El aumento de los contagios entre los jóvenes ha hecho saltar las alarmas en prácticamente todas las comunidades autónomas. El mes pasado, España conseguía bajar de los 100 casos por cada 100.000 habitantes, pero desde el 21 de junio —coincidiendo con los primeros positivos tras el viaje de fin de estudios a Mallorca— la incidencia acumulada no ha hecho más que subir.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, la media de nuestro país se situaba este miércoles en 252 y lo más preocupante es la concentración de casos que se observa entre los más jóvenes. En la franja de 12 a 19 años, la IA asciende a 729 por cada 100.000 habitantes, mientras que en el grupo de 20 a 29 supera los 814 de media, con picos de más de 2.000 en algunas comunidades como Cataluña.
Precisamente en esta región, el Gobierno ha decidido cerrar de nuevo el interior de los locales de ocio nocturno para frenar la escalada de contagios. Sin embargo, no todos los expertos comparten esta preocupación.
Rafael Toledo, catedrático de Parasitología de la Universidad de Valencia, aseguraba en Libertad Digital que hoy en día no tiene ningún sentido tomar decisiones en base a la incidencia acumulada, puesto que, gracias a la vacunación, ya no existe esa correlación que existía antes entre el número de contagios y el número de casos graves.
Desde su punto de vista, la alarma y, por tanto, las restricciones no deberían llegar hasta que el resto de los indicadores —hospitalizaciones, ingresos en UCI y número de fallecidos— no empiecen a crecer de forma significativa. Y lo cierto es que, si uno atiende a estos parámetros, al menos por ahora la situación dista mucho de olas anteriores.
Contagios y número de fallecidos
El departamento que dirige Carolina Darias notificó este miércoles 17.384 nuevos contagios y 17 fallecidos. Para entender el por qué de esa disociación que reclama Toledo, únicamente hace falta bucear en el histórico de los datos ofrecidos por Sanidad a lo largo de la pandemia.
La última vez que España registró un número de contagios similar fue el pasado 11 de febrero. Concretamente, 17.853. Sin embargo, la cifra de fallecidos en aquella jornada no fue 17, sino 513. Es decir, treinta veces más que los comunicados en las últimas horas. Estos datos vendrían a demostrar que la mortalidad ya no crece, ni de lejos, al mismo ritmo que los contagios.
El ejemplo de Madrid
A la hora de analizar esta variable, también es importante destacar la buena nueva que este miércoles llegaba de la región que más fallecidos ha notificado a lo largo de la pandemia. "Hoy tenemos una buena noticia, en los datos asistenciales de la Comunidad de Madrid de ayer día seis de julio no hubo ningún fallecido", anunciaba el viceconsejero de Salud y Plan Covid-19, Antonio Zapatero.
Se trata de algo inédito desde el pasado 28 de julio de 2020 y que, por tanto, vendría a respaldar que, en estos momentos, un mayor número de contagios no implica necesariamente una mayor mortalidad. No en vano, la incidencia acumulada de Madrid es hoy cuatro veces superior a la de hace un año. Además, este jueves, la región tampoco ha notificado ningún fallecido.
En los datos asistenciales de ayer día 7 de julio, es el segundo día consecutivo sin fallecimientos por #COVID19 en @ComunidadMadrid es muy buena noticia, pero el virus sigue con nosotros y tenemos que seguir siendo prudentes 🙏🙏🙏Falta menos
— AntonioZapatero (@ZapateroAntonio) July 8, 2021
La presión asistencial
Por otro lado, a pesar de la escalada de contagios, la presión asistencial se mantiene estable, tal y como demuestran los datos oficiales del Ministerio de Sanidad. Este miércoles, el número de camas hospitalarias ocupadas por pacientes con coronavirus apenas representaba el 2,35%, mientras que las plazas de UCI destinadas a las personas con cuadros más graves de la enfermedad suponían un 6,55%.
De acuerdo con el famoso semáforo covid impulsado por el departamento que dirige Carolina Darias, ambos parámetros se situarían en un nivel de riesgo bajo. Es más, la presión asistencial estaría incluso mejor que cuando el pasado 11 de junio, por ejemplo, Cataluña decidió reabrir el ocio nocturno, permitiendo las pistas de baile.
Aquel día, el número de camas en planta ocupadas por pacientes con coronavirus suponía un 2,77% y el de UCI, un 10,14%, lo que implicaba un riesgo medio, según el citado semáforo. A pesar de estas cifras, todas las comunidades iniciaron la desescalada, abriendo bares de copas y discotecas y aumentando aforos.
Datos por comunidades
Los datos ofrecidos en el punto anterior dan cuenta de la media de España. Sin embargo, si descendemos al detalle, son más reveladores si cabe. Aquel 11 de junio, seis comunidades —Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, País Vasco y la Rioja— tenían más del 10% de las camas UCI ocupadas por pacientes con coronavirus, situándose así en un riesgo medio. E incluso otra, la Comunidad de Madrid, se situaba en riesgo alto con un 22,54%. En estos momentos, sólo Madrid y Cataluña están en riesgo medio y con porcentajes mucho más bajos que el mes pasado.
La incidencia entre los mayores de 50
El último dato para la esperanza llega de la mano de los grupos de mayor edad. A pesar del creciente número de contagios entre los jóvenes, esto no está disparando, al menor por ahora, el número de positivos entre nuestros mayores. La incidencia acumulada entre las personas de más de 50 años —los más vulnerables ante el coronavirus— continúa por debajo de los 100 casos por cada 100.000 habitantes y entre los mayores de 70 —el grupo donde la vacunación está más extendida— se mantiene en el entorno de los 30.
Los expertos creen que esto demuestra que las vacunan funcionan y algunos, como Rafael Toledo, defienden que eso es precisamente lo que debe tranquilizarnos. "Los contagios van a seguir mucho tiempo —explicaba el catedrático de Parasitología en una entrevista concedida a Libertad Digital—. Lo que se trata es de ir vacunando a aquellos que son más susceptibles de terminar sufriendo la enfermedad y que vaya circulando el virus, siempre que no afecte a esos sectores, no va a plantear un problema, porque ocurre con muchos patógenos".
¿Qué pasará con la variante delta?
A su juicio, "no nos debería alarmar el hecho de que haya muchos contagios entre gente joven", siempre y cuando eso no se traduzca ni en casos más graves entre nuestros mayores ni, por tanto, en una mayor presión asistencial. Es cierto que las farmacéuticas han informado de que las vacunas pueden reducir su eficacia frente a la variante delta —más conocida como india— y que en estos momentos ya es la dominante en muchas comunidades.
Sin embargo, a pesar de su mayor transmisibilidad, todavía no se ha demostrado que sea más patógena, por lo que, incluso aunque hubiera más contagios entre nuestros mayores, esto no tendría por qué traducirse en casos graves ni afectar, por tanto, a la situación de nuestros hospitales.