Con un 80% de su población (34.000 hab.) vacunada, el Peñón se ha convertido en uno de los primeros territorios del mundo en los que han logrado un cierto regreso a la normalidad, al poder dejar atrás algunas restricciones sociosanitarias, como el toque de queda, que se suprimió el pasado jueves, o el uso de mascarillas en espacios abiertos, que ayer dejó de ser obligatorio.
Según los datos oficiales, tan solo hay diez casos activos en Gibraltar, de los cuales ocho corresponden a residentes y otros dos a personas de paso. Por otra parte, ayer se cumplía una semana desde que el Hospital Sant Bernard no tiene pacientes de covid-19. Y tampoco hay contagios en las residencias de ancianos.
Su población flotante, casi 15.000 trabajadores transfronterizos, también avanza hacia la inmunidad. Según fuentes gibraltareñas, 2.371 han recibido ya las dos dosis.
La ministra de Contingencias Civiles, Samantha Sacramento, ha explicado que "el éxito" del programa de vacunación y el buen seguimiento de las normas de prevención han permitido que Gibraltar haya podido avanzar más rápido en la lucha contra el coronavirus.
La mascarilla sólo en espacios cerrados
Desde este domingo, no es necesario llevar mascarilla en los espacios abiertos en los que hasta ahora era obligatorio. El pasado 1 de marzo ya se estableció que sólo lo fuese en las calles más concurridas: la Calle Real (Main Street), la principal vía de la colonia, y el resto del centro urbano.
No obstante, su uso sigue siendo imprescindible en lugares públicos cerrados, comercios y transporte público.