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Cuáles son las molestias que pueden provocar las vacunas y por qué en algunos son más intensas

A pesar de ser la más denostada, la vacuna de AstraZeneca es la que menos efectos raros ocasiona. La mayoría son "muy leves y no duraderos".

A pesar de ser la más denostada, la vacuna de AstraZeneca es la que menos efectos raros ocasiona. La mayoría son "muy leves y no duraderos".
Vacunación de profesionales de tareas esenciales en San Sebastián | EFE

A medida que la campaña de vacunación avanza, aumentan los rumores y las dudas sobre los efectos secundarios que pueden provocar los antídotos contra el coronavirus que se están administrando en nuestro país: Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Sin embargo, lo cierto es que —al menos en España— no se ha tenido constancia por ahora de ninguna reacción que no estuviera contemplada en la ficha técnica de las vacunas.

"Los efectos que se han registrado son muy pocos, muy leves y no duraderos, a las 72 horas desaparecen", asegura Carmen Álvarez-Domínguez, profesora e investigadora en Inmunología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Los más comunes suelen ser "malestar general, febrícula, hinchazón en el lugar de la inyección, dolor del brazo o algún desvanecimiento suave".

Se trata de reacciones similares a las que pueden generar otras vacunas. "La vacuna de la gripe, por ejemplo, lo más normal es que genere febrícula y malestar general, como un pequeño inicio de gripe, pero sin tenerlo. Esto es igual", explica la inmunóloga. Precisamente por eso, Álvarez-Domínguez insiste en la importancia de transmitir a la población que no se trata de efectos graves y lo más importante: no dejan secuelas. "¿Qué es preferible, pasar la covid o unas molestias pasajeras?", se pregunta la experta. Ella no tiene ninguna duda: "Los beneficios de vacunarse son inmensos comparados con la enfermedad".

Más efectos secundarios en jóvenes

Lo que sí se ha constatado es un mayor número de efectos adversos en jóvenes que en mayores. Sin embargo, la investigadora asegura que esto se debe a la llamada inmunosenescencia. "Como los ancianos, en general, responden peor a la respuesta inmune, no tienen tantos efectos de tipo alérgico. En cambio, los jóvenes tienen un sistema inmune mucho más potente y reaccionan mucho más rápido a todo, por lo que también tienen efectos secundarios más evidentes", explica.

Tal y como aseguró a Libertad Digital el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Fernando Moraga-Llop, esto explicaría por qué se habla más de las reacciones que genera la vacuna de AstraZeneca, ya que es la que se está administrando a la población más joven. Entre ellos, a muchos docentes, lo que explicaría las noticias relacionadas con las bajas de profesores tras la inyección de la vacuna en los colegios de la Comunidad de Madrid.

A pesar de que un nuevo informe sobre vacunación real en Escocia demuestra que el fármaco desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford también es eficaz en mayores de 65 años, en España sigue vigente la orden de reservarla únicamente para menores de 55.

El vicepresidente de la AEV aseguraba, además, que esto puede hacer que se esté vacunando "a gente que no sabe que ya ha pasado la enfermedad, porque la ha pasado de forma asintomática", ya que en muchos de los grupos prioritarios —como puedan ser policías o guardias civiles, por ejemplo— hay muchos jóvenes. En este sentido, Moraga-Llop desvelaba un detalle del que quizás no se ha hablado lo suficiente: "Los vacunados que han pasado la covid también tienen más efectos secundarios".

¿Paracetamol antes de vacunarnos?

Para tratar de paliar estas posibles reacciones, el Ministerio de Sanidad ha recomendado tomar un gramo de paracetamol antes de recibir la vacuna de AstraZeneca, seguido de otro gramo "cada 6 horas durante las primeras 24 horas, lo que reduce significativamente el dolor local, la febrícula, los escalofríos, las mialgias, la cefalea y el malestar postvacunal, sin influir en la respuesta inmune".

Sin embargo, la Asociación Española de Vacunología aclara que esto último —el que no repercuta en el efecto de la propia vacuna— no se ha comprobado en el caso de las soluciones de Pfizer y Moderna. De ahí que, por ahora, la recomendación se limite únicamente al remedio desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford.

Las reacciones más raras

Tras revisar toda la documentación que las distintas compañías han aportado sobre los ensayos clínicos, la Agencia Española del Medicamento ha ido calificando como ‘raros’ o ‘frecuentes’ los efectos adversos que unas y otras pueden generar en función del porcentaje de la población sobre el que han sido detectados.

Según esta clasificación, que viene registrada en los prospectos de cada una de las vacunas, las reacciones consideradas como raras se presentan en una de cada 1.000 personas vacunadas, aunque también hay otros efectos menos frecuentes que han sido detectados en una de cada 100 personas y otros que no han sido cuantificados, porque no se conoce la frecuencia.

Curiosamente, a pesar de ser la vacuna con peor fama, AstraZeneca no contempla ningún efecto de los considerados muy raros. Las de Pfizer y Moderna alertan, sin embargo, de la posibilidad, muy rara, de padecer la llamada Parálisis de Bell, una parálisis temporal que suele afectar a un lado de la cara. En el caso de Moderna, también se describe como reacción muy poco habitual la hinchazón de la cara, algo que puede ocurrir, según sus fabricantes, en aquellas personas que hayan recibido previamente inyecciones estéticas faciales.

Entre los efectos poco frecuentes, Pfizer contempla la hinchazón de los ganglios linfáticos, malestar, insomnio y dolor o picor en el lugar de la inyección. Moderna, por su parte, también cataloga como poco frecuente el picor e informa de que no ha podido medir aún la frecuencia por no disponer de casos suficientes de efectos como reacciones alérgicas graves (anafilaxia) o hipersensibilidad.

La vacuna de AstraZeneca amplía la lista: al picor o prurito y los ganglios linfáticos agrandados, se suma la somnolencia o sensación de mareo, la disminución del apetito o una sudoración excesiva. Sin embargo, es importante recalcar que todas ellas son reacciones catalogadas como poco frecuentes.

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