El pasado fin de semana comenzó el éxodo masivo de alemanes a destinos de vacaciones como Mallorca. La situación epidemiológica en las Islas Baleares es relativamente positiva, con 65,60 casos por cada 100.000 habitantes de incidencia acumulada a 14 días, según los datos ofrecidos ayer por el Ministerio de Sanidad. Pero esto podría cambiar en dos semanas, cuando las cifras reflejen la llegada de miles de turistas a las islas.
A pesar de las estrictas restricciones de movilidad a las que nos tenemos que someter los españoles, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido mantener los mismos controles, a pesar de la petición de endurecimiento realizada por las comunidades autónomas, para los extranjeros que llegan a territorio español a través de nuestros aeropuertos. Entre ellos, los alemanes que viajarán en los 522 vuelos programados entre su país y Mallorca hasta el lunes de Pascua.
De momento, se han confirmado el aislamiento de 11 contagiados por covid en el Meliá Palma Bay, uno de los 'hoteles covid' que más ocupación ha tenido durante la pandemia. Se trataría de cinco residentes en Baleares y seis turistas, dos alemanes y cuatro croatas, pertenecientes a la misma familia.
El portavoz del Ejecutivo balear, Iago Negueruela, explicó ayer que los viajeros internacionales que se contagien durante sus vacaciones en la isla serán redirigidos a este establecimiento, o confinados en sus hoteles.
Alemania se protege a pesar del caos
El pasado 23 de marzo, la canciller alemana Angela Merkel, anunciaba -de madrugada- confinamiento estricto en Semana Santa, ante la grave situación epidemiológica. La idea era que del 1 al 5 de abril, cerrarán todos los comercios, excepto alimentación. Horas mas tarde, la mandataria tuvo que revocar su decisión, tras un aluvión de de críticas y el enfado de los jefes de Gobierno de los 16 estados federados. Así que se rebajaron las medidas. Para muchos -entre ellas Merkel- seguían siendo insuficientes.
El pasado viernes, la canciller alemana firmaba un decreto donde exigía a todos los turistas que viajaran a Mallorca que antes de subir al avión en Son Sant Joan se realizaran un test diagnóstico para descartar que volviesen infectados.
Este anuncio, provocó que el Gobierno balear tuviera que ponerse manos a la obra para organizar todo lo necesario para que los laboratorios privados pudiesen realizar estas pruebas y evitar cancelaciones, o posibles inconvenientes a los turistas alemanes que -de otra manera- no podrían regresar a su país.
El Gobierno alemán ha hecho lo que le correspondía: tomar las medidas para proteger a su población. Los controles de los turistas a su llegada a territorio español es responsabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez.