Más de dos millones de españoles menores de 60 años vacunados con AstraZeneca (profesores, farmacéuticos, policías, bomberos…) siguen a la espera de saber qué pasará con su segunda dosis, después de que Sanidad decidiera restringir la vacunación a los ciudadanos de entre 60 y 69 años por los casos de trombos "muy raros" detectados.
La segunda dosis de AstraZeneca se administra entre diez y doce semanas después de la primera y los primeros vacunados en España deberían recibirla a primeros de mayo. Aún está en el aire qué ocurrirá, pero Sanidad se inclinaba hace unos días por dejarles de momento con sólo una dosis, o ponerles una segunda dosis de Pfizer: con este fin se ha puesto en marcha un estudio exprés sobre combinación de vacunas que se anunció este lunes y que sigue la estela del que ya está en marcha en Reino Unido.
"Quiero mi segunda dosis"
En medio de la incertidumbre sobre una vacuna que la EMA sigue considerando "segura y eficaz", hay muchos ciudadanos vacunados con AstraZeneca que lejos de tener miedo a unos efectos adversos considerados excepcionales están reclamando recibir la segunda dosis. En Twitter está circulando el hashtag Quiero mi segunda dosis e incluso se ha creado una petición en change.org para pedir a Sanidad que les dejen recibir la pauta completa con AstraZeneca. Recuerdan los datos de Reino Unido, el país que más ha vacunado con AstraZeneca, y que revelan que no se registró ningún efecto adverso tras la segunda dosis y piden que si Sanidad continúa con sus planes, se les permita recibir "de forma voluntaria" la segunda dosis "en la fecha correspondiente, aunque sea bajo nuestra responsabilidad". Piden que primen "los criterios sanitarios y epidemiológicos sobre los políticos y económicos": "Somos muchos los que queremos vacunarnos. No estaría de más aprovecharlo, dadas las dudas que una parte importante de la población está manifestando".
La iniciativa parte de un farmacéutico, un sector al que se le suministró la vacuna de AstraZeneca y entre los que la inmensa mayoría desean recibir su segunda dosis. Entre ellos han surgido iniciativas como la de la farmacéutica Susi Martínez, adjunta de la farmacia SaniPlus, en Madrid, que ha creado unas chapas gigantes con el lema "Yo sobreviví a la primera dosis de AstraZeneca". Ella y sus compañeros han firmado la petición y reciben con la chapa puesta a los clientes que llegan a su farmacia: "Nos está ayudando a quitar miedos desde el mostrador". Cuenta a LD que la idea surgió cuando aparecieron las primeras noticias sobre trombos y fallecimientos y que desean su segunda dosis porque la combinación con otras vacunas "no está avalada por la evidencia", en alusión a la ausencia, de momento, de informes científicos.
En cuanto a la posibilidad de que se queden con una sola dosis, destaca que aunque se está viendo que la primera dosis "da una inmunidad alta", como sanitarios "queremos estar bien protegidos" y lograr la inmunidad que da la pauta completa. "No entendemos la causa de que no quieran ponernos AstraZeneca, asumimos los riesgos. Están tomando decisiones sin basarse en la ciencia real", destaca. En cuanto a las chapas, cuenta que tras las diez que encargó y que llevan todos en la farmacia ha pedido ya otras cien.
Que los vacunados decidan
La posibilidad de que se pueda suministrar la vacuna de AstraZeneca a ciudadanos que se presten voluntarios ya ha sido planteada por varias comunidades. La Comunidad de Madrid pidió en el Consejo Interterritorial de Salud de la semana pasada que los menores de 60 años que lo deseen puedan recibir AstraZeneca con un consentimiento informado. Andalucía también ha lanzado esta propuesta que, de momento, no ha tenido éxito.
Mientras Sanidad sigue deshojando la margarita sobre AstraZeneca, sociedades médicas y expertos siguen recordando que la EMA dijo que la vacuna es segura en cualquier rango de edad. Este lunes, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, que ha sido muy crítica con la decisión del Gobierno, se mostraba también a favor de que "se dé libertad" a cada vacunado con la primera dosis de "decidir por su cuenta" si desea la segunda.
En declaraciones a Efe, Marcos López Hoyos recalcaba que "es casi imposible" que esos vacunados tengan dichos efectos adversos con la segunda dosis. "Que decidan, que sea potestad de cada uno", defendía.
La segunda dosis, "un derecho"
En la misma línea, el inmunólogo del Hospital Universitario de Santiago de Compostela José Gómez Rial subraya que, en efecto, todos los eventos adversos detectados de trombos vinculados a un bajo número de plaquetas se han dado tras la primera dosis y ello se debe a que probablemente estén vinculados a condiciones "genéticas". Por ello, no ve "riesgo alguno en dar la segunda dosis" a quienes no tuvieron problemas con la primera. "Si yo tuviera puesta la vacuna de AstraZeneca exigiría que me pusieran la segunda", afirma Gómez Rial en declaraciones a LD, y "lo exigiría porque es un derecho". El inmunólogo cuenta cómo en su propio hospital hay compañeros que están mostrando su deseo de recibir la segunda dosis de AstraZeneca y de rechazar otra vacuna y augura que eso es lo que puede terminar ocurriendo entre la población si se opta por combinar vacunas sin evidencias científicas sobre su eficacia.
En cuanto a la situación creada en torno a esta vacuna tras la detección de los trombos, Gómez Rial indica que en medicina "siempre hay un riesgo" y recuerda cómo "todos los medicamentos, vacunas incluidas, tienen efectos adversos", de frecuencia similar en el caso de las vacunas y "mayor" en el caso de muchos fármacos de uso habitual que nos tomamos sin planteárnoslo, entre los que cita el nolotil.
El inmunólogo destaca cómo ante los fármacos siempre hay que valorar riesgos y beneficios y lamenta "lo fácilmente que hemos asumido las muertes diarias" por covid en España mientras que por un efecto adverso "ponemos el grito en el cielo". En su opinión, hay que seguir impulsando el proceso de vacunación y no "frenarlo" con decisiones sin respaldo científico.