Este miércoles, las autoridades sanitarias brasileñas informaban del fallecimiento de un voluntario que participaba en los ensayos de la vacuna contra la covid-19 que la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca están llevando a cabo en el país iberoamericano.
La noticia conmocionó al mundo tras conocerse, además, que se trataba de un médico de Río de Janeiro de apenas 28 años, que habría muerto a causa de las complicaciones derivadas del coronavirus. Sin embargo, fuentes anónimas cercanas al ensayo han confirmado que el joven nunca llegó a recibir la vacuna. El motivo es que en este tipo de estudios se aplican pruebas de doble ciego: ni los médicos ni los voluntarios saben si se está empleando una dosis de la vacuna o un placebo. En el caso de este joven brasileño todo apunta a lo segundo, lo que explicaría, además, que el ensayo no se haya paralizado, como sí ocurrió el pasado 9 de septiembre, tras observar efectos adversos en uno de los pacientes que participaba en el ensayo en el Reino Unido.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), vinculada al Ministerio de Salud de Brasil, recordó ayer que "según los reglamentos nacionales e internacionales de la Buenas Prácticas Clínicas, los datos sobre voluntarios de pesquisas clínicas deben ser mantenidos en secreto, en conformidad con los principios de confidencialidad, dignidad humana y protección de los participantes". De ahí que ningún portavoz oficial haya confirmado públicamente que el fallecido había recibido placebo, en lugar de la vacuna. Sin embargo, tanto el diario brasileño O Globo, como la agencia Bloomberg aseguran que fuentes anónimas cercanas al ensayo así se lo han comunicado.
La Universidad de Oxford, participante en el ensayo, ha corroborado, por su parte, la intención de AstraZeneca de continuar con las pruebas y ha asegurado en un comunicado que, después de una cuidadosa evaluación, "no ha habido preocupaciones sobre la seguridad del ensayo clínico".
España ha comprado 31 millones de dosis
Se trata de una noticia de gran importancia para nuestro país, ya que España ha comprado 31 millones de dosis de la vacuna, por un valor de 56 millones de euros. Según el ministro de Sanidad, el objetivo es inmunizar a alrededor de 15 millones de españoles, ya que para ello se requieren dos dosis por paciente. De acuerdo con la información suministrada por Illa, las primeras llegarían el próximo mes de diciembre y el envío se completaría en junio de 2021. En cualquier caso, el propio ministro ha reconocido que, para que eso suceda, las agencias europea y española del medicamento deberán dar el visto bueno previamente, por lo que los plazos podrían verse afectados antes de iniciar la campaña de vacunación en grupos de riesgo.