Soraya aparta a Mato tras cuatro días de caos en la crisis del ébola
Tras días de silencio y de informaciones confusas que han aumentado la alarma sobre el ébola, el Gobierno da un giro.
Tras días de confusión, que llegaron a su momento cumbre este jueves con las informaciones contradictorias sobre el estado de la enfermera, el Gobierno ha decidido reaparecer en la crisis del ébola. Lo ha hecho con anuncios, promesas de cambio en los protocolos, nuevos comités de seguimiento y la comparecencia del presidente y dos ministros, entre ellos la hasta ahora desaparecida Ana Mato.
El maratón de declaraciones tras un jueves aciago comenzó con Mariano Rajoy, que acudió por la mañana, acompañado por Ignacio González, al Hospital Carlos III donde se encuentran ingresados la enferma y las personas en observación. Tras reunirse con el equipo médico, Rajoy se dirigió a los medios, eso sí, sin permitir preguntas, para intentar transmitir un mensaje de tranquilidad. El presidente aseguró, citando a la UE y la OMS, que el riesgo de contagio es muy bajo.
Añadió al mensaje palabras de agradecimiento a los sanitarios -que luego le despidieron lanzándole guantes de látex- y de apoyo a la auxiliar infectada de ébola. Llegaban un día después de la cascada de declaraciones del consejero de Sanidad madrileño, Javier Rodríguez, criticadas incluso por el PP y que este viernes recibieron la respuesta del presidente de la Comunidad de Madrid. González lamentó sus palabras pero, de momento, no lo destituye.
Tras Rajoy, le llegó el turno a la vicepresidenta del Gobierno. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría lanzó una batería de anuncios. El principal, que ella misma se pondrá al frente de la gestión de la crisis, todo un varapalo para la criticadísima ministra de Sanidad. Lo hará presidiendo un comité "especial" para la gestión del caso que incluirá representantes de los Ministerios de Economía, Sanidad, Interior, Justicia y Defensa, al que se le añadirá un comité científico con expertos y sanitarios. Una decisión que avanzaba la intención de unificar las voces tras la confusión de los últimos días y de dar más información a la opinión pública. La intención es que se reúnan, al menos, una vez al día mientras dure el brote.
La tercera protagonista del día fue Ana Mato. Tras su sorprendente ausencia en la mesa de la rueda de prensa en Moncloa, compareció ante los medios en el Ministerio, después de reunirse con los consejeros autonómicos. Tuvo que capear con decenas de preguntas de los periodistas y defendió la "transparencia" en la gestión de la crisis al ser preguntada sobre si hubo errores. También fue la encargada de anunciar cambios en el protocolo, como aumentar la vigilancia en personas en contacto con ébola y bajar el umbral de la fiebre como síntoma de ébola a 37,7.
La amplia presencia de representantes del Gobierno hablando del ébola contrasta con el silencio de los últimos días, con la excepción de la primera y caótica rueda de prensa de Mato. Hasta ahora, los mensajes habían llegado de portavoces dispares: cargos secundarios del Ministerio, el polémico consejero de Sanidad madrileño, directores de hospital, el equipo que atiende a Teresa, su hermano e incluso portavoces sindicales. Entretanto, la enfermera continúa luchando con la enfermedad: su estado continúa siendo estable, dentro de la gravedad.
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