Vivimos tiempos difíciles en cuanto a sanidad se refiere. Es cierto que la sanidad pública es uno de los mayores avances para una sociedad. Poder optar a diferentes tratamientos de manera gratuita salva vidas. No obstante, también sabemos que en los últimos años la sanidad pública se ha visto desbordada, algo que con la situación pandémica actual no ha hecho más que empeorar. En este contexto, es fácil que muchos se cuestionen más que nunca si apostar por la sanidad privada. Hablemos un poco de esto.
Diferentes vías de financiación
Para entender los pros y contras de cada una de las sanidades (pública y privada) es necesario fijarnos en su financiación. Mientras que la Sanidad Pública se mantiene con nuestros impuestos, la Sanidad Privada se financia mediante el pago directo que se realiza a través de los beneficiarios del servicio.
Tenemos, por tanto, una Sanidad Pública cuyos recursos son gratuitos pero limitados y una sanidad Sanidad Privada financiada por los propios beneficiarios, algo que permite destinar una mayor cantidad de recursos a mejorar aspectos como la calidad de la atención.
Cuándo acudir a una u otra sanidad
¿Es posible disfrutar de ambos sistemas? Sí, lo cierto es que sí. Todos tenemos derecho a una Sanidad Pública y gratuita, algo que nos dejará tranquilos frente a costosos procesos y tratamientos con un precio desorbitado. No obstante, la Sanidad Privada es bastante interesante en muchas situaciones.
Tenemos que aclarar que no todos los seguros privados de salud ofrecen las mismas condiciones. Evidentemente hay pólizas que cubren más que otras. Para estos casos siempre es interesante revisar las condiciones y comparar precios de seguros de salud en páginas como Segurzon.
En cuanto a las ventajas de un seguro privado frente a la Sanidad Pública, podemos hablar, para empezar, de la privacidad de las habitaciones (individuales) en caso de ingreso, de la comodidad y la completa intimidad.
Además, también hay que añadir que en determinadas circunstancias el tiempo de espera en la Sanidad Pública puede ser largo. Hablamos de cirugías o intervenciones quirúrgicas que no presentan una emergencia pero que, a su vez, resultan incómodas para el paciente. Un Seguro Privado agiliza muchísimo estas situaciones, pues se pueden programar cirugías en un corto periodo de tiempo.
También es importante hablar de las consultas. Estamos registrando bastante demora en consultas de atención primaria, mientras que un Seguro Privado también las agiliza mucho, incluso en especialidades.
Ambas alternativas
Si bien es cierto que muchas personas se decantan únicamente por una de las dos vías, otros emplean ambas alternativas en función de la gravedad de su estado de salud. Un Seguro Privado puede ser muy interesante para consultas frecuentes y de mantenimiento. Es más, hay seguros que facilitan tanto la comunicación entre pacientes, que han incorporado nuevas vías asociadas a las nuevas tecnologías, con app móviles, chats y otras herramientas que hacen que la atención sea prácticamente inmediata.
Añadimos también que aunque nuestra sanidad pública puede recibirse igualmente en otros puntos de Europa sin cargo alguno, un seguro privado agiliza muchísimo los trámites, estando cubiertos en cualquier lugar y a cualquier hora.