Lo peor es estar depilado. "Siempre que sean los dos integrantes
de la pareja quienes han optado por la depilación integral", aclara Ramón Grimalt, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Y es que, al mantener relaciones sexuales totalmente depilados, estamos más expuestos a contraer enfermedades venéreas, incluido el sida.
"Cuando los dos sujetos que practican sexo lo hacen sin pelo en la zona genital, cambia considerablemente la superficie de roce que hay entre las dos personas. En este caso, el preservativo está protegiendo un área muy pequeña donde hay riesgo de contraer enfermedades. Sin embargo, si existe un cojinete de pelo y aire entre las dos personas, no existe contacto de piel con piel excepto en la parte que cubre el preservativo. Esta es la razón por la que ahora estamos viendo en el pubis enfermedades que antes solo veíamos en el pene y los genitales. Y es más: la mayoría de enfermedades de transmisión sexual se transfiere por contagio a través de pequeños traumatismos. Y al depilarse con cuchilla, por ejemplo, es muy probable hacerse microheridas, que serán la puerta de entrada de la infección", explica Grimalt.
Además, la presencia del vello púbico parece estar relacionada con la transmisión de feromonas sexuales. De hecho, tenemos glándulas apocrinas (las que segregan estas hormonas) entre el ano y los genitales, que crecen en tamaño y actividad a la misma vez que se despierta nuestra sexualidad, durante la adolescencia. Algo que también ocurre en otros mamíferos en los que sí está comprobado que tienen una función durante el apareamiento. En nuestro caso, la ciencia aún no ha logrado demostrarlo pero el hecho de que su falta nos traiga más infecciones en la zona.