España se hunde en la tercera ola del coronavirus con nuevos récord de contagios que en los próximos días podrían convertirse en nuevos repuntes de hospitalizados y fallecidos. Mientras Fernando Simón augura que estamos "cerca del pico" y el Gobierno sigue "estudiando" las peticiones de las CCAA, un grupo de médicos y científicos españoles han lanzado una batería de ideas para cambiar de estrategia y frenar al coronavirus basada en cribados masivos, uso de mascarillas FPP2, ventilación y "confinamientos inteligentes", entre otras cosas. Proponen herramientas innovadoras respecto a lo que se debate en los últimos días y piden que en España se "escuche a los científicos, que pueden aportar soluciones novedosas basadas en la experiencia y en la evidencia disponible".
Entre los firmantes de este documento se encuentran el médico adjunto de Urgencias en el Ramón y Cajal César Carballo, el experto en aerosoles José Luis Jiménez que tanto insistió en advertir al Gobierno de que el coronavirus se contagiaba también por esa vía; el investigador en el hospital Monte Sinaí de Nueva York Adolfo García Sastre o el catedrático Juan José Badiola. En total, 38 médicos e investigadores que piden medidas que frenen "de forma precoz" la tercera ola y que permitan en los próximos meses "llevar una vida lo más aproximada a la normalidad" hasta que se produzca "la deseada disminución extrema del número de contagios" con la vacunación masiva.
Su "estrategia integral" contra el coronavirus, que dicen que está abierta a la "crítica" y a la "mejora continua" incluye, entre otras, las siguientes propuestas:
Más atención a los aerosoles
Parte de la comunidad científica la considera la principal vía de contagio del coronavirus pero la OMS, y hasta hace muy poco el gobierno español, aún no la toma en cuenta. En el documento aconsejan centrarse en este tipo de transmisión y comunicárselo a la población para que tome medidas para protegerse utilizando el símil del humo del tabaco (los aerosoles serían las partículas que expulsa al hablar un infectado y que como el humo, pueden permanecer tiempo en el aire). Entre los consejos que piden trasladar con insistencia a la gente están:
- Permanecer lo más posible al aire libre
- Ajustar bien la mascarilla evitando huecos
- Bajar la voz en interiores
- Incrementar la calidad de las mascarillas, en especial prestar atención a las de tela
- Evitar cerrar espacios exteriores como parques
- Ventilar interiores, instalar medidores de Co2 y recurrir a filtros HEPA, filtros con ventilador o desinfección por rayos ultravioleta cuando esto no sea posible.
Test: la base de la estrategia
El documento destaca la importancia del diagnóstico y subraya que la aparición de los test de antígenos rápidos "pueden ser decisivos" en la batalla contra el coronavirus. Sobre este tipo de test, tan cuestionados hace sólo unos meses y a los que se siguen poniendo trabas (como en la polémica de las farmacias en Madrid), subrayan que tienen la "gran ventaja" de su "elevada sensibilidad en los primeros días de la infección", lo que permite "un diagnóstico rápido y urgente de los pacientes que hayan tenido contacto estrecho" con un infectado.
Los expertos recomiendan potenciar su uso en pacientes con síntomas en centros de salud y urgencias aprovechando la inmediatez del resultado. También aconsejan hacérsela "a todo contacto de un caso positivo", repitiéndola a los dos días para evitar falsos negativos. Además, subrayan la utilidad de estos test para hacer "screenings masivo" en zonas de alta incidencia.
Sobre las PCR, proponen que se utilicen también para medir la carga viral del infectado y tratarlo en consecuencia. En caso de carga viral alta se podría tratar de "supercontagiadores", personas capaces de propagar la enfermedad a un alto número de personas en las circunstancias propicias y sugieren aislamiento de mínimo 14 días; si la carga viral es baja, en cambio, sugieren aislamientos de sólo dos días. A lo largo del documento subrayan las dificultades que a veces plantean las cuarentenas y la necesidad de hacer ajustes para que se cumplan.
Rastrear hacia atrás
Para un rastreo de contactos eficaz, básico para evitar brotes, el grupo también propone varias ideas, entre las que destacan sacar a los rastreadores de los centros de salud y que cada CCAA cuente con un mínimo uno por cada 4.000 habitantes. Piden también emplear nuevas herramientas tecnológicas ante el fracaso de Radar covid, como Go.Data. Además, sugieren potenciar el rastreo como alternativa al cierre de la restauración, que en los últimos días se está aplicando en varias zonas de España. Los expertos pedirían a estas empresas "una colaboración activa para la detección de brotes", que incluiría además del cumplimiento de las normas de prevención "utilizar aplicaciones elaboradas para tal fin que facilitan la detección y rastreo de personas que han estado en contacto estrecho compartiendo el mismo espacio con un paciente que es encontrado positivo".
Proponen, además, el rastreo retrospectivo, una idea que en verano se implementó en países como Alemania (el virólogo Christian Drosten animó a llevar un "diario de contactos"). Consiste en rastrear hacia atrás intentando localizar quién y dónde se contagió el positivo. Ponen como ejemplo cómo Corea del Sur usó esta herramienta tras varios brotes vinculados a clubes nocturnos en Seúl: "Las autoridades rastrearon y testaron agresivamente a decenas de miles de personas vinculadas a los lugares, independientemente de sus interacciones".
Añaden a estas propuestas la posibilidad de hacer test periódicos a ciertos grupos, como trabajadores sanitarios o de residencias.
Las aguas residuales
Los expertos piden usar la monitorización de aguas residuales, una herramienta que ya se está usando en algunas regiones y que permitiría obtener antes datos de la presencia del virus para "poder actuar en la etapa inicial de la enfermedad" y "atajar brotes que habrían producido una elevada posibilidad de transmisión". Apuntan a la posibilidad de usarlos en zonas concretas y también en edificios como colegios, residencias, etc.
Cambios en los confinamientos
Frente a confinamientos estrictos como el vivido en marzo y abril, el grupo apunta a distintas estrategias, entre las que destacan las siguientes:
- Potenciar que sea el individuo el que se autoaísle, eligiendo "contactos repetidos y con las mismas personas" en lugar de "políticas generales de aislamiento severo". Entre las ventajas de esta estrategia, sostienen, está que son más fáciles de entender y cumplir; que facilitan el rastreo y que disminuyen los llamados "eventos supercontagiadores" claves en la expansión del virus. Proponen que cada persona tenga tres burbujas: espacial, de trabajo y familiar. La cantidad de personas en cada una debería ser "la mínima posible". Y apuntan que "dependiendo de las fases en las que nos encontremos estas burbujas pueden contraerse o agrandarse (…) En caso de riesgo moderado a alto, los individuos deberíamos tener claro quienes componen nuestra "burbuja global".
- Disminuir la movilidad: avisan de que medidas de restricción perimetral "no solo no disminuyen la movilidad, sino que la aumentan dentro de la propia ciudad, lo que puede tener un efecto contrario al esperado". De nuevo apelan al individuo.
- Confinamiento inteligente: los expertos ven más efectivos "los mensajes a la población inequívocos, apelando al espíritu global de sacrificio, en un corto espacio del tiempo, con objetivos claros, alcanzables, y de los que hay que hacer partícipes a la población". En caso de tasas muy altas proponen lo que llaman confinamientos inteligentes: restrictivos, cortos, con una información clara. Incluirían cierres de hostelería y comercios; colegios salvo infantil y primaria; apertura de parques, obligación de teletrabajo y recomendación u obligatoriedad de llevar mascarillas FFP2 en transporte público. Apuestan por medidas de este tipo con IA de 100 (en España supera los 700). De los colegios, destacan la importancia de reducir aforos, del uso de los espacios al aire libre, la ventilación y los test a contactos.
Control eficaz de fronteras
Piden un mayor control citando ejemplos de países vecinos y proponen exigir para entrar una PCR realizada en las 48 horas anteriores; si no se presenta, ofrecer la posibilidad de hacérsela en el propio aeropuerto o realizar una cuarentena obligatoria de 14 días.
Poder confiar en los datos
Los autores destacan la importancia de recuperar la confianza de la población mediante una "concienciación y comunicación transparente". Destacan cómo en estos meses se han generado "mensajes confusos". Aunque sin críticas concretas, ven esenciales aspectos como explicar cómo se consiguen los datos diarios, "dar información sobre las fuentes científicas que utilizan los distintos organismos de cara a la toma de decisiones y "mostrar públicamente quiénes son los asesores" que aconsejan qué medidas adoptar.