El agricultor Josep Pàmies, erigido como profeta del dióxido de cloro en España, ha recogido el testigo de Andreas Kalcker. Un antiguo productor musical, con escaso éxito, que -aunque se presenta como biofísico- se ha reinventado en varias ocasiones hasta dar con el chollo de Jim Humble: la Solución Mineral Milagrosa (MMS). Un preparado que -según aseguran estos gurús- cura todo tipo de enfermedades, desde el cáncer hasta la covid, pasando por el autismo, el ébola o el sida.
Un auténtico disparate promocionado por este grupo de charlatanes, sin escrúpulos y sin ningún tipo de formación sanitaria, que se dedica a recomendar e incluso a administrar un producto tóxico, prohibido por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, como tratamiento terapéutico. Sin duda, un negocio muy rentable para sus promotores, que -bordeando la legalidad- distribuyen una lejía (cuya comercialización está permitida para otros fines) como remedio curativo contra un catálogo cada vez más amplio de patologías.
Para montar este entramado, ha sido necesaria la colaboración de ciertos sectores de la clase política. Conocido es el gusto del payés Josep Pàmies por los argumentarios nacionalistas y también los apoyos que ha recibido a lo largo de su trayectoria, incluso ante ciertos procedimientos judiciales.
En sus dislates, el activista -que se esconde tras la imagen de ingenuo horticultor- ha llegado a retar al Gobierno autonómico a que convoque un referéndum en Cataluña sobre el uso de sus terapias. En este camino, le han acompañado algunos reconocidos políticos independentistas. Un apoyo que ha sido especialmente importante después de la multa de 600.000 euros impuesta a Pàmies y de 90.000 a su asociación Dolce Revolución, precisamente por promover el MMS como alternativa terapéutica.
El acto de Argentona
Ejemplo de ello es el controvertido acto que acogió Argentona en diciembre de 2018. Junto con la monja Teresa Forcades y el histórico exdirigente de Unió de Pagesos Pep Riera, el líder de la banda "bebe lejías" desafió de nuevo a las autoridades sanitarias con una conferencia en la que defendió teorías rocambolescas como que hay vacunas que se elaboran con ADN de fetos humanos. Uno de los más conocidos bulos antivacunas.
También denunció una supuesta persecución contra él, en referencia a las mencionadas sanciones, y acusó al Colegio de Médicos de Barcelona de coartar su libertad de expresión, por denunciar la celebración de distintos actos que atentaban contra la salud pública. Eso sí, advirtió de que le pueden poner las sanciones que quieran porque "aquí no hay dinero para pagarlas".
Animado por las arengas del entregado público, llegó a reconocer: "He hecho como esos políticos corruptos que se lo dan todo a los hijos. Yo digo que ahora soy pobre, que no tengo nada. Si quieren cobrar la multa me lo tendrán que quitar de la pensión, que como mucho serán unos 50 o 100 euros. Al final tendrán que estar mil años para cobrar".
La monja indepe y bebe lejías
Teresa Forcades es uno de los referentes independentistas que se ha unido a la revolución de Pàmies, dulce (o eso dice él, como promotor de la estevia) pero una revolución al fin y al cabo.
El gurú de las pseudociencias siempre encuentra las palabras exactas para darle la vuelta a la historia. Se esconde tras esa apariencia de ingenuo campesino jubilado, que no es tan ingenuo ni está tan jubilado pero que transmite la idea de no haber roto un plato. Se vende como un salvador, como si no ganara nada con ello. Y en esta misión, le acompaña la polémica religiosa de la Orden de San Benito.
La monja siempre se ha mostrado muy crítica con las multinacionales farmacéuticas y bastante cercana a las tesis antivacunas. Su caso levanta controversia no sólo por su condición de religiosa, también por tratarse de una licenciada en Medicina. Tanto es así que se ha convertido en "fuente de inspiración para los teóricos de la conspiración", como explicaba un artículo de The New York Times en el mes de abril. El diario la tachaba de "peligro" y aseguraba que "saca partido de su hábito de monja y su formación médica" para "ganarse la confianza" de la gente a la que manipula "con medias verdades".
En los últimos años, Sor Teresa Forcades se ha convertido en una pieza fundamental en la promoción del uso terapéutico del MMS (dióxido de cloro). No hay más que ver el video en defensa de la legalización de este producto en marzo de 2015, acompañada por el líder supremo Josep Pàmies y otros grandes defensores de esta lejía como cura para todo. Entre ellos, podemos mencionar a la doctora Isabel Cusó, licenciada en Medicina por la Universidad de Barcelona, quien asegura -en su intervención- haber curado de malaria a niños de África "con solo tres gotitas de MMS... Tres gotitas y en unas horas a correr".
"El MMS cura la malaria de forma completa", asegura Forcades, "así ha sido en todos los casos que conocemos". Precisamente el producto nace como tratamiento para esta enfermedad. Su descubridor, Jim Humble, un antiguo buscador de oro, aseguraba haber salvado a dos compañeros de la mina con esta Solución Mineral Milagrosa. Después, por ciencia infusa o inspirado por los conocimientos superiores que le otorga su condición de dios de la Galaxia de Andrómeda (lo que él asegura ser), amplió el catálogo de patologías que podía curar.
Sor Teresa lleva años apoyando a Pàmies, pero sobre todo promocionando el dióxido de cloro a través de sus redes sociales y creando falsas expectativas a algunos pacientes con enfermedades incurables. Se ha llegado a referir al MMS como "esperanza para los padres de niños diagnosticados de autismo".
Durante la pandemia, la religiosa ha arremetido duramente contra las vacunas COVID-19 autorizadas en Europa, asegurando que "no hay ningún dato que nos indique la reducción de la mortalidad o reducción de la enfermedad grave". Además, ha colaborado activamente en la difusión de casos de coronavirus que -supuestamente- se habrían curado con unas gotitas de dióxido de cloro.
"Tuve Covid y me curé con dióxido de cloro" https://t.co/sqStYCFbnj
— Teresa Forcades (@TeresaForcadesF) December 2, 2020
Un diputado de Puigdemont
Un representante de Junts Per Catalunya (JpC) en el Parlamento catalán donó más de 1.000 euros a la asociación de Pàmies, Dolce Revolución. Se trata del diputado Josep Puig i Boix, quien realizó esta aportación a la causa del falso curandero apenas dos semanas después de que organizara una de sus famosas fiestas de abrazos y besos, desafiando a las autoridades sanitarias en plena pandemia.
Poco después de empezar el estado de alarma, la cámara catalana acordó que todos sus diputados cedieran el 25% de su salario de marzo y abril a entidades que luchan contra la Covid-19. Una donación a título personal, pero cada representante tenía que comunicar el destino del dinero.
Lejos de condenar la conducta de su diputado, el JpC lo respaldó y justificó la aportación monetaria al gurú, investigado en ese momento por un posible delito contra la salud pública, por su trabajo con las plantas medicinales.
Una concejal de la CUP
Todo por el líder. Un apoyo incondicional que llega hasta nuestros días. Hace menos de un mes, la concejal de la CUP en Tàrrega (Lérida) Teresa Sala presentó su renuncia después de que el gobierno municipal rechazase que se celebrara una charla del falso curandero Josep Pàmies en el marco de la Feria de Medio Ambiente del municipio, al entender que defiende terapias sin validez científica contra la COVID-19.
Según reza en su carta de despido, difundida a través de sus redes sociales, "el talante totalitario" del equipo de gobierno "es insoportable e inaceptable", ya que no admite "ningún tipo de debate en lo que respecta a la gestión y medidas de la mal llamada pandemia", a la que -en otro momento del escrito- también se refiere como "gran estafa mundial con excusa sanitaria".
Por su parte, la asociación Dulce Revolución convocó una concentración en la Plaza del Ayuntamiento de Tárrega, en protesta por la negativa del Consistorio a que su líder fuera invitado a participar en la feria.