En paralelo a la fiebre por las pruebas diagnósticas de esta navidad, y a las cada vez más numerosos intentos de las administraciones por hacer cribados masivos, investigadores en entes públicos y empresas privados están desarrollando test cada vez más precisos y sencillos de emplear. El test serológico desarrollado por investigadores del CSIC en colaboración con los hospitales madrileños de La Princesa y La Paz y producido por la biotecnológica española Immunostep es un ejemplo de ello: llega al mercado casi a la vez que la primera vacuna contra el coronavirus y sus creadores subrayan cómo puede ayudar a rastrear los efectos de esa vacuna, la primera de las que están por llegar, y de la que todavía se desconoce la duración de la inmunidad.
El nuevo test presenta como principal novedad que está basado en proteínas del virus que hasta ahora no se habían usado en el diagnóstico. En concreto, en la proteasa, una proteína fabricada por el virus durante la infección. Sus creadores destacan su alta sensibilidad, de casi un cien por cien, y el hecho de que "permite hacer un estudio más amplio de la respuesta inmunológica de anticuerpos frente al virus". "Es posible ver la respuesta a anticuerpos frente a más proteínas de las que habitualmente se incluyen en la mayoría de los test, incluido el hallazgo del grupo del CSIC, que es esta proteína, la proteasa, que genera respuesta a anticuerpos", indica Eduardo López, coordinador del departamento de Inmunología del Hospital Universitario de La Paz.
El investigador José Miguel Rodríguez Frade, que ha codirigido el trabajo, explica en declaraciones a LD que los virus, durante la infección, utilizan la "maquinaria" de las células humanas para multiplicarse y les pide que produzca determinadas proteínas. "En este proceso están accesibles a las células que producen los anticuerpos unas proteínas que habitualmente no lo estarían", señala Frade, que apunta que el cuerpo produce anticuerpos no sólo frente a las proteínas de la superficie del virus sino "también frente a las proteínas que se producen cuando infecta a la célula", como la proteasa.
El nuevo test dará un resultado positivo si se han producido anticuerpos frente a esta proteína, es decir, si se ha producido la infección. Sin embargo, si no se ha producido una infección, dará negativo. Esta peculiaridad hace esta prueba especialmente valiosa en el contexto de vacunación que está empezando: una persona vacunada dará negativo en este test porque sólo habrá producido anticuerpos contra la proteína S, la diana de la vacuna de Pfizer y de muchas de las que están por llegar. Por ello, combinándolo con un test de anticuerpos genérico, permitirá diferenciar a quienes presenten inmunidad natural por haber pasado la enfermedad y quienes hayan generado anticuerpos por haber sido vacunados. Hasta el momento, los test comerciales de anticuerpos se basaban en la proteína S y por tanto no podían hacer distinción entre un tipo de inmunidad y otra.
Por otro lado, el test permite identificar no sólo la presencia sino la cantidad de tres tipos de anticuerpos: la IgM, o inmunoglobulina M, que es la primera que se genera tras la infección, generalmente a los cinco o seis días tras el inicio de los síntomas, e indica que el organismo está empezando a responder a la enfermedad y que la infección puede estar activa (y el paciente ser aún contagioso); la IgG, o inmunoglobulina G, se produce en un momento más avanzado y perdura varias semanas o meses, de forma que sirve para saber si una persona ha padecido la enfermedad en el pasado; y la IgA, o inmunoglobulina A, que aparece cuando el virus se encuentra en las mucosas.
El test, subraya Rodríguez Frade, ayudará a saber "si la vacuna está funcionando". Algo que cobrará gran importancia según avance el proceso de vacunación: los estudios sobre inmunidad, en España y otros países, pueden aportar información muy valiosa sobre la estrategia a seguir al conocer, por ejemplo, hasta qué punto funciona cada vacuna según grupos de riesgo o franjas de edad. Desde el CSIC, destacan que su prueba servirá para tener una idea más completa del impacto del coronavirus en la población y, en los próximos meses, a diseñar una estrategia más eficiente para administrar las vacunas y hacer un seguimiento de su respuesta.
La prueba está pensada para hacer en laboratorio e incluye los reactivos para revelar la presencia de anticuerpos en la sangre del paciente. Ofrece resultados en unas dos horas.