¿Inmunizados en verano? Las vacunas que prometió Europa y las que, de momento, tiene
Primero Illa y luego Darias prometieron inmunidad en verano para el 70% de la población.
En su primera comparecencia en el Congreso como ministra de Sanidad, Carolina Darias prometió, como su antecesor en el cargo, que en verano un 70% de la población española estaría vacunada. "Estamos en el buen camino", dijo en medio de la guerra abierta entre la UE y AstraZeneca. Salvador Illa, que anunció que dejaría el cargo pocas horas después de que llegara la primera caja de vacunas a España, repitió ese mensaje en innumerables ocasiones y llegó a decir frases como "habrá vacunas para todos y sobrarán".
La promesa de la inmunidad en verano nace del objetivo marcado por la estrategia europea de vacunación y que aún mantiene a pesar a los problemas de los últimos días: inmunización en marzo del 80% de la población de riesgo e inmunización en verano del 70% de la población adulta. Pero pese a que en el Gobierno de Sánchez el optimismo se mantiene, en otros lugares se tambalea: en Alemania, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, presionado también por los gobiernos regionales, admitió que quedan "diez duras semanas" de escasez y que las metas están en el aire. El virólogo de cabecera del país, Christian Drosten, auguró hace unos días para Alemania una nueva ola en primavera y verano, con los contagios disparados entre la población adulta. En España también hay dudas: hace unos días, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, apuntó que la inmunización del 70% llegará no en verano, sino en navidades, si todo sigue al ritmo actual: "Si a finales de enero hay unas 88.000 personas vacunadas, es muy difícil que una población de 33 millones de personas esté inmunizada en verano".
Que la vacunación sea un éxito depende de que exista un plan de vacunación eficaz, capaz de inmunizar a una gran cantidad de población en poco tiempo, y de que haya el suficiente número de vacunas. El primer aspecto fue despachado por el Gobierno de Sánchez con un documento de 18 páginas que dejaba casi todo en el aire: desde la prioridad de cada grupo de población (sólo se especificó cuáles entraban en la fase inicial) hasta los puntos de vacunación, de momento limitados a los 13.000 centros de salud de toda España. En las primeras semanas de vacunación, cada comunidad autónoma ha seguido un criterio distinto en aspectos como si se debían reservar o no viales para la segunda dosis para evitar que, en caso de escasez, como finalmente ha ocurrido, personas vacunadas se quedaran sin la segunda inyección.
El segundo pilar, el número de dosis, es el que ahora está sobre la mesa con la guerra abierta entre la UE y AstraZeneca, cuya vacuna acaba de ser aprobada y que llegará en una cantidad muy inferior a la prometida, y los retrasos en las entregas de Pfizer y Moderna. La UE se ha pasado los últimos días presionando a las farmacéuticas para que cumplan sus contratos. Hace unas semanas, el CEO de BionTech, fabricante de la vacuna de Pfizer, se quejaba de la estrategia de la UE y avisaba de sus riesgos. Afirmaba que el proceso de compra en Europa no fue "tan rápido y directo" como en otros países porque los pedidos necesitaban de la autorización de los países miembros y eso "puede costar tiempo", y también alertaba de que "existía el supuesto de que vendrían muchas otras empresas con vacunas, existía la impresión de que habría suficiente y que las cosas no serían graves".
En efecto, de los seis contratos de la UE con farmacéuticas para hacerse con más de 1.600 millones de vacunas tres ya han comenzado con la lenta distribución de las dosis y otros tres aún están pendientes de los resultados de los ensayos. Hay además otros dos contratos en negociación pero aún no hay nada firmado. Esta es la situación de las vacunas que se espera lleguen a Europa:
Biontech/Pfizer
El contrato inicial se firmó en noviembre 2020 para 200 millones de dosis y cien opcionales, de las cuales España iba a recibir 20.873.941. En enero, la UE firmó la compra de 300 millones adicionales, de las cuales espera recibir 75 millones en el segundo trimestre y el resto en el tercer y cuarto trimestre.
La carrera por la vacuna la ganó Pfizer, que consiguió que la suya, basada en la tecnología del ARN mensajero, fuera la primera inoculada en Europa. De ser una opción más dentro de la cartera europea se convirtió en la baza principal y casi única y en enero la UE firmó otro contrato para doblar la cantidad de dosis que esperan recibir hasta 600 millones. La compañía, sin embargo, también se ha visto afectada por retrasos: hace unos días anunció que habría "modulaciones" en las entregas (España recibe 350.000 cada semana) por unos cambios en el sistema de producción.
Convertida en una vacuna esencial ante la tardanza del resto, Pfizer estaría intentando aumentar su producción ante la enorme demanda: está en marcha una nueva fábrica en la ciudad alemana de Marburg para fabricar 250 millones de dosis en el primer semestre del año y se ha aliado con otros fabricantes europeos para fabricar la vacuna. Un ejemplo es la suiza Novartis, que llegó a un acuerdo esta semana para fabricar el ARN mensajero de Biontech y entregarlo a la empresa en Mainz para su distribución al resto del mundo. Novartis ha tomado esta decisión ante su fracaso, por el momento, en el desarrollo de fármacos contra el virus.
Moderna
En noviembre se firmó la adquisición de 80 millones de dosis más 80 opcionales y en diciembre se formalizó la adquisición de estas 80 dosis adicionales, por lo que Europa espera recibir 160 millones en total.
La vacuna, con una tecnología similar a la de Pfizer, se aprobó el 6 de enero y el 12 de enero llegaron las primeras dosis. En su día Illa anunció que llegarían unas 600.000 dosis entre enero y febrero en cuatro entregas: la primera, de 37.555; la segunda, de 52.000, una tercera en la primera semana de febrero, de 127.900, y una cuarta de 383.900 en la tercera de febrero. Sin embargo, la segunda entrega prevista para este martes ha experimentado retrasos que han forzado a varias autonomías a suspender momentáneamente el suministro de vacunas.
Oxford-AstraZeneca
El contrato, recientemente hecho público, se firmó en agosto 2020 y suponía la compra de 300 millones de dosis, cien opcionales. España recibiría 31.555.469.
La protagonista del culebrón de los últimos días es una vacuna basada en adenovirus que expresan la proteína S del SARS CoV 2 y que presenta la ventaja, frente a las de Pfizer y Moderna, de su facilidad de conservación, ya que para el transporte y almacenaje sólo requiere de temperatura de refrigeración (entre 2 y 8 grados). Era una de las claves del plan de vacunación europeo pero las esperanzas de acelerar los tiempos se fueron al traste cuando la compañía anunció que por problemas de producción la cantidad de vacunas prometida para el primer trimestre se reduciría en un 60%, por lo que de las 80 millones de dosis previstas para estos meses solo llegarían 31 millones. La UE, que acaba de autorizar la vacuna este viernes, está presionando a la compañía para que cumpla sus plazos ante la sospecha de que podría estar suministrando sus dosis a otros mercados y ha llegado a publicar el contrato aunque de forma parcial.
Sanofi/GSK
En septiembre se firmó el contrato de adquisición de 300 millones de dosis para toda la UE.
La vacuna de la farmacéutica francesa era una de las bazas de la Unión. Sin embargo, la vacuna, basada en virus inactivado, no llegará hasta finales de 2021 si todo va bien. Su proyecto de vacuna en colaboración con GSK, basado en la proteína utilizada para producir la vacuna de la gripe, se ha retrasado al no ofrecer buenos resultados en pacientes mayores de 49 años. El grupo lanzará el próximo mes un ensayo con una nueva formulación para intentar aumentar su eficacia. Sólo si funcionara, podrían lanzar la vacuna a final de año, fecha hasta la que ha retrasado las entregas a los clientes.
Ante el imprevisto, la farmacéutica se ha ofrecido a fabricar 125 millones de dosis de la vacuna de Pfizer para la Unión Europea en su fábrica de Frankfurt, elegida por su cercanía a la planta de Pfizer en Maguncia. La fabricación, no obstante, no comenzará hasta julio.
Johnson&Johnson-Janssen
En octubre se firmó el acuerdo de compra de 200 millones de vacunas y 200 opcionales.
La vacuna de Johnson&Johnson y Janssen está basada en adenovirus que expresan la proteína S, como la de AstraZeneca. Este mismo viernes se anunciaron los resultados preliminares de su fase tres: la vacuna es un 66% efectiva en la prevención de la enfermedad moderada o grave y del 85% en los casos más graves. Un nivel de protección por encima del mínimo requerido por la FDA pero inferior a las de Pfizer y Moderna. Por otro lado, la empresa anunció que la eficacia bajó al 57% en la muestra de voluntarios en Sudáfrica, afectados por la cepa sudafricana B.1.351, que está mostrando ser más esquiva para las vacunas que se están desarrollando.
La llegada de esta vacuna, cuya gran ventaja es que sólo requeriría una dosis, no será inmediata. La Agencia Europea del Medicamento está analizando en tiempo real los resultados de la farmacéutica estadounidense, pero al estar en una fase menos avanzada aún no ha presentado al comité de medicamentos humanos de la agencia la solicitud de evaluación, paso previo a la aprobación y la comercialización. En su página sobre los candidatos vacunales de todo el mundo, la OMS estima que no estará aprobada hasta mayo o junio de este año.
Cuando llegue ese momento, una fábrica de la farmacéutica española Reig Jofre participará en la producción de la vacuna. La planta, en las afueras de Barcelona, se encargará de la formulación final de la vacuna a partir del antígeno, de su distribución en viales con las dosis exactas para el uso sanitario y del envasado aséptico de los fármacos y los controles de calidad.
Curevac
En noviembre, la compañía y la UE cerraron un acuerdo para la compra de 225 millones de dosis con la opción de comprar 180 millones más. La UE también ha publicado el contrato, que incluye un préstamo de 75 millones para el desarrollo de la vacuna.
La vacuna de CureVac, una farmacéutica alemana, está basada en el RNA mensajero, como la de Pfizer y Moderna, pero según el laboratorio sus condiciones facilitarán "la logística de la distribución". En cualquier caso, aún tardará en llegar: acaba de comenzar la fase III, el ensayo clínico con 30.000 pacientes. Dos mil de ellos serán reclutados por el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia del País Vasco. Recibirán dos dosis de la vacuna con un intervalo de 28 días.
Novavax (pendiente de firmar)
Las negociaciones arrancaron en diciembre. La vacuna de la farmacéutica estadounidense Novavax está en plena fase tres reclutando voluntarios en varios países, entre ellos EEUU, México y Puerto Rico. La vacuna está basada en una forma estabilizada de la proteína S para la que se ha empleado una tecnología de nanopartículas de proteína "recombinante".
Valneva (pendiente de firmar)
En enero se produjeron las negociaciones preliminares para la adquisición de 30 millones de dosis y otras 30 adicionales. A la vacuna de la compañía franco austriaca aún le queda camino por recorrer: calculan que la vacuna, aún en fase I/II, podría estar lista en el último trimestre del año. Está basada en partículas inactivas del SARS Cov 2.
En medio de la incertidumbre, Rusia ha ofrecido su Sputnik V a Europa. Mientras, Hungría ha anunciado que comprará por su cuenta vacunas de la china Sinopharm.
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