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¿Por qué es posible que no tengamos que volver a vacunarnos de coronavirus?

Hay razones para pensar que la inmunidad que crean las vacunas y la infección por coronavirus perdurará en el tiempo.

Hay razones para pensar que la inmunidad que crean las vacunas y la infección por coronavirus perdurará en el tiempo.
Vacunación contra el coronavirus | EFE

En las semanas anteriores a la aprobación de las primeras vacunas contra el coronavirus, la creencia más extendida era que habría que volver a vacunarse en unos meses: el hecho de que fueran vacunas basadas en una proteína del virus y que se tratara de una tecnología novedosa (Pfizer y Moderna) sugería que quizás la inmunidad que proporcionaran no fuera a ser duradera y que habría que esperar a las vacunas de segunda y tercera generación para conseguir una protección más potente. A ello se sumaría después la incertidumbre en torno a las variantes y la recurrente comparación con la gripe, una enfermedad contra la que los grupos de riesgo sí deben vacunarse anualmente.

Cinco meses después de la llegada de la primera vacuna, y aunque las dudas en torno a este asunto siguen siendo muchas, la perspectiva ha cambiado: ahora, la opinión más generalizada es que no habrá que vacunarse cada cierto tiempo contra este virus a pesar de comentarios, como el del CEO de Pfizer hace unos días, de que quizás sea necesaria una tercera dosis en otoño. Estas son las razones para el optimismo:

1. La potente inmunidad creada por las vacunas

El objetivo de las vacunas es crear además de inmunidad humoral (provocar la fabricación de anticuerpos) una inmunidad celular (linfocitos T, capaces de eliminar las células infectadas cuando el virus vuelva a entrar en el organismo). Aún se desconoce cuánto durará la inmunidad de las vacunas pero cada vez hay más datos que sugieren que podría ser más fuerte de lo que se pensaba en un principio. Lo mismo ocurre con la inmunidad que se crea tras la infección: aunque se han detectado casos de reinfecciones, estudios sobre pacientes de covid sugieren que tras pasar la enfermedad generan una memoria inmunológica fuerte, de al menos ocho meses en el momento del estudio y que sugeriría una protección prolongada frente a la enfermedad grave y el fallecimiento.

La inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles destaca cómo se está probando que las vacunas de ARN mensajero, Pfizer y Moderna, están provocando "respuestas muy fuertes" de células B y T de memoria, y que es algo que también está ocurriendo entre las personas que han pasado la enfermedad. El inmunólogo José Gómez Rial, del hospital universitario de Santiago, subraya cómo lo normal en las vacunas es que generen una "inmunidad duradera en individuos sanos" y cómo, en su opinión, las vacunas actuales van a crear una inmunidad "suficiente como para sacarnos de la pandemia". "Es muy raro que una vacuna funcione y al año siguiente pierda la inmunidad, sobre todo en adultos", subraya. En su opinión, probablemente "no va a hacer falta ni actualizaciones, ni dosis de refuerzo" en función de los datos actuales.

"Hay que confiar en nuestro sistema inmune, las vacunas y la inmunidad natural nos han traído hasta aquí; hay que confiar en que nos sacarán de ésta y no necesitaremos anualmente esa ayuda de las vacunas", destaca.

2. El SARS CoV 2 no es la gripe

El nuevo coronavirus ha sido comparado con la gripe de manera recurrente y por eso está muy instalada la percepción de que cuando pase la pandemia puede que ocurra como con esta enfermedad, contra la que una parte importante de los ciudadanos debe vacunarse cada año. Sin embargo, como destaca Cañelles, la razón por la que hay que vacunarse cada año contra la gripe es que se trata de un virus que varía muchísimo y el SARS Cov 2 "no parece que vaya a tener tanta variabilidad".

Gómez Rial destaca que la gripe "es un virus aparte" y que el SARS Cov 2 "no se comporta igual a nivel de tasa de mutación". "Si quitamos el virus de la gripe, no hay otro virus para el cual tengamos que actualizar cada año" la vacuna "ni en cuanto a sus componentes" ni en cuanto a la duración de la inmunidad.

3. Variantes no tan peligrosas, por ahora

Pese a lo mucho que se ha hablado de las variantes y la posibilidad de que pudieran sortear las vacunas, hoy por hoy no ha surgido ninguna contra la que no sea eficaz ninguna de las vacunas creadas hasta ahora. Gómez Rial destaca que pese a que se ha "mediatizado mucho" el surgimiento de cada variante, la realidad es que se está viendo cómo "no escapan al efecto de las vacunas" y pone el ejemplo de Reino Unido, donde una rápida vacunación está frenando hospitalizaciones, muertes y contagios a pesar de la tan temida variante británica. Cañelles también destaca los ensayos que están demostrando eficacia contra las variantes que van surgiendo y que a pesar de la creación de "mucho pánico e incertidumbre", los datos parecen sugerir que el virus "no va a tener tanta variabilidad".

4. El precedente del SARS CoV

Otro dato a favor de las vacunas y de lo que pueda pasar en el futuro es lo ocurrido con el SARS CoV, el coronavirus responsable del síndrome respiratorio agudo que provocó una emergencia sanitaria en 2002 y 2003 en el sudeste asiático. Los investigadores han encontrado evidencias de que personas que padecieron el SARS conservan memoria inmune 17 años después. Dadas las semejanzas entre uno y otro virus, no es aventurado pensar que "la memoria inmunitaria que vamos a tener va a ser bastante larga", apunta Cañelles.

José Jiménez, investigador del Kings College, destaca además lo que se sabe sobre "la inmunidad natural generada con la infección de otros coronavirus estacionales", que provocan resfriados leves y apunta que es posible que la protección pudiera durar años antes de necesitar una hipotética dosis de refuerzo.

En su opinión, los datos que se tienen hasta el momento "invitan al optimismo": "Todo parece indicar que aunque es posible que sea necesario actualizar las vacunas y quizás administrar alguna dosis de refuerzo, no será necesario vacunar tan frecuentemente como ocurre con el virus de la gripe". "Otra cosa a tener en cuenta es que en el futuro pueden aparecer nuevas vacunas más optimizadas cuya protección sea más duradera y que sí protejan de la infección por lo que su administración podría ser aconsejable", señala.

El futuro del coronavirus

En la misma línea se pronunciaba hace unos días la viróloga Margarita del Val en una entrevista en LD: "Cuando todos tengamos inmunidad, bien sea porque hemos pasado la covid-19 o porque nos hemos vacunado, será un virus frente al que tendremos defensas y estará mucho más desarmado". Y en su opinión, no habría que vacunarse todos los años, porque si se convierte en endémico, como cree la mayoría de los expertos, "cada vez que nos expongamos a él estando ya vacunados o estando ya infectados, reforzará nuestra memoria inmunitaria". Seguiría así la estela de otros virus respiratorios contra los que tenemos inmunidad "porque la hemos ido adquiriendo desde que somos pequeños".

Sólo provocaría problemas en personas "con defensas muy limitadas" por lo que quizás, apuntaba, sí habría que prestar atención a los nuevos grupos de riesgo. También sugería esto el virólogo del hospital Monte Sinaí Adolfo García Sastre, que en declaraciones a LD decía, sobre el futuro del virus, que podría terminar convertido en una enfermedad endémica que sólo circularía entre los no vacunados (los niños nacidos tras la pandemia) o aquellos con un sistema inmunitario más débil.

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