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Con qué sustituir la pasta en nuestra dieta

La pasta engorda, pero no te preocupes, hay ligeros y deliciosos sustitutos.

La pasta engorda, pero no te preocupes, hay ligeros y deliciosos sustitutos.
La pasta son hidratos y hay que evitarla. | Flickr/CC/Gabriel Li

Si quieres ver una cara de decepción, busca a alguien que quiera perder grasa y dile que no, no puede comer pasta. La pasta es uno de los alimentos a los que más cuesta renunciar. Es fácil de cocinar, está en todas partes, y con las salsas y condimento adecuados, es delicioso. ¿Qué va a ser de mí sin pasta? se lamentan.

Pero la pasta es un carbohidrato de alto índice glucémico, explica Darío Pescador en su blog Transformer. Eso quiere decir que funciona como el azúcar en tu cuerpo: aumenta rápidamente la insulina y dispara la acumulación de grasa. La buena noticia es que desde el punto de vista culinario, la pasta es sólo un soporte para otras cosas ricas como salsa boloñesa, champiñones, pesto, etc. Si sustituyes la pasta por otro alimento, como por ejemplo, verduras, tendrás todo el sabor sin engordar.

Estos son algunos de los candidatos perfectos:

  • Calabacín: rallado, en tiras, en láminas con un pelador de patatas, es perfecto. No uses la parte interior de las semillas (mucha agua). Puedes consultar aquí la receta Transformer de espaguetis de calabacín.
  • Col: simplemente córtala en tiras muy finas y cuécela para que quede "al dente".
  • Batata o boniato: es una opción deliciosa con bajo índice glucémico. Puedes rallarlo en tiras, o conseguir una máquina como esta para conseguir la forma de los espagueti.
  • Brotes de soja: deliciosos y crujientes si se "blanquean" un minuto en agua hirviendo y después se sumergen en agua con hielo
  • Fideos de tofu: se encuentran en algunas tiendas de productos orientales, y vienen ya preparados y sumergidos en líquido. Enjuaga, calienta y acompaña con tu salsa preferida.

Unas palabras sobre las salsas para pasta. El ingrediente principal suele ser la grasa, y ya sabes que el truco es la moderación. Trata el pesto o la salsa de queso como si fueran aceite: una cucharada es suficiente. Una salsa con carne, como la boloñesa, es una opción mejor. Si crees que falta sabor, añade más hierbas aromáticas, pero no más salsa.

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