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España, ¿tras los pasos de Italia?: las medidas que fue tomando hasta el cierre total

Con casi 8.000 afectados, Italia ha restringido el movimiento de toda su población. Estas son las medidas que ha ido tomando por el coronavirus.

Ciudadanos abasteciéndose en Roma tras el anuncio del Gobierno | EFE

Después de muchos días de inacción, el Gobierno español comienza a tomar medidas ante la propagación del coronavirus. La primera de ellas ha sido el cierre de centros escolares en las zonas con los principales focos donde se considera que el contagio se está produciendo a nivel local: la Comunidad de Madrid y Vitoria han cerrado todos los centros educativos, como guarderías, colegios, institutos y universidades.

La medida es muy similar a la que se tomó en Italia muy poco después de que comenzara el brote. Todo comenzó el pasado viernes 21 de febrero, en una zona del norte del país muy localizada en torno a las ciudades de Codogno, Castiglione d’Adda y Casalpusterlengo, con una población total de unas 35.000 personas. Tras detectarse que se habían producido contagios locales, por el momento un puñado de casos, el Gobierno decretó cuarentena para 250 personas y recomendó a miles de habitantes de esas ciudades que no salieran de casa por precaución.

Durante ese fin de semana se decretaron más medidas, alguna de ellas impactante, como el cierre de La Scala. También cerró la catedral de Milán, se suspendieron los eventos deportivos en Lombardía y Véneto y se suspendió el carnaval de Venecia. Las medidas de precaución para las ciudades consideradas zona cero se incrementaron, convirtiéndose en territorios bajo cuarentena y se instó a la población a permanecer en casa si había tenido contacto con algún afectado.

Después, cerraron las universidades de dichas provincias; luego, los colegios y en general todos los centros educativos. Ni esta ni el resto de medidas bastaron y el Gobierno decidió extender el cierre de centros educativos a todo el país el pasado cuatro de marzo. En ese momento, los afectados eran ya 2.500 y se habían producido 79 muertos. Entre tanto, muchos italianos habían agotado provisiones de supermercados y de mascarillas.

En los días siguientes, se clausuraron centros culturales, bibliotecas, cines y gimnasios, entre otros. Los cierres de centros educativos fueron prorrogados y se añadieron nuevas medidas: la obligación de establecer un metro de distancia en las mesas de restaurantes o recomendar las reuniones de más de seis o siete personas en las zonas afectadas.

Ante la escalada del brote, el país decidió este fin de semana decretar una zona roja al norte del país restringiendo la libre circulación de personas de 16 millones de personas, que tenían que justificar por motivos de trabajo o salud los viajes a otras regiones de Italia.

Este mismo miércoles, mientras en España se decidían las primeras medidas de envergadura, Italia decretó el cierre total en todo el país con un mensaje claro: "No salir de casa". Con los muertos ya situados en 463, el Gobierno italiano decretó evitar los movimientos de la población en todo el territorio con excepción de casos de necesidad, por motivos laborales o de salud.

Acompañada de esta excepcional medida venían otras: la nueva prórroga del cierre de colegios, la suspensión de todos los eventos deportivos y concentraciones públicas y la imposición de restricciones en los horarios de bares, restaurantes, supermercados y tiendas, eliminando, por ejemplo, el horario continuado. Por el momento, las medidas no han afectado ni al transporte público ni a la circulación de mercancías. Pero sí están marcando el día a día de millones de personas, que tienen, por ejemplo, que usar guantes para empujar el carrito de la compra y que han restringido mucho, siguiendo los consejos del Gobierno, su actividad social e incluso sus salidas a la calle. Las principales calles de ciudades como Turín o Milán están desiertas.

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