El suministro de la primera vacuna contra el coronavirus, la de Pfizer-BioNTech, ya ha comenzado: Reino Unido fue el primer país en hacerlo y se prevé que en las próximas horas comience su suministro en Estados Unidos. Y mientras la euforia se extiende, también crecen los rumores, y también bulos, sobre los efectos secundarios de una vacuna revolucionaria, que ha llegado en un año y que podría suponer el primer paso para la vuelta a la normalidad.
Entre los datos facilitados por Pfizer sobre la eficacia de la vacuna estaban la de los efectos secundarios: los adultos de entre 18 y 55 años experimentaron tras la segunda dosis (la vacuna requiere de dos, con un mes de intervalo entre ellas), cansancio (75%), dolor de cabeza (67%), escalofríos (33%), dolores musculares (25%), fiebre (17%) y dolor en las articulaciones (17%). Y aunque se trata de efectos secundarios leves y algunos no experimentarán molestia alguna, los sanitarios están empezando a advertir de que hay que hablar sobre ello para que la población esté prevenida, sepa qué puede pasar cuando reciba la vacuna y no se genere una alarma que acabe poniendo en peligro el proceso.
Una enfermera estadounidense que participó en los ensayos de la vacuna y que sufrió estos efectos escribió hace unos días un artículo en la revista médica JAMA detallando toda su experiencia, desde que vio el anuncio de la farmacéutica en Instagram hasta que recibió la segunda dosis, con el fin de hacer consciente a la gente, ahora que empieza la vacunación, de que los efectos secundarios existen: "Conté a unos pocos amigos mi experiencia y su respuesta fue siempre la misma: 'espera, ¿quiere decir que tienes covid? ¿Eres contagiosa?'. Les aseguré que no, pero cada médico y enfermero en Estados Unidos tiene que estar preparado para hablar con sus pacientes sobre los posibles efectos adversos" antes de que un "mensaje equivocado se haga viral".
La enfermera, Kristen Choi, cuenta con todo detalle el proceso: desde que fue seleccionada hasta que llegó al centro para la primera dosis, de la que no sabía si era la vacuna o un placebo. Tras recibir la segunda dosis, notó el brazo dolorido pero nada más y volvió a casa. Horas después, el dolor en el brazo se hizo más intenso, "mucho más que la primera vez". "Hacia el final del día", la mujer sintió náuseas, un dolor de cabeza "agudo" y algo mareada y se fue a la cama enseguida. "A medianoche", continúa, "me sentía peor". Explica que apenas podía levantar el brazo del dolor y tenía 37,4 de fiebre. Al amanecer, la fiebre había subido hasta los 40,5 grados y se medicó para bajarla. Sobre las 9, la fiebre había bajado hasta los 38,9 y se puso en contacto con Pfizer: desde el centro de investigación le confirmaron que "mucha gente había sufrido una reacción a la vacuna tras la segunda dosis" y le pidieron que continuara observando los síntomas e informando de posibles cambios. La voluntaria explica que pasó el resto del día con 37,5º de temperatura y al día siguiente "todos los síntomas se habían ido" salvo un ligero malestar en la zona de la inyección.
La enfermera comenta que los efectos de la vacuna "son normales y transitorios" y evidencian que se está produciendo una respuesta inmune en el cuerpo, pero se muestra preocupada por la reacción que puede tener la gente ante ellos. "Tenemos que estar preparados para decir a la gente que confíe en la vacuna y que esto puede pasar", afirma basándose en su propia experiencia. "A pesar de la extensa información de la que disponía, me asusté al ver la fiebre y mi reacción tras meses comprobando día a día si tenía síntomas de coronavirus fue preguntarme: ¿tengo covid?". Por ello, pide que se empiece a hablar ya de lo que los primeros vacunados se pueden encontrar.