Entre enero y febrero de este año hubo varios brotes de gripe en nuestro país. Según el sistema de vigilancia de la gripe en España, en la primera semana de enero se habían registrado 54 casos por 100.000 habitantes. El pico de afectados se alcanzó a finales de mes situándose en los 271 casos por 100.000 habitantes, una cifra superior a la de otros años.
En esta quinta semana del año, la gripe experimentó un ascenso muy significativo entre los niños de 5 a 14 años. Este brote nunca se llegó a relacionar con el coronavirus que entonces ya causaba estragos en China, sino con la "circulación de virus A y B". En este mismo momento, se registró un aumento de la mortalidad en un 6% de las personas mayores de 64 años.
La duda sembrada entre los pediatras
Los expertos sanitarios sospechan ahora que muchos de los casos de gripe podrían haber sido en realidad coronavirus, debido a la similitud de los síntomas (fiebre, tos, problemas respiratorios). El Secretario de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), Roberto Velasco, señala a Libertad Digital que "la posibilidad de que hay que empezar a ver casos de coronavirus existe. Lo que pasa es que con los datos que tenemos no pasa de ser una mera especulación".
Incertidumbre es el sentimiento general entre los pediatras españoles. La presidenta de la Asociación Española de Pediatras de Atención primaria (AEPap), Concha Sánchez, echa ahora la vista atrás y analiza ciertos casos clínicos que en su momento le llamaron la atención. "Todos los pediatras coincidimos en que este año hemos visto algún caso de una gripe más larga de lo normal porque era de, a lo mejor, 14-15 días de fiebre, que no es habitual. Sí que hemos visto algún niño pequeño con alguna neumonía un poquito más complicada, una neumonía de aspecto vírico con derrame, que nos ha llamado la atención", explica Sánchez en conversaciones con este periódico.
Otra de las principales sospechas que sustenta esta teoría es que los brotes de gripe fueron más largos de lo normal. Según cuenta Pepe Serrano, pediatra de Atención Primaria y vocal de la junta de la Sociedad Catalana de Pediatras, "la curva epidemiológica de la gripe este año se ha alargado casi 15 días más. Pueden ser esos 15 días que a la gente le estén llamando un poco la atención".
Enero y febrero, meses de abundantes enfermedades
Si ya parece complicado identificar qué enfermedad superaron los menores a finales de enero, los casos de niños con fiebres altas y problemas respiratorios se podían camuflar entre multitud de diagnósticos. Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), la experta en covid-19, Cristina Calvo, explica que durante esa época hay muchas más enfermedades con síntomas similares a los del coronavirus. "Primero está el virus respiratorio sincitial, el de las bronquiolitis, que circula en diciembre y enero sobre todo. Luego el de la gripe (A y B) y luego otro que se llama metanemovirus y que también circula entre febrero y marzo y que también da fiebre".
Test como solución del problema
A pesar de que los test ya no sirven para saber lo que pasó en enero, sí pueden evitar más contagios entre los menores. "Los test que vienen en kits, los serológicos, los que califican como test rápidos, te pueden dar una diferencia de haber pasado la enfermedad en el tiempo de unos 15-20 días como muchísimo, pero no te pueden remitir a lo que pasó hace dos meses", explica Navarro.
Los pediatras aseguran que no están recibiendo más test y que se encuentran, por tanto, en una situación similar a la del principio de la pandemia. Según Sánchez, estas pruebas "son la herramienta que tenemos que tener ya en los centros de salud para saber cuáles son los pacientes que han pasado esta enfermedad". Una herramienta que no llegan y que los pediatras esperan como agua de mayo: "la estamos pidiendo a todos los niveles".