El 30 de marzo, la OMS publicaba su informe final sobre los orígenes del SARS-CoV-2, el virus causante de la covid, que recogía las conclusiones de su investigación durante su polémica misión en China. Tal y como se esperaba, la Organización Mundial de la Salud volvió a defender que la teoría más probable era una transmisión de murciélagos a seres humanos a través de otro animal, y que la hipótesis de que se escapase de un laboratorio era "extremadamente improbable", por eso —reconocieron— le dedicaron menos tiempo.
Unas explicaciones que resultaron insuficientes para la comunidad científica, que sigue reclamando más información. Un equipo internacional de investigadores de primera línea ha aseverado que necesita poder profundizar más para determinar el origen de la pandemia de la covid-19. "Las teorías de la liberación accidental desde un laboratorio y de la propagación zoonótica, siguen siendo viables" señalan en un artículo publicado en la revista Science.
A través de la publicación, científicos reconocidos como Jesse Bloom, Alina Chan, Ralph Baric, Akiko Iwasaki, David Relman, firman una carta —junto a otros colegas— en la que piden un examen adecuado, transparente, objetivo y basado en datos probados sobre el origen del Sars-Cov-2. Quieren "saber cómo surgió la covid-19", algo que consideran "fundamental para informar sobre las estrategias globales para mitigar el riesgo de futuros brotes", recalcan los autores.
En referencia al informe de la OMS sobre el origen del virus, mencionan que el equipo que realizó la investigación evaluó como "extremadamente improbable" la posibilidad del accidente de laboratorio, pero —afirman— las hipótesis con las que trabajaron no se consideraron de forma equilibrada. La prueba: sólo 4 de las 313 páginas, del informe y sus anexos, abordaban la línea del accidente de laboratorio.
También recuerdan que, en un determinado momento, tras la publicación del último informe, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, comentó que las pruebas que apoyaban un accidente de laboratorio eran insuficientes, pero que era necesario realizar una investigación más amplia. Ellos ahora le toman la palabra y explican que "como científicos con experiencia relevante" están de acuerdo con el directivo de la Organización Mundial de la Salud, así como con "Estados Unidos y otros 13 países, y con la Unión Europea", en que "es necesario y factible lograr una mayor claridad sobre los orígenes de esta pandemia".
Por eso, piden una investigación "transparente, objetiva, basada en datos" y —lo más importante— que esté "sujeta a una supervisión independiente y gestionada de forma responsable".
No es la primera vez
Como ya les contamos el LD el 6 de marzo, tras el fracaso de la expedición de la OMS a China, un nutrido grupo de investigadores internacionales e independientes, casi una treintena, se unieron para exigir que se esclareciera de inmediato y con urgencia el origen del SARS-CoV-2, a través de una carta conjunta publicada en el Wall Street Journal.
De poco sirvió su iniciativa, en vista de lo que les tuvo en consideración el equipo de la Organización Mundial de la Salud que realizó la investigación. Pero sí cumplió el objetivo de informar a la opinión pública de la dudosa credibilidad de la misma, fundamentalmente porque no pudieron recabar información libremente. Las autoridades chinas guiaron -incluso guionizaron- el rumbo de la expedición en todo momento.
Y esto ya lo había denunciado previamente uno de los firmantes, Jaime Metzl, el asesor de OMS que se refirió a la misma como "una organización estructuralmente inadecuada para una investigación profunda y agresiva sobre la covid-19", en unas declaraciones a Fox News.
La OMS y la hipótesis del laboratorio
A pesar de que el jefe de la controvertida misión a China, Peter Ben Embarek, reconoció que dedicaron menos tiempo a la hipótesis del laboratorio, el informe de la OMS sí recogía una serie de argumentos sobre la probabilidad de que el Sars-Cov-2 pudiera proceder de un laboratorio. Eso sí, seguramente para curarse en salud, por lo que se pueda saber en el futuro.
En el texto, la OMS afirma que "aunque son raros, los accidentes de laboratorio ocurren, y diferentes laboratorios de todo el mundo trabajan con coronavirus de murciélagos", abriendo incluso la posibilidad a que -de haber ocurrido- fuese en otro sitio diferente de Wuhan.
A favor de la teoría del escape de un laboratorio, el informe señala la posibilidad de que ocurriera durante el cambio de ubicación del Instituto de Virología de Wuhan, que ha secuenciado la cepa más cercana conocida al SARS-CoV-2, detectada en los hisopos anales de murciélagos, con una similitud del 96,2%. El 2 de diciembre de 2019, el CDC se trasladó a un nuevo emplazamiento, cerca del mercado de Huanan. "Este tipo de traslados puede ser perturbador para las operaciones de cualquier laboratorio", justifica la OMS.
No obstante, los expertos de la misión en China descartan esa posibilidad teniendo en cuenta la versión del propio laboratorio, que asegura que "no hubo interrupciones ni incidentes causados por el traslado" y tampoco "almacenamiento ni actividades de laboratorio sobre coronavirus u otros virus de murciélagos antes del brote".
De la misma manera, la OMS sostiene que "no hay constancia de virus estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2 en ningún laboratorio antes de diciembre de 2019, ni de genomas que en combinación pudieran proporcionar un genoma de SARS-CoV-2".
Apelan también a la seguridad de los tres laboratorios de Wuhan que trabajan con coronavirus y el desarrollo de vacunas, que disponen de "instalaciones de nivel de bioseguridad de alta calidad, que estaban bien gestionadas, con un programa de vigilancia de la salud del personal que no había notificado ninguna enfermedad respiratoria compatible con la COVID-19 durante las semanas/meses anteriores a diciembre de 2019". Afirma también que no hay "ninguna evidencia serológica de infección en los trabajadores" de estos centros.
La investigación de Wade
Como recoge Mario Noya en su artículo sobre el origen del coronavirus, publicado el 9 de mayo en LD, el periodista especializado Nicholas Wade (Nature, Science, New York Times), que ha seguido las huellas del virus minuciosamente, asegura que tiene razones más que fundamentadas para afirmar que el Sars-Cov-2 no nació en una oscura cueva de murciélagos del sur de China, sino en un laboratorio de la lejana ciudad de Wuhan.
Wade culpabiliza directamente al Gobierno chino de haber obstaculizado la investigación y le responsabiliza de que no existan pruebas sobre el origen de la pandemia, impidiendo -entre otras cosas- la posibilidad de acceder a los registros o los archivos del IVW. Aun así, el periodista cree que todo apunta a que lo más probable es que el SARS-Cov-2 sea un virus de diseño. Su creadora: la doctora Shi Zhengli, más conocida como Bat Woman, en un laboratorio del Instituto Virológico de Wuhan (IVW), posiblemente intentando dar con una vacuna universal contra la familia de los coronavirus.