar gripe y la encuentran", explica Sanz, que cuenta cómo esas mismas pruebas también están sirviendo cada vez más para localizar otras infecciones respiratorias como el VRS o el covid. Los médicos centinela, explica, se distribuyen entre la población en función de distintos factores y permiten que vigilando "un pequeño porcentaje" de pacientes se pueda "ver la totalidad" de la evolución del virus.
¿El momento de cambiar?
El sistema "centinela" sirve, añade Sanz, tanto para tomar decisiones de salud pública relacionadas con la gripe como para adelantarse y adaptar la vacuna de los años siguientes. En el caso del covid, el doctor cree que esta estrategia acabará adoptándose porque "no podemos seguir mucho más tiempo así", contabilizando caso a caso, "porque tampoco tiene sentido" en una enfermedad que en su gran mayoría se puede pasar en casa.
En su opinión, por el momento "sería un error gripalizar el tratamiento epidemiológico del covid" porque "no estamos preparados" y "quedan cosas que pulir". Pero apunta que quizás "la temporada 2022-2023" sea el "momento crucial" para tener la vigilancia a punto e implementar el sistema. Eso requeriría, en su opinión, "empezar a trabajar ya", sin esperar a que acabe ómicron.
A esa "gripalización del covid y "el fin de la excepcionalidad" se refería esta semana el artículo de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC) que planteaba la necesidad de "dejar de hacer para poder hacer", en alusión a la saturación de los centros de salud por, entre otras cosas, pruebas y seguimientos de personas asintomáticas o con síntomas muy leves.
Ayuda para "tomar decisiones"
Desde la SEMFyT, el doctor y miembro de su Consejo asesor José María Molero defiende en LD cambios en los protocolos de forma progresiva ante una enfermedad que "no es la gripe, porque tiene más mortalidad" pero que en su opinión debería empezar a abordarse de otra forma. Entre los posibles cambios alude a las ventajas que podría tener una vigilancia similar a la de la gripe, con una plantilla de médicos centinela que debería "potenciarse e incrementarse" y cuyo trabajo serviría para saber "si están subiendo los casos" sin necesidad de hacer test a todo el que presente síntomas.
Molero recuerda que hasta ahora el protocolo marca que a cualquier persona sospechosa de padecer covid hay que "pasarle por una zona determinada" del centro de salud, tomar una muestra, analizarla y hablar con el paciente, algo especialmente "ineficiente" en épocas de baja incidencia, cuando "la mayoría de pruebas dan negativo" y que supone una pérdida de "tiempo y recursos". Un sistema de vigilancia, en definitiva, "nos diría cuándo hay que tomar decisiones".
"Cuando acabe esta sexta ola"
Unas decisiones que podrían llegar relativamente pronto: este mismo miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha anunciado la decisión de cambiar el sistema y los parámetros de vigilancia de la epidemia, pero ha advertido que se hará "cuando acabe la sexta ola" y "nunca antes". La razón que ha esgrimido Darias es que "la enfermedad pandémica poco a poco va adquiriendo características de endemia".
"Resulta evidente que, a pesar de esta sexta ola, la situación no es igual a otras anteriores –ha explicado la ministra–. Las altas coberturas vacunales, la presencia cada vez más alta de ómicron y las incidencias que hemos tenido están cambiando progresivamente la epidemiología de la Covid-19".
Ante esta nueva situación, Darias ha señalado la necesidad de "anticipar nuevos escenarios" y que, por tanto, hay que "comenzar a valorar la adaptación a un nuevo sistema de vigilancia y control de la Covid-19 una vez superada la sexta ola, nunca antes".