Un grupo de 30 esquiladores procedentes de Uruguay y desplazados a Extremadura para trabajar han provocado un brote de coronavirus en el que ya se contabilizan 23 casos positivos y 137 contactos estrechos, sospechosos de pertenecer a la variante brasileña.
Los trabajadores llegaron al Aeropuerto de Madrid-Barajas el pasado 1 de abril, contratados por un empresario extremeño. La mayoría se desplazaron en autobús a una localidad en la que fijaron su residencia, mientras que otros se trasladaron a Portugal.
Los esquiladores habrían tenido contacto con 34 explotaciones ganaderas situadas en nueve municipios de la región: Esparragosa de Lares, Madrigalejo, Navalvillar de Pela, Puebla de Alcocer, Talarrubias, Logrosán, La Coronada, Almoharín y Alburquerque.
Según ha explicado el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, el primer caso positivo se detectó el pasado 11 de abril, y el segundo caso se diagnosticó dos días después (un contacto estrecho del primero).
Se ha notificado la situación tanto al Ministerio de Sanidad "para que recabe la información de la llegada de estos esquiladores", como al pasaje del avión y del autobús en el que viajaron. Además, se ha trasladado al Gobierno de Portugal, debido a los miembros de este grupo que pudieran estar en el país vecino, ha explicado.
En su intervención, Vergeles ha señalado que los positivos de coronavirus están "perfectamente aislados" en una localidad extremeña de la que no ha querido desvelar el nombre. Y, ha destacado, están vigilados. "De no producirse el aislamiento, adoptaríamos medidas de índole administrativa o de seguridad policial", ha añadido.