Los falsos mitos sobre la vacuna del coronavirus: "No tiene sentido cuestionar su seguridad"
Médicos especialistas en farmacología clínica arrojan luz a los muchos temores que rodean el desarrollo de las vacunas contra el coronavirus.
"¿La vacuna? Yo no me fío… no seré el primero en ponérmela", "¿quién sabe los efectos secundarios que tendrá?": estas son sólo algunas de las expresiones que podemos escuchar en cualquier conversación sobre la investigación del antídoto frente a la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, la covid-19.
Ante este nerviosismo, y dado que el proceso de investigación de la vacuna se ha acelerado en todo el mundo, con un extraordinario esfuerzo por parte de países y de laboratorios —algunos de ellos produciendo a riesgo para que, en caso de obtener buenos resultados, poder administrarla de manera inmediata—, Libertad Digital se ha puesto en contacto con el sector farmacéutico para tratar de arrojar algo de luz ante los miedos que despierta el desarrollo de la vacuna. La ciencia sigue avanzando y los mensajes son esperanzadores, ya que algunos de los compuestos en estudio podrían estar plenamente operativos en el primer trimestre del próximo año, lo que supondría un auténtico récord. Pero, ¿significa esto que sean vacunas con menos garantías? Según nos cuentan los expertos, la respuesta es rotunda: no.
Una investigación más rápida no significa peor
Las médicos especialistas en farmacología clínica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, Cristina Avedaño y Arantxa Sancho, no tienen ninguna duda: "De ninguna manera", dicen, el proceso de investigación de la vacuna es menos seguro por ser más rápido. Advierten de que los reguladores de la UE "le aplicarán los mismos estándares de calidad, eficacia y seguridad exigibles a cualquier medicamento".
Otro de los argumentos que se esgrime contra la vacuna radica en el tiempo medio en el desarrollo de este tipo de antídotos. Un proceso que suele alargarse unos 10 años aunque, como dicen estas especialistas, "es sólo una media y además muy variable". Que en esta ocasión se pueda reducir el proceso a poco más de 1 año se debe fundamentalmente "a que la covid-19 es una enfermedad nueva que en 7 meses ha infectado a 30 millones de personas y ha causado la muerte a un millón. Un enorme problema de salud que a su vez ha paralizado la economía mundial. Lo que estamos viendo es sin duda el resultado del enorme interés científico y la gran colaboración e inversión económica pública y privada destinada a luchar contra esta pandemia desarrollando un tratamiento preventivo y eficaz", dicen.
Fuentes de la industria farmacéutica explican a LD que esta extraordinaria reducción de tiempos se explica porque los miles de estudios necesarios en las diferentes fases de ensayos clínicos que normalmente se elaboran a lo largo de muchos años debido a los recursos que tienen los laboratorios a la hora de hacerlos, ahora pueden reducirse y hacerse todos a la vez gracias a que se han puesto todos los recursos para este fin. Un ejemplo que ponían estas fuentes es que, si sólo dos personas tienen que hacer una encuesta a 50.000 personas, tardarán mucho más que si se dedica a ello un equipo de 1.000 personas.
Además, apuntan que existen precedentes. "Un ejemplo serían algunos de los desarrollos de medicamentos onco-hematológicos", añaden.
No tiene sentido no querer vacunarse
Para las especialistas del Hospital Puerta de Hierro no tiene sentido "no vacunarse cuestionando la seguridad del antídoto o por sentirse 'conejillos de indias'". Cuando la vacuna esté comercialmente disponible, añadían, "habrá sido probada en un número significativamente elevado de sujetos que, de forma voluntaria y altruista, han participado en los ensayos clínicos para generar la evidencia necesaria para garantizar su eficacia y su seguridad para la población".
¿Qué nivel de protección dará la vacuna?
En España, otro de los expertos en vacunas, el director del Centro Nacional de Biotecnología que capitanea el estudio de una de las vacunas, Luis Enjuanes, considera que su centro está "trabajando en una vacuna que probablemente vaya un poco más lenta pero que es muchísimo más completa porque la hemos probado ya con otros coronavirus tan letales para el hombre como el MERS". Enjuanes se mostraba convencido de que la eficacia de la vacuna que están desarrollando será del 100%.
Las especialistas en farmacología clínica del Hospital Puerta de Hierro, Cristina Avedaño y Arantxa Sancho, por su parte, consideran que el nivel de efectividad de la vacuna "no puede saberse hasta que no finalice la fase 3 de ensayos clínicos confirmatorios". Esto, unido a la cantidad de sujetos que se vacunen, nos permitirá saber en cuánto se habrá reducido la transmisión del virus. Evidentemente, cuanto mayor sea la eficacia y mayor el número de vacunados, más se reducirá la transmisibilidad del coronavirus.
Los riesgos de la vacuna
Pero, ¿cuáles son los riesgos reales de la vacuna? Las especialistas consultadas por LD insisten en que "por tratarse de un tratamiento preventivo dirigido a individuos sanos, los estándares de seguridad son particularmente exigentes". No obstante, atendiendo a lo que ha sucedido con otro tipo de vacunas en la prevención de infecciones comunes, "los riesgos más frecuentes y que serían esperables son reacciones locales en el lugar de la administración o bien reacciones más sistémicas como malestar general, fiebre, molestias musculares o escalofríos, en general de intensidad leve moderada".
En todo caso, estas especialistas insisten en que "cuando se completen los estudios, las autoridades reguladoras evaluarán los datos cuidadosamente".
¿Una vacuna para ricos?
Sin duda, otro de los problemas que ponen quienes desconfían de la vacuna es el precio que pueda alcanzar. De nuevo las especialistas consultadas por Libertad Digital son tajantes: "Rotundamente no", dicen y añaden que "tratándose de un problema de salud pública es esperable que la vacuna esté financiada por nuestro SNS. En el supuesto de que se decidiese vacunar de forma prioritaria a una parte de la población, por ejemplo, la población de mayor riesgo o más vulnerable, sin duda la selección vendrá determinada por aspectos clínicos y epidemiológicos". En ningún caso por aspectos socioeconómicos.
Uno de los ejemplos más destacados es la vacuna de Janssen, que acaba de entrar en fase III de ensayos clínicos y que ha anunciado que va a desarrollar a lo largo del próximo año 1.000 millones de dosis. Además, se trata de una vacuna de una sola dosis, lo que facilitaría mucho su administración. Es más, uno de los científicos que ha ayudado en su diseño, el investigador de Harvard Dan Baruch considera que "los beneficios de una vacuna de inyección única son potencialmente grandes en términos de campañas de inmunización masiva y control global de la pandemia".
Alex Gorsky, presidente y consejero delegado de Johnson & Johnson, ha afirmado que "a medida que la covid-19 continúa impactando en la vida diaria de las personas en todo el mundo, nuestro objetivo sigue siendo el mismo: aprovechar el alcance global y la innovación científica de nuestra empresa para ayudar a poner fin a esta pandemia".
La de Janssen es una de las alternativas ya en fase III más avanzadas junto a las de AstraZeneca, Pfizer y Moderna.
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