Un año después de que China lanzara los primeros avisos sobre la detección de una neumonía atípica de origen desconocido —los médicos que habían intentando alertar antes fueron represaliados— uno de los principales enigmas sobre el coronavirus, cómo pasó de los animales a los humanos, sigue sin resolverse. Aunque se da por seguro que el origen del SARS CoV 2 está en los murciélagos, donde se ha aislado un virus similar al que luego pasó al hombre, aún se desconoce qué animal actuó como intermediario. También hay dudas sobre cómo se propagó en el considerado primer foco de la infección, el mercado húmedo de la ciudad de Wuhan.
El misterio continúa siéndolo en buena parte por las trabas que ha estado poniendo China a cualquier investigación independiente, a lo que se suma, en los últimos meses, los intentos del régimen de apuntar a un origen externo del virus, por ejemplo difundiendo repetidamente la llegada del virus en congelados desde diferentes puntos del mundo, y las amenazas de muerte a los sanitarios que se atrevan a dudar de la versión oficial. En el caso de la misión que llega a Wuhan este jueves, el director de la OMS, que durante la pandemia ha estado alabando la gestión del régimen, tuvo que admitir que se sentía "decepcionado" con China por el enésimo intento de retrasar el viaje hace unos días.
Finalmente, el equipo llegará el jueves a Wuhan en un vuelo procedente de Singapur. Estará formado por diez científicos de distintos países: EEUU, Japón, Rusia, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Australia, Vietnam, Alemania y Catar. En los últimos días, científicos de la misión como el alemán Fabian Leendertz han lanzado mensajes conciliadores, apuntando que "no se trata de buscar culpables". Tendrán que trabajar en cooperación con científicos locales.
El propio Leendertz, un virólogo y epidemiólogo que trabaja en el instituto Robert Koch alemán y que detectó el origen de un brote de ébola en África en 2013, ha señalado lo difícil que será encontrar la ruta de entrada del virus en los humanos aun accediendo al mercado de Wuhan, a las muestras almacenadas y al entorno de la ciudad. Con él, viajarán virólogos como Marion Koopmans, que estuvo en el equipo que descubrió en 2013 que los camellos fueron la vía de entrada en el hombre del MERS. En declaraciones a la revista Nature, Koopmans afirmó que van a China con todas las hipótesis abiertas sobre el origen del virus, incluida la de que escapara de forma accidental de un laboratorio: "Todo está sobre la mesa". Otros de los miembros del equipo son Peter Daszak, un experto en coronavirus que trabajó junto al Instituto de Virología de Wuhan investigando coronavirus potencialmente peligrosos en murciélagos y Hung Nguyen, experto en medio ambiente y seguridad alimentaria y que ha investigado en la transmisión de patógenos en mercados similares al de Wuhan.
¿Cuá fue la vía de entrada del virus?
Juntos tendrán la misión de tratar de averiguar cuál fue la vía de entrada de este nuevo coronavirus en un intento del que esperan más resultados que en los anteriores: expertos de la OMS ya visitaron China en febrero y julio aunque apenas trascendieron detalles. Sí se da por seguro que el origen está en los murciélagos, animales que, como los roedores, actúan como laboratorios "naturales" de todo tipo de patógenos que después pueden pasar a otros animales y de ahí al hombre. Pero los científicos creen que existió un intermediario entre estos animales y el hombre, que en en el caso del SARS de 2001 fue la civeta y en el del MERS, el camello. Sobre el coronavirus actual, en un primer momento se apuntó al pangolín, pero luego la opción fue descartada. La misión que viaja ahora a China deberá intentar encontrar pruebas de la ruta del virus, como el hallazgo de uno casi idéntico en algún animal próximo a la zona desde la que se comunicó el primer brote.
Últimas teorías
El veterinario y epidemiólogo en la Universidad de Zaragoza Nacho de Blas comentó a LD las últimas teorías en torno al origen del virus: se apunta a que el origen podría estar en las granjas peleteras próximas a Wuhan, con numerosa población de animales como mapaches japoneses o perro mapaches, un tipo de mamífero muy empleado en Asia por su piel. Quizás ahí podría estar la clave de la gran capacidad de propagación del SARS CoV 2 en visones: que el virus, en realidad, ya estuviera "adaptado" a estas especies. Según De Blas, en la zona rural de Wuhan "hay mucha industria peletera a pequeña escala" y en ese entorno rural, entre granjeros, se podría haber producido la transmisión. El mercado de Wuhan habría servido como evento de "supercontagio".
Una de las expertas del equipo de la OMS, Marion Koopmans, también ha trabajado en estos meses en la investigación de la veloz expansión del virus en granjas de visones europeas; es de esperar que entre las pesquisas de la OMS estén los animales domesticados además de la fauna salvaje.
La OMS evita señalar a China
Desde la OMS llevan semanas justificando la misión y evitando lanzar comentarios que pongan en duda el papel de China: hace unos días, el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que aunque la investigación comience donde surgieron los primeros casos a partir de ahí están dispuestos a explorar otras vías: "La posición de la OMS ha sido muy clara: empezaremos el estudio en Wuhan, veremos qué ocurrió allí, y basándonos en la información obtenida exploraremos si hay otras vías que convenga estudiar", apuntó en un momento en que desde China se insiste en la posibilidad de que el virus se originara en otro lugar tras los informes que apuntan a su presencia en Europa en 2019.
Lo cierto es que la otra gran incógnita en torno a la pandemia es cuándo comenzó realmente y de momento las fechas proporcionadas por China, que sigue persiguiendo y encarcelando a quienes hablaron de lo que estaba ocurriendo en Wuhan en lo peor de la pandemia, no son puestas en cuestión por la OMS. El régimen insiste en defender que actuaron con transparencia pese a las evidencias de las represalias a quienes alertaron ya en 2019 de la presencia de un nuevo virus.