La historia de César de la Fuente es como la de otros tantos grandes talentos españoles, que tienen que marcharse de nuestro país en busca de mejores condiciones para desarrollar su carrera. Aunque el coruñés prefiere decir que él siempre fue "donde le llevó su curiosidad". Primero a Vancouver (Canadá), donde hizo el Doctorado. Después al MIT (en Boston), donde estuvo hasta que le fichó la Universidad de Pensilvania. Allí, dirige un equipo de doce científicos con los que ha creado una revolucionaria prueba diagnóstica que detecta la presencia del Sars-Cov-2 en tan sólo cuatro minutos. Su precio: cuatro euros.
En realidad, el proyecto empezó mucho antes de que hubiésemos oído hablar por primera vez de la covid. El objetivo global de su laboratorio es "poder estudiar, diagnosticar y tratar las enfermedades infecciosas". Y, en ese marco, llevaban un tiempo trabajando en un test de diagnóstico que pudiera detectar infecciones causadas por las llamadas superbacterias (bacterias resistentes a muchos de los antibióticos que tenemos hoy en día en las farmacias o los hospitales). Cuando comenzó la pandemia, sintieron "la responsabilidad de contribuir en algo", y decidieron "traducir el trabajo que habíamos hecho para poder detectar el virus Sars-Cov-2". La premisa de partida: "Que fuese muy rápido y a bajo coste".
El diagnóstico, en cuatro minutos
El test está basado en la electroquímica. Consiste en "un chip, que se produce en un impresora similar a una 3D, que tiene un circuito eléctrico". De manera que "tú depositas una muestra de saliva en él, hecho normalmente de cartón, y conectas éste a una máquina, que es la que trasforma la información química en una señal eléctrica. Y, a través de un USB, ésta se conecta a un teléfono móvil, donde podemos visualizar el resultado". En cuatro minutos, veremos en nuestra aplicación si la muestra está infectada o no con el virus.
El precio del chip es de 4 euros, porque el material de fabricación es barato (papel o cartón). Pero, eso sí, necesitaremos comprar el receptor del móvil donde se inserta, que cuesta alrededor de 40 euros. Aunque se rentabiliza rápidamente. Este test está pensado como testeo de alta frecuencia. Es decir, para realizarlo cada día, o incluso en varios momentos de la jornada.
El invento, que de momento tiene una fiabilidad del 90%, podría instalarse a la entrada de colegios, centros de trabajo, gimnasios, e incluso en los accesos a eventos multitudinarios. Además, están trabajando en la manera de incorporarlo a las propias mascarillas de protección
No obstante, no quieren quedarse solamente en la Covid. La idea es poder aplicarlo a otras enfermedades infecciosas, como la gripe o las de transmisión sexual.
Útil para controlar el virus
El objetivo es prevenir. Y, de esa manera, reducir la propagación del virus, las hospitalizaciones y los costes médicos. "Si tú tienes un test que te permite hacer testeo de alta frecuencia cada día (antes de desayunar, antes de comer y antes de cenar) vas a tener una muy buena idea sobre cómo es tu estatus covid, o de la gripe. Y eso te va a permitir controlar tu infectividad, quedarte en casa y no salir a la calle para expandir el virus".
Por ese motivo, anima al gobierno español a que apueste de verdad por la ciencia. "Se ha visto ahora, durante la pandemia, lo crucial que es la tecnología, la ciencia y la innovación, para poder sobrevivir".
Pasos hasta su distribución
Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de ensayo clínico, aumentando el número de muestras para ver cómo escala el rendimiento del test cuando crece el número de personas al que se le realiza.
Al tiempo, están preparando los materiales que tienen que enviar a la FDA, responsable de aprobar cualquier tipo de diagnóstico para uso en la población en Estados Unidos. "Una vez que se los enviemos, tiene que dirimir si el rendimiento del test y todos los parámetros son acordes a su estándar. Vamos a intentar que sea lo más rápido posible".
Por otra parte, están creando una compañía start-up alrededor de esta tecnología. Su sueño es "tener test muy rápidos que todo el mundo pueda usar, no solamente la gente con dinero, también para los que viven en comunidades con menos recursos o países en vías de desarrollo".