Una vez más, Israel va un paso por delante en la gestión de la pandemia. El Ministerio de Sanidad hebreo ha decidido inyectar una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19 a personas mayores de 60 años. Una medida adoptada tras realizar "abundante investigación y análisis" y valorar "el riesgo que presenta la variante delta" del coronavirus, ha explicado este jueves el primer ministro israelí, Naftali Benet.
Según ha anunciado, se empezarán a administrar "a partir de este domingo", en hospitales y centros de salud, a aquellos que hayan recibido su segunda dosis hace al menos cinco meses. Asimismo, ha expresado su compromiso de compartir "toda la información que tengamos con el resto de la comunidad internacional, a medida que avancemos".
Esta medida llega tras un intenso debate en el país sobre la idoneidad de extender al resto de la población la tercera dosis, que autorizaron hace un par de semanas para adultos inmunodeprimidos, y justo después de que la farmacéutica Pfizer anunciara que una inyección más de su vacuna puede "impulsar con fuerza" la protección contra la variante india del coronavirus (renombrada como Delta por la OMS), frente a la pauta de dos dosis.
La campaña de vacunación de Israel está considerada como una de las más exitosas del mundo. Y su situación epidemiológica es seguida por los expertos internacionales como espejo en el que mirarse. Con la llegada de la variante india, se ha producido un aumento de los contagios y las autoridades del país han endurecido las restricciones.
Para empezar, han vuelto a instaurar el pase verde: solo la población vacunada, recuperada o con pruebas negativas puede acceder a determinados sitios. Por otra parte, han aumentado la lista de países a los cuales está prohibido viajar y han retrasado la entrada de turistas, prevista para este mes.
Pfizer la recomienda
La farmacéutica estadounidense ha divulgado este miércoles los datos preliminares de un estudio que revela que una tercera dosis de su vacuna produce niveles de anticuerpos contra la variante india 5 veces más altos (en comparación con una pauta de dos inyecciones) en personas entre 18 y 55 años. En el caso del intervalo de edad comprendido entre los 65 y los 85 años, esos niveles de anticuerpos se multiplican más de 11 veces. En consecuencia, Pfizer calcula que esa tercera dosis podría multiplicar potencialmente por 100 la neutralización de la variante delta en comparación con un esquema de dos dosis.
El trabajo, que está en desarrollo y aún no ha sido sometido a revisión de pares, parece indicar también que una tercera dosis suministrada al menos medio año después de la segunda es bien tolerada y genera niveles de anticuerpos altos ante el coronavirus original y la variante sudafricana (beta).
Por otra parte, el consejero delegado de Pfizer, Albert Bourla, ha explicado —en declaraciones a la CNBC— que la compañía ha elaborado otro estudio que refleja que la efectividad de dos dosis de su vacuna desciende al 84% una vez pasan entre cuatro y seis meses de su administración.
Cabe recordar que la efectividad máxima del fármaco de Pfizer contra la covid es del 96,2% y se alcanza entre la primera semana y los dos meses posteriores a completar la pauta de dos dosis. Lo que habrían descubierto ahora es que esta cifra desciende una media de un 6% cada dos meses. No obstante, este estudio, en el que han participado 44.000 personas, tampoco ha sido aún revisado por pares.
Europa refuerza y España espera
Algunos países europeos, como Francia o Luxemburgo, ya han introducido dosis de recuerdo de la vacuna contra la covid para personas inmunodepremidas. Reino Unido lo hará en otoño para determinadas franjas de edad. España prefiere esperar. La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, señaló el pasado lunes que aún es necesario reunir "mayor evidencia científica" antes de concretar el "cuándo" y "sobre todo a quién" se administrará una tercera dosis del fármaco contra el coronavirus.
Además, insistió en que "ninguna vacuna, ninguna, es efectiva en el cien por cien de la población. Ninguna". Pero lo que está claro es que "todos los datos que hay son abrumadores" a su favor en cuanto al riesgo de reducir la hospitalización y la muerte. Y precisamente ese es el motivo que lleva a muchos expertos a recomendar la tercera dosis, de momento para determinados colectivos.
Es el caso del virólogo especializado en coronavirus Alejandro Pascual, de la unidad de investigación del Hospital La Paz de Madrid. Según ha explicado para LD, este asunto "va a ser algo problemático. Realmente no debería hacer falta" esa dosis adicional, porque "se ha visto en varios estudios que la memoria inmunitaria frente al SARS-CoV-2 es duradera, tanto por la infección como por la vacuna".
Entonces, ¿cuál es el problema? "La memoria inmunitaria permite a tu cuerpo desarrollar una respuesta a la entrada del virus relativamente rápida específica, pero no evita la entrada del virus al cuerpo o una neutralización rápida si ya no hay anticuerpos neutralizantes circulantes. Estos anticuerpos son precisamente los que van bajando con el tiempo y los que estimula la dosis de vacunación", desarrolla Pascual.
"Por ello, será importante mantener estos niveles de anticuerpos circulando en personas inmunodeprimidas, con otras comorbilidades graves o expuestas de manera peligrosa al contagio (pacientes oncológicos, postcirugía, personas mayores...) y eso se conseguirá con otra dosis", advierte el investigador.
Según comenta el experto, "los anticuerpos centinelas no bajan tan rápido", o al menos no en todo el mundo. Pero, claro, para conocer el estado de los anticuerpos de cada persona habría que hacer "serologías de anticuerpos neutralizantes" a todas las personas de los colectivos mencionados. Así que parece "más eficaz y práctico" ponerles la tercera dosis directamente.