El Hospital Sant Joan de Déu de Esplugas de Llobregat (Barcelona) ha tratado con éxito al primer paciente pediátrico con leucemia linfoblástica aguda que ha recibido la terapia genética CAR-T 19 por primera vez bajo la cobertura del Sistema Nacional de Salud (SNS) en España, tras su aprobación en España el pasado agosto, y que tiene un coste de unos 320.000 euros.
En rueda de prensa este jueves, la jefa de unidad de Linfomas del centro, Susanna Rives, ha explicado que esta nueva terapia, desarrollada por Novartis, consiste en una extracción y posterior transfusión de sangre en la que se modifican los linfocitos T para que destruyan el antígeno tumoral CD19.
Rives ha destacado que se trata de una terapia muy novedosa y todo un hito porque si bien hace tiempo que se trabaja con inmunoterapias contra el cáncer, se ha logrado que el linfocito T "reconozca a la célula tumoral manipulándolo en el laboratorio".
"Manipulamos genéticamente el linfocito, le cambiamos la información genética y le hacemos un receptor a medida contra esa molécula, haciendo que la reconozca y la destruya", ha detallado Rives, que ha considerado que es una terapia poco agresiva para el paciente, al que se le extrae la sangre, se le personaliza la composición y se le devuelve con una transfusión.
Ensayo clínico previo con 16 pacientes
Aparte de este tratamiento, el hospital suministró en 2016 este tratamiento a 16 pacientes en el marco del ensayo clínico mundial del CAR-T 19 promovido por la farmacéutica para demostrar su seguridad y efectividad del medicamento; más del 80% de los niños que recibieron la terapia y que no habían respondido al tratamiento convencional respondieron el CAR-T 19, y el 62% continua sin rastro de la enfermedad a los dos años.
El hito del ensayo es que, pese a haber demostrado que el CAR-T estaba dando "resultados muy buenos", pero era necesario ver si esto se podía hacer a escala mundial y con terapias individualizadas.
Complicaciones
Sin embargo, esta terapia no está exenta de complicaciones, que "en la mayoría de veces se pueden superar", pero que pueden llegar a obligar al paciente a ingresar en la UCI, etapa tras la que pueden hacer vida normal.
Las principales complicaciones de la terapia son el síndrome de liberación de citocinas -una respuesta inflamatoria-, toxicidad neurológica y algunos tipos de infección, ya que son pacientes que han recibido mucha quimioterapia.
Otra complicación es que el CAR-T no distingue entre una célula normal y una tumoral, y como resultado se destruyen también los linfocitos B; de modo que a los pacientes se les tiene que inyectar una vez al mes un suero con anticuerpos de Linfocitos B.
"Los resultados son espectaculares", ha dicho Rives, que ha detallado que ahora se usa el medicamento en pacientes con la enfermedad muy avanzada, pero que puede en el futuro puede suponer una revolución si se consigue extender a tumores sólidos, no solo líquidos como la leucemia -que afecta a la médula y a la sangre-.
"El tumor sólido tiene muchas barreras" como encontrar una molécula que la tenga sólo el tumor pero no las otras células vitales, y mientras la leucemia está en la sangre y la médula, el tumor sólido esta encapsulado y protegido y cuesta más de llegar, además de que tiene mecanismos que inhiben la entrada del linfocito, lo que ha considerado incovenientes grandes.
De hecho ha apuntado que otros ensayos estén evaluando el uso del CAR-T en fases menos avanzadas de la enfermedad y que pueda sustituir a opciones más agresivas como el trasplante de médula ósea.
Se está investigando también el desarrollo de un CAR-T universal, que haría que no haya que esperar a que cada paciente fabrique su propio CAR-T, porque en ocasiones los pacientes tienen la enfermedad muy avanzada y no tienen tiempo de fabricar su propio CAR-T.
El CAR-T se obtiene del propio paciente y un CAR-T universal sería "un paso más allá en la modificación genética", ya que en éste se edita el ADN y se corta el trozo del linfocito T de un donante, que se elimina para que las células del paciente no lo reconozcan como extraño; después se incorpora un receptor específico contra el tumor.
Paciente de Alicante
El paciente es un niño de Alicante de seis años que fue derivado al área de Oncología del hospital después de haber sufrido dos recaídas de la enfermedad y haber sido sometido a un trasplante de médula ósea.
Tras haber recibido esta novedosa terapia, el niño ha regresado a su ciudad y ha podido retomar sus actividades habituales, y según su madre, Marina, ya pueden realizar una vida familiar normal: "Con este tratamiento, ha podido disfrutar de su hermano, de la familia y hemos podido recibir la visita de algún amigo o ir al parque".
Esta enfermedad afecta en España a entre unos 10 y 15 niños al año, y en total en España hay ocho centros acreditados para la administración de este tratamiento -tres de ellos en pacientes pediátricos-.