![La decisión del Gobierno sobre AstraZeneca supone un "riesgo de pérdida de anticuerpos" para miles de personas La Sociedad Española de Inmunología es partidaria de dar a elegir a los ciudadanos, tal y como propuso la Comunidad de Madrid, presidida por Ayuso.](https://s.libertaddigital.com/images/trans.png)
La vacuna de AstraZeneca comenzó a inocularse en nuestro país el pasado 8 de febrero, por lo que -de acuerdo con el intervalo de 12 semanas establecido en la ficha técnica de la compañía- los primeros españoles en recibir la segunda dosis deberían hacerlo este mismo lunes 3 de mayo.
Sin embargo, tras la polémica de los trombos supuestamente vinculados con este antídoto, la Comisión de Salud Pública optó el pasado viernes por retrasar su administración al menos cuatro semanas más, a la espera de recabar nuevos datos que ayuden a Sanidad a decidir qué hacer finalmente con los dos millones de personas que se encuentran a la espera de esta dosis.
Una decisión contraria a la EMA
A pesar de las dudas manifestadas por el Gobierno, lo cierto es que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha dado instrucciones claras al respecto. Hace apenas diez días, el organismo regulador volvió a avalar la seguridad de AstraZeneca y recomendó inyectar su segunda dosis siguiendo las directrices del fabricante, algo que ha venido reiterando con el resto de vacunas que actualmente se administran en nuestro país. "Deben usarse tal y como se describe en la información del producto", insiste la EMA, que recuerda que "no hay datos clínicos sobre la eficacia de la vacuna cuando se administra más allá de los intervalos utilizados en los ensayos".
En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos, reconoce a Libertad Digital que la postura del Gobierno español de posponer su decisión sobre la segunda dosis de AstraZeneca cuatro semanas más supone "un riesgo de pérdida de anticuerpos" para todas aquellas personas que ya han recibido la primera.
El doctor cree que si se acaba poniendo una segunda dosis, "no será muy importante", ya que "las células de memoria se reactivarán", pero insiste en que, precisamente por esa "pérdida de protección", los inmunólogos son partidarios de que se deje elegir a la población, tal y como ha venido defendiendo desde hace semanas el Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso. "Somos partidarios de no prohibir, es decir, de dar la posibilidad a la población, explicando los riesgos que hay, de que elija libremente", defiende el presidente de la SEI. "Los riesgos son mínimos y muy, muy, muy inferiores a los beneficios", subraya a continuación.
La eficacia de una sola dosis
En todo caso, López Hoyos entiende que estamos ante el mal menor, ya que "hubiera sido peor que hubieran tomado la decisión de prohibir definitivamente" la segunda dosis: "Con una sola dosis no sabemos cuánto va a durar la protección. Necesitamos dos para conseguir una inmunidad potente y duradera".
El mejor ejemplo nos lo pone desde Vigo el doctor Tomás Camacho, responsable de los laboratorios centrales de Vithas Lab en España y, probablemente, uno de los expertos que más análisis de anticuerpos ha realizado en nuestro país: "Si tú tienes la infección natural, en la convalecencia tienes una media de 40 anticuerpos. Si te pones la primera dosis de la vacuna, a las tres semanas puedes tener 50 o 60. Si te pones la segunda, puedes tener 800 anticuerpos". En todo caso, la Sociedad Española de Inmunología está convencida de que el Gobierno optará finalmente por seguir adelante con AstraZeneca o, en todo caso, por combinarla con Pfizer.
Nuevos datos a la vista
"Reino Unido ya ha puesto la segunda dosis de la vacuna a 4,5 millones personas y parece que no está viendo más efectos adversos, así que enseguida tendremos más datos de seguridad", apunta. Junto a los resultados reales de vacunación, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología recuerda los estudios de combinación de vacunas que se están realizando fuera y dentro de nuestro país. El más importante y completo, el desarrollado por la Universidad de Oxford, que -a pesar de estar planteado a un año vista- podría publicar datos intermedios en las próximas semanas. "Tal vez entonces se pueda tomar una decisión más fundamentada", sostiene el doctor.
Más dudas despierta, no obstante, el ensayo exprés puesto en marcha en España para evaluar la combinación de la primera dosis de AstraZeneca con una segunda de Pfizer. "En eso no quiero entrar", responde López Hoyos. El portavoz de los inmunólogos elude así una polémica que, en las últimas semanas, ya han puesto sobre la mesa muchos expertos, entre ellos el mediático doctor César Carballo.
El polémico ensayo español
El adjunto del servicio de urgencias del Hospital Universitario Ramón y Cajal asegura que el estudio impulsado por el Instituto de Salud Carlos III "es una auténtica vergüenza", ya que únicamente se limita a comparar la inmunidad de aquellos ciudadanos que han recibido una sola dosis de AstraZeneca, con la de aquellos a los que se les administra una segunda de Pfizer. "Claro que estas personas van a tener más anticuerpos, pero… ¿Eso que tiene que ver? ¿Qué estudias con eso? No estudias nada", denunciaba indignado a Libertad Digital.
A su juicio, lo lógico sería que existiese un grupo de control -que, en este caso, sería el formado por los voluntarios a los que se les administrasen las dos dosis de AstraZeneca- con el fin de comparar ambas posibilidades, tal y como se está haciendo en el Reino Unido en un estudio mucho más prolongado en el tiempo que el español.
¿La decisión ya está tomada?
"¿Qué seguridad vas a estudiar en 28 días? -se pregunta Carballo-. Nos están vendiendo la moto y la decisión ya está tomada". El experto está convencido de que el Gobierno va a optar finalmente por inocular una segunda dosis de Pfizer y cree que este ensayo no es más que "un paripé que se han inventado para cubrirse las espaldas y decir que es seguro porque nadie se ha muerto en cuatro semanas".
Desde su punto de vista, el hecho de que se trate de un estudio exprés y con apenas 600 voluntarios - frente a los miles que han reclutado las farmacéuticas- lo invalida por completo. "¿Cómo vamos a poder tomar decisiones de salud pública con este ensayo clínico? Es absolutamente imposible. No es seguro", sentencia.