"Los beneficios superan los riesgos", ha concluido el Comité de Medicamentos Humanos de la Agencia Europea del Medicamento tras su aprobación de la vacuna de Pfizer en los niños de entre 5 y 11 años. Y en esta línea se encuentran los pediatras españoles que ven con buenos ojos que se quiera inmunizar a este grupo poblacional.
Los ciudadanos europeos no seremos los primeros en inmunizar a los niños. Estados Unidos, Israel y Canadá ya los están vacunando. En el caso de España explica el doctor Francisco Álvarez, coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría en conversación con Libertad Digital, "es necesario hacerlo si queremos superar el 90% de la población vacunada para conseguir la inmunidad de grupo y evitar que el virus mute". Y es que los niños de estas edades representan el 10% de la sociedad española.
Así mismo "acabaríamos con los problemas psicológicos de los niños que hasta ahora no han podido ni interactuar socialmente con sus compañeros ni recibir una educación adecuada", nos explica el doctor. "Si les vacunamos podríamos evitar las medidas de distanciamiento y podría volver a haber una buena educación para ellos". Además, lo justifica con un principio elemental: "el del beneficio para todos" porque si estamos vacunando a toda la población mayor de 12 años, a ellos también les tenía que llegar. Y nos insisten en que si los niños no son inmunes se podrían convertir en un reservorio del virus. En una fuente de infección con nuevas variantes. Aunque la enfermedad es leve en estos niños, según el Instituto de Salud Carlos III, desde el inicio de la pandemia ha habido 17 muertos por debajo de 10 años y más de 180 ingresos en las unidades de cuidados intensivos. "Así que es una enfermedad leve pero a veces se complica".
La pauta sería igual que para los adultos: dos inyecciones en un plazo de 3 semanas, aunque con una dosis de un tercio de la que recibe el resto de la población. Es decir, en menor cantidad. Y eso se traducirá, según el doctor Álvarez, en que los efectos secundarios de la vacuna "serán incluso más leves que en los adultos". Ante las reticencias que puedan tener los progenitores de los niños, recuerda que cuando se comenzó a vacunar a los adolescentes también hubo miedo a la miocarditis pero más tarde se comprobó que eran muy pocos casos y ahora la cobertura de inmunidad es del 90%.
La EMA detalla que los efectos secundarios en niños son similares a los de los adultos: cansancio, dolor en el lugar de la inyección junto con el enrojecimiento de la zona, dolor de cabeza además de muscular, fiebre y escalofríos.
La decisión llega en medio de un gran aumento de casos en toda Europa y aunque en España el 79% de la población ya ha recibido la pauta completa, los niños están siendo uno de los grupos más afectados con una incidencia de 252 casos, según el Ministerio del ramo. Ahora, reflexiona el coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, habrá que ver qué orden de vacunación se le dará a estos niños porque quizá quieran empezar por los grupos de riesgo: "Eso es algo que tendrá que estudiar y anunciar el Ministerio de Sanidad".