Los hospitales españoles llevan dos meses soportando una presión asistencial sin precedentes como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus. Afortunadamente la situación poco a poco va mejorando pero no hay un segundo de descanso porque hay muchas otras enfermedades, además de la covid-19, que no pueden esperar. Diferentes especialidades, desde cardiólogos en el caso de los infartos y otras enfermedades coronarias, a neurólogos en el caso de los ictus, que han alertado de la necesidad de estar atentos a determinados síntomas que nos pueden alertar de patologías graves cuya atención no puede esperar.
Para estos casos, y también para el abordaje de otras patologías que necesitan un seguimiento continuo, como el cáncer o las enfermedades crónicas, los hospitales trabajan sin descanso para hacer de sus instalaciones un entorno seguro y evitar que sus pacientes acudan con miedo a resultar contagiados. Las medidas de contención y prevención son clave para volver a la normalidad, y por ello los centros hospitalarios españoles han implementado, en tiempo récord, toda una serie de medidas que permitan a los usuarios recibir asistencia periódica para diagnosticar y tratar sus patologías.
Es el caso de los centros del grupo Quirónsalud, que en estas semanas han atendido hasta el 13 por ciento de todos los pacientes con covid-19 hospitalizados en España y en dos de las regiones más castigadas, como Madrid o Barcelona, sus hospitales han acogido hasta uno de cada 5 ingresos hospitalarios por coronavirus. Ante esta situación, una de las principales decisiones adoptadas por el Grupo, conscientes también de la importancia de cuidar y velar por las personas en la organización, ha sido la realización de test masivos en sangre a todos sus profesionales de cara a poder identificar posibles contagios y proteger también a los pacientes, priorizando aquellos colectivos con mayor riesgo o necesidad, como el personal de UCI, urgencias y quirófanos (incluyendo bloques obstétricos).
Asimismo, los centros han adaptado sus instalaciones a la nueva situación y, en ese sentido, han creado circuitos diferenciados para atender también con la máxima seguridad casos urgentes o pacientes cuya atención no ha podido interrumpirse, y se ha procedido a la progresiva desinfección de aquellas zonas en las que se han atendido a pacientes con covid-19 con el objetivo de poder atender en las mismas al resto de patologías.
Aeronebulización y radiación ultravioleta C, la desinfección más eficaz
Para ello se han utilizado pioneros sistemas de aeronebulización en frío, que generan una neblina de mil millones de microgotas compuestas por desinfectante disuelto en agua utilizando el aire como fuerza impulsora. Con estos sistemas, empleados por ejemplo en el Hospital Ruber Internacional, uno de los centros que tiene Quirónsalud en Madrid, la fina niebla se junta fácilmente con las partículas de polvo de las mismas dimensiones y las arrastra a tierra o se depositan sobre la superficie esterilizándolas y alcanzando rincones y huecos que serían inaccesibles mediante una pulverización convencional.
En otros casos el proceso de desinfección ha incluido fumigación e higienización final con luz ultravioleta, gracias a unos modernos equipos adquiridos por el grupo Quirónsalud capaces de eliminar el nuevo coronavirus tanto del aire como de todas las superficies de una estancia. La literatura científica recoge más de 40 estudios que miden el efecto biocida de la luz UV-C sobre los microorganismos y su impacto sobre las tasas de infecciones nosocomiales, dado que es capaz de eliminar bacterias, hongos, virus vegetativos y esporas bacterianas.
Los equipos adquiridos por Quirónsalud consiguen una desinfección óptima en pocos minutos, eliminando más del 99,9% de los organismos peligrosos. Además, incorporan sensores de proximidad y movimiento que apagan las lámparas en cuanto detectan la presencia humana, lo que garantiza que los pacientes y el personal del hospital no estén expuestos a la luz UVC durante el funcionamiento. Y los espacios pueden ser ocupadas inmediatamente después del uso del equipo, facilitando así la disponibilidad de espacios asistenciales.
Circuitos diferenciados y apuesta por la ehealth
Además, para su progresiva vuelta a la normalidad, los centros han adaptado sus instalaciones y los procesos de atención a los principios generales de prevención del contagio y diseminación de la enfermedad establecidos por las autoridades sanitarias. En ese sentido, algunos como el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz han instalado cámaras termográficas que, mediante un sistema de rayos infrarrojos, permiten detectar automáticamente y a varios metros de distancia a aquellas personas que presentan fiebre.
Asimismo, se han rediseñado todos los circuitos de atención para establecer una separación total entra la atención a pacientes afectados por covid-19 de pacientes afectados por otras enfermedades. "Cuando nuestros pacientes habituales vuelvan al hospital percibirán algunos cambios derivados de la necesaria aplicación al hospital de los principios generales de seguridad y distancia social propugnados por las autoridades sanitarias" explica el Dr.Jesús Manso, director médico del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. En ese sentido, y a modo de ejemplo de las medidas de prevención y distancia social propugnadas por el Ministerio de Sanidad, se solicitará a los pacientes que acudan con mascarilla. "Y a los que no la lleven, se les facilitará en el acceso", explica este especialista. Y también se les solicitará que, en la medida de lo posible, acudan solos o acompañados por una sola persona, y que limiten también a una persona los visitantes durante su ingreso.
Otras medidas adoptadas son el reajuste de las consultas externas presenciales con el fin de reducir el número de personas en las salas de espera, de forma que los pacientes puedan mantener en todo momento la distancia de seguridad, como ya están haciendo en el Hospital Quirónsalud San José, en Madrid. Y mientras las circunstancias lo aconsejen, no se facilitan citas médicas de manera presencial en los mostradores del centro con el fin de evitar concentraciones de personas en el centro, dando la alternativa de gestionarlo bien por vía telefónica o a través del Portal del paciente del grupo (Mi Quirónsalud), que en pleno Estado de Alarma ha superado los dos millones de usuarios.
Del mismo modo, la consulta telefónica y la videoconsulta se ha implantado en todas especialidades, en particular en las centradas en la atención de niños, mayores y personas con patología crónica que debe realizar consultas frecuentes, como forma de que vean reducidos sus desplazamientos al centro. La atención no presencial se facilita a todas aquellas visitas médicas de valoración inicial y de seguimiento de pacientes ya en tratamiento, en las que no se precisa realizar ninguna exploración.
En definitiva, los centros se han adaptado para poder seguir ofreciendo una asistencia con los máximos estándares de seguridad y calidad, garantizando en todo momento los cuidados que todos sus pacientes necesitan.