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¿Es bueno reducir el límite de velocidad para el medio ambiente?

La medida adoptada por el Ayuntamiento de Madrid de reducir la velocidad en la M-30 no es suficiente para mejorar el medio ambiente.

La medida adoptada por el Ayuntamiento de Madrid de reducir la velocidad en la M-30 no es suficiente para mejorar el medio ambiente.
Nuevas medidas para evitar la contaminación en Madrid | EFE

La teoría es bastante simple: reducir el límite de velocidad en las carreteras debería reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes, especialmente en vehículos particulares. Asumiendo una conducción tranquila, con la actual tecnología de estos coches y cumpliendo escrupulosamente los límites de velocidad, se estima que recortar el límite de velocidad de 120 a 110 km/h reduciría el consumo de combustible un 12% para los diésel y un 18% para los coches de gasolina.

Pero estas conjeturas son un poco ficticias. En realidad, es necesario una variedad de factores para limitar el ahorro de combustible, incluyendo los niveles de eficiencia energética de la flota automovilística, el patrón de conducción, la velocidad y los niveles de tráfico. Por lo que, en un escenario más realista, el ahorro de combustible sería del 2-3%.

Reducir las emisiones de los vehículos

Comparado con 1990, la Unión Europea ha reducido de forma significativa las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero (GEI) con la excepción del sector de transportes, en el que las emisiones de GEI crecieron un 25% entre 1990 y 2008 en los Estados miembros de la UE.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el sector del transportes es el causante de cerca del 20% de las emisiones de GEI en la Unión Europea con el dióxido de carbono como el principal componente de dichas emisiones. El transporte terrestre es el que más contribuye a las emisiones de CO2, alrededor del 94% en el año 2008, esto es más del 18% del total de emisiones de los Estados miembros de la UE.

Evidentemente el impacto del sector del transporte en el medio ambiente no está limitado a la emisión de gases de efecto invernadero. También es el mayor emisor de óxido de nitrógeno y el segundo mayor contribuyente de sustancias contaminantes formando partículas en suspensión. Reduciendo los límites de velocidad y la tecnología verde, en particular para los coches diésel, se podrían reducir las emisiones de óxido de nitrógeno y de partículas en suspensión y, como consecuencia, ayudaría a mejorar la calidad del aire en Europa.

La tecnología verde no es suficiente

Los nuevos coches son más eficientes energéticamente hablando que los antiguos. La regulación de la UE sobre los coches y el CO2, junto con un acuerdo similar para los vehículos de transporte ligero podría mejorar la calidad del aire. Desafortunadamente, la penetración de la flota de vehículos con estas nuevas tecnologías tardará unos años. Además, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero se compensaría con el crecimiento del volumen de vehículos en circulación. Por lo que haría falta más medidas para lograr reducir las emisiones de GEI y el consumo de energía en el corto plazo.

¿A favor de conducir más despacio?

En un trayecto de 200 kilómetros, reducir el límite de velocidad de 120 a 110 km/h significaría un aumento del tiempo en realizar el viaje de unos 8 o 9 minutos, suponiendo que el tráfico sea fluido. Habría que preguntarse si los conductores europeos estarían dispuestos a alargar sus viajes por reducir la velocidad máxima y la respuesta, según el Eurobarómetro, es "sí".

Aún así, la realidad en las carreteras revela mensajes contradictorios. Alrededor del 40-50% de los conductores (el 80% dependiendo del país y la carretera) conducen por encima del límite de velocidad. Por lo que el teórico apoyo de los conductores a reducir el límite de velocidad tampoco es suficiente.

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