Menú

La alarmante realidad de las vacunas chinas: pocos datos y la eficacia más baja

Los países que las administran aumentan su mortalidad y hasta China reconoce su baja eficacia: la primera dosis de Sinovac apenas llega al 3% en Chile

Los países que las administran aumentan su mortalidad y hasta China reconoce su baja eficacia: la primera dosis de Sinovac apenas llega al 3% en Chile
Dosis de CoronaVac, la vacuna china desarrollada por Sinovac | EFE

En un momento en el que Europa sufre la llegada a cuentagotas de las vacunas sobre las que ha firmado derechos de compra, son muchos los que miran al exterior en busca de alternativas que permitan acelerar la inmunización de la población.

En este contexto, hay quien se pregunta qué papel pueden jugar las vacunas chinas y la rusa Sputnik V. Sin embargo, los expertos advierten de que las unas y la otra no pueden meterse en el mismo saco. "Son dos vacunas muy distintas: la china no se ha sometido a la evaluación de científicos ni a la Agencia Europea del Medicamento (EMA), y la rusa se ha sometido a ambas", advertía en LD la prestigiosa viróloga Margarita del Val.

Cuatro vacunas chinas

La escasa información que llega del país asiático hace que incluso se hable de la vacuna china, cuando en realidad hay cuatro vacunas chinas: dos desarrolladas por la farmacéutica Sinopharm —ambas basadas en el propio virus inactivado—, una por Sinovac, popularmente conocida como CoronaVac —que parte del mismo principio que las anteriores— y otra por CanSino —con tecnología de vector viral no replicante—.

Las tres compañías habían asegurado que la eficacia de sus antídotos —que se administran ya en 22 países, muchos de ellos de Iberoamérica— oscilaba entre el 72,5% y el 79%. Sin embargo, los datos que se han ido filtrando en el último mes contradicen la versión oficial de los laboratorios chinos.

La eficacia que arrojan los ensayos

A principios de marzo, una televisión de Perú revelaba que los ensayos clínicos que Sinopharm realiza en la Universidad Cayetano Heredia habían arrojado una efectividad de entre el 11% y el 33%. Un porcentaje ciertamente alarmante si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exige una tasa mínima del 50% para dar el visto bueno a las vacunas, al considerar que sólo así se puede entender que los beneficios superan a los riesgos.

Respecto a la vacuna del laboratorio privado Sinovac, los datos son cuando menos contradictorios. En Turquía, se apunta a una eficacia de 91%, en Indonesia se habla del 65% y, en las últimas horas, Brasil ha reducido ese porcentaje al 50%. Para rizar el rizo, un estudio de la Universidad de Chile apunta que, aunque la efectividad tras inocular las dos dosis podría rondar el 56%, la primera inyección únicamente otorga una protección del 3%.

Este baile de cifras no hace sino aumentar la confusión en torno a unas vacunas que, sin embargo, siguen sin someterse al escrutinio de la comunidad científica. Y no lo hacen porque, a diferencia de lo que sucede con las vacunas occidentales, el desglose de sus resultados sigue sin publicarse.

China reconoce su baja eficacia

Las últimas declaraciones del director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China tampoco ayudan a extender la confianza en sus propis fármacos. El pasado domingo, Gao Fu admitió que la eficacia de las vacunas contra la covid-19 de su país no es alta, y que Pekín estudia combinar sus antídotos con los de otras compañías con el fin de aumentar la protección de su antígeno.

Sus palabras sirvieron para alentar las sospechas de buena parte de Occidente y fueron recibidas con asombro en Hong Kong, donde la prensa destacó que "es la primera vez que un científico chino ha debatido en público la eficacia relativamente baja de las vacunas chinas". Rápidamente, Gao Fu trató de matizar sus palabras, asegurando que se habían malinterpretado, y que mejorar la eficacia de las vacunas "es una cuestión que los científicos de todo el mundo tienen que plantearse", pero el mensaje ya había calado.

¿Reducen la mortalidad?

Tanto China como los máximos responsables de los ensayos que se están realizando en aquellos países donde ya se está inoculando se han esforzado en defender las vacunas chinas, asegurando que, más allá de la eficacia contra la enfermedad, estos fármacos previenen en un altísimo porcentaje tanto los cuadros más graves como la muerte.

Los datos, sin embargo, parecen señalar justamente todo lo contrario. Al margen de lo que está sucediendo con los contagios —en Perú, por ejemplo, siguen subiendo a pesar de que la vacuna Sinopharm ya se ha administrado a más de 700.000 personas— lo más preocupante es el aumento de fallecidos en algunos países que han utilizado la vacuna de Sinovac.

En Chile, Turquía y Uruguay, que mayoritariamente han apostado por ella, la mortalidad sigue creciendo día tras día. El dato más demoledor es el que llega desde Uruguay, donde el número de fallecidos desde el inicio de la campaña de vacunación se ha multiplicado por 9. En Chile, se ha duplicado, y en Turquía, se habría triplicado al pasar del 10 al 20% de la población vacunada.

Las vacunas occidentales

Según el análisis realizado por el catedrático de la Universidad de Sevilla Alfonso Gañán y el investigador Juan Pablo Cardenal, esto contrasta con lo que ha sucedido en aquellos países que han optado por las vacunas occidentales. En el artículo que ambos autores publican en el diario El Mundo, señalan que "en Israel, la mortalidad se ha reducido 8 veces desde que la tasa de vacunación superó el 50%" y que en Reino Unido lo ha hecho "en 40 veces desde el inicio de la vacunación".

A pesar de los polémicos trombos supuestamente relacionados con AstraZeneca, los británicos han podido celebrar recientemente que Londres consiguiera notificar incluso cero muertes por covid-19 en un día. Además, la significativa reducción de los contagios y fallecidos ha permitido al Gobierno británico levantar ciertas restricciones, de tal forma que este lunes los pubs y comercios han podido reabrir sus puertas después de tres meses cerrados.

Temas

En Tecnociencia

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura